Aniversario de la coronación

Sean estas líneas el sincero agradecimiento de muchos estellicas que, sin duda, hemos vivido el fin de semana más emocionante de nuestras vidas para todos aquellos que lo han hecho posible. El sábado 24, a las 15.30, en la basílica del Puy de Estella apenas podíamos respirar de tanta emoción contenida los que allí estábamos dispuestos a llevar o acompañar en procesión a nuestra Divina azucena, como reza la canción.

Gracias a los hombres, entre ellos mi padre, que la sacaron al exterior de la basílica. Fuera esperábamos emocionadas generaciones de mujeres, entre ellas las de mi familia con mi madre a la cabeza, encargada de organizar esta única procesión en 50 años. Con todo dispuesto bajamos a la Virgen al encuentro de San Andrés en la plaza de los Fueros. Allí se manifestó la emoción de todos entre aplausos, vítores y lloros a nuestros excelsos patronos.

Gracias también a los 39 pueblos que con sus vírgenes acompañaron a la nuestra hasta el interior de San Juan, donde nuestro arzobispo celebró una inolvidable eucaristía. Como colofón, el día 25, aniversario de la coronación acompañados de la autoridades militares, civiles y religiosas, niños de comunión, rondallas, gigantes, danzaris, etcétera, vivimos la más inolvidable procesión de nuestra virgen, nuestro santo y las 39 vírgenes que les acompañaron hasta la plaza de la Coronación, donde el abad mitrado de Leyre ofició la misa que concluyó con una lluvia de pétalos.

Por último, gracias a Antonio Roa, recientemente fallecido, que, con un paraguas inmenso, al ladico de su adorada Virgen del Puy, protegió a todos los estellicas de la lluvia. Una vez más, gracias a todos los que han hecho posible este 50 aniversario.

CRISTINA JUÁNIZ VERGARA