Nadal, en busca de un "póker" que le permita entrar en la historia. El manacorí podría convertirse en el tercer tenista con cuatro cetros en París. Pone en juego el número dos en su intento de emular al sueco Bjon Borg
Rafa Nadal tiene ante sí un nuevo reto en su prolífica carrera, convertirse en el primer jugador desde Bjorn Borg con cuatro cetros consecutivos en Roland Garros, segundo "Grand Slam" del año, aunque para ello tendrá que hacer frente a los potentes aspirantes Roger Federer y Novak Djokovic.
El manacorí llega una vez más a París como líder de una "Armada" que ha vivido sus grandes éxitos sobre la arcilla gala. Avalado por sus 21 triunfos consecutivos en el Bois de Boulogne, Nadal es el gran favorito de esta nueva edición que comienza y en la que busca unirse a Borg y Henri Cochet, los mejores en París con seis y cuatro títulos, respectivamente.
El número dos del mundo ha preparado su asalto a la Copa de los Mosqueteros con una brillante campaña sobre tierra batida que le ha permitido convertirse en el primer jugador de la historia con cuatro trofeos consecutivos en el Masters Series de Montecarlo y el Conde de Godó.
Sin embargo, sufrió un fuerte varapalo en el Masters Series de Roma, donde Juan Carlos Ferrero aprovechó sus molestias físicas para apearle en su estreno en segunda ronda. A pesar de todo, el balear se rehizo y se apuntó su primer título en Hamburgo el pasado domingo ante el tetracampeón Roger Federer.
Favorables presagios
En un fin de semana de ensueño sobre el polvo de arcilla alemán, Nadal superó a sus dos grandes adversarios Novak Djokovic, en semifinales, y Federer, en la final, en dos partidos que quedarán grabados en la retina de los aficionados al deporte de la raqueta.
No obstante, ambos maratones le dejaron secuelas físicas que le obligaron a tomarse un obligado descanso los primeros días de la semana aunque el mallorquín disipó las dudas sobre su estado y aseguró que llega en perfectas condiciones.
Durante aproximadamente una hora, Rafael Nadal mantuvo un encuentro con periodistas españoles y sin la menor cortapisa, habló de mil y un temas. Todos los que le fueron planteados encontraron una justa respuesta. Las cuestiones tratadas en modo alguno se centraron en el tenis. Nadal confesó sentirse feliz en la cocina, aunque sólo se mete en ese asunto un par de veces al año. Cree que borda los platos de pasta, aunque lo que más le gusta es el marisco, especialmente las gambas.
Un tenista futbolero
Futbolero donde los haya, no tuvo el menor reparo en confesarse madridista. Negó haberse convertido en un chaquetero, aunque reconoció que cuando su tío Miguel Ángel defendía los colores del Barcelona, ejercía de hincha azulgrana. Cree que Romario, que militó en el Barça, ha sido el mejor jugador desde el punto de vista internacional y dice que Raúl fue el primero que le encandiló en su etapa inicial como madridista.
Nadal ocupa la misma vivienda que el año pasado, a la que llegó cargado de material de entretenimiento, desde películas hasta la "Play", pasando por los naipes. Revela que cuando tiene a Feliciano López como rival en los juegos de cartas, siempre surge la polémica. No lo tilda de tahúr, pero sí cree que es un tramposo empedernido.
Controles y controles
No oculta el balear que la temporada anterior se sometió a diecisiete controles de sangre. Este año lleva camino de al menos igualar la cifra y entiende que algunas disciplinas pagan por lo que ocurre con el dopaje en otros deportes.
Podía haber rayado muy alto con el balón, pero se inclinó por el tenis. Su puesto, cuando le daba patadas a la pelota, era de extremo izquierdo. Abomina de aquellos que se meten en las vidas privadas de los famosos y considera que tendría que haber disposiciones especiales para combatir esa plaga de informadores ocasionales.
Monotonía
Reconoce que la vida en Londres es muy cara. Y menciona la "Nutella" como un producto alimenticio que en la capital inglesa es carísimo. Cuando viaja acostumbra a llevar consigo un elevado número de películas. Las últimas que vio fueron "Los Intratables" y "El Padrino, primera parte", aunque dice que tiene las tres y que algún día continuará con las otras dos.
De Federer afirma que es el mejor del mundo, porque «convierte en fácil lo difícil». Reconoce que entre ambos existe una cierta amistad. Piensa que, aunque está sacando a una media de 185 kilómetros-hora, le hace falta conseguir una mayor velocidad, «porque a altos niveles no basta sacar colocado, sino que hace mucha falta golpear con la máxima potencia la pelota».
Nadal dice estar aburrido en las concentraciones de los campeonatos, pero al mismo tiempo reconoce que venir a un torneo como por ejemplo Wimbledon representa un atractivo irrenunciable.
Sus días pasan en medio de la monotonía, salvo alguna que otra escapada a Londres para cenar. Su jornada diaria la ocupa el entrenamiento, una sesión con el fisioterapeuta, la comida y, si la programación se lo exige, el partido.
Proclama que España es el país que le gusta más y no se considera perseguido por los admiradores. En Manacor se siente muy a gusto. Echa de menos el calor que en esta época del año predomina en su pueblo natal.
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