Muchas tallas de gran valor y otras más modestas desfilaron en lo que constituyó un momento histórico
Tallas de gran valor artístico y otras más modestas peregrinaron ayer hasta Estella para rendir homenaje a la Virgen del Puy en la víspera del 50 aniversario de su coronación canónica, cuyo día grande se celebra hoy. Las vírgenes llegaron desde todos los rincones de la merindad, de Navarra e incluso del extranjero. Fue un momento histórico y difícilmente repetible, ya que nunca se había producido una concentración semejante en Estella.
Los primeros en entrar en la plaza de los Fueros fueron los dos patronos de Estella, San Andrés, y pocos minutos después lo hacía la Virgen del Puy. También se trataba de una excepción, ya que ayer salió la talla original y no la réplica que habitualmente lo hace en las procesiones.
Pese a que todos los vaticinios amenazaban con lluvia, en el acto recepción lució el tan esperado sol primaveral, que permitió a la virgen estellica brillar con todo su fulgor, una vez que se retiró la urna de cristal con que se le había protegido por si llovía.
Ante la puerta principal, el vicario general de Tierra Estella, Pedro José Loitegui, junto con el párroco de San Pedro, José María Martinicorena y el prior de la basílica del Puy, Javier Razquin, fueron recibiendo una por una las vírgenes que llegaban de los distintos pueblos. Todas iban acompañadas de un séquito de fieles, cofrades o simplemente vecinos del pueblo donde procedían. En la mayor parte de las ocasiones, además ofrecieron una canción a la Virgen del Puy. Algunos cortejos eran muy numerosos y en el caso de Azagra, llegaron a desplazarse 150 personas con la Virgen del Olmo. Pese a todo, la recepción se realizó con rapidez entre las 16.30 y las 17.45 horas.
Colaboración voluntaria
Cientos de estelleses de todo tipo de grupos y asociaciones ayudaron a la organización del acto, desde la Cofradía de San Pedro, que portó a San Andrés y el grupo de mujeres que habitualmente sacan en procesión a la patrona, hasta la Cofradía de la Vera Cruz, que se encargó de colocar las imágenes en el interior de la iglesia de San Juan. Colectivos parroquiales, grupos de scouts y numerosos voluntarios, incluido el párroco de San Miguel, David Galarza, que fue aplaudido por el público.
Por ello, fueron miles de personas, entre las que se incluían infinidad de espectadores, las que fueron pasando por la plaza de los Fueros antes de entrar en la misa que puso el broche al desfile de vírgenes a las 18 horas. También se trató de un encuentro único, ya que casi 40 sacerdotes de toda la merindad participaron en una eucaristía oficiada por el arzobispo de Pamplon, Francisco Pérez González.
El prelado recordó que el Papa Benedicto XVI ha concedido a Estella el año mariano jubilar, del 2 de mayo de 2008 al 25 de mayo de 2009, lo que permite obtener la indulgencia plenaria con tan sólo tres actos: confesar, comulgar y rezar una oración por el Papa. A esta condición, Pérez añadió: "Me gustaría además que os detuvieses un momento a pensar y a hacer algo por los pobres".
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