Toma mis manos, ven a mis brazos,.
Toma mis manos, ven a mis brazos,
quiero enseñarte el sendero, cómo caminar sin él.
Porque hoy la noche es oscura, porque hoy tus ojos no ven
porque hay tanta agua en ellos, que no los puedes mover.
Te han arrancado el alma y no puedes comprender
por qué quitaron su vida, si tú la dabas por él.
Le quisiste con locura, libre le dejaste ser,
reíste cuando el reía y llorabas a la vez.
Atada a su propia cuerda, que nadie llegará a saber,
soñabas todas las noches, con el día de volver;
cuándo llegaría a casa, abrazarlo otra vez,
decirle hijo de mi alma, ya ves, siempre te esperé.
Pero un pájaro, en jaula, de pena puede morir,
ellos no tienen fronteras y son felices así.,
No te quieren ver llorar, porque les hace sufrir,
no temen hacerse daño, pero si hacértelo a ti.
Ha regresado a tu casa, no se marchará jamás,
sentirás cómo te llama y que te dice mamá,
"no llores por mi cariño que conmigo siempre estás,
hoy descanso en la montaña que cerca del cielo está".
Allí le espera una amiga que le quiso de verdad
y los dos como unos niños por el cielo escalarán.
Fueron aves que sin alas, siempre soñaban volar,
libres como las chovas, pagaron su libertad.
Las noches de luna llena, el cielo contemplarás,
verás brillar esa estrella, que los dos descansan ya.
Te harán guiños especiales, que tú los comprenderás,
sentirás que mandan besos y feliz sonreirás.
¡Es un orgullo ser madre, de un hijo tan especial!
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