Carlos M.G. es el hombre de confianza de Ginés Jiménez, jefe de policía y principal acusado
La apertura del sumario del caso Coslada, ha revelado que Carlos M. G., el segundo del oficial jefe de la Policía Local de la localidad madrileña, Ginés Jiménez, daba protección a los ciudadanos rumanos que estaban siendo investigados como miembros de una mafia de prostitución que operaba en el municipio.
Eran estos los delincuentes sobre los que se seguía la pista que llevó a descubrir la trama de corrupción policial. Precisamente a la mano derecha de Jiménez, al que se le conoce como Carlos, fue reconocido ayer por una de las prostitutas que denunció la trama, durante una rueda de reconocimiento.
El principal colaborador de Ginés, protegía a uno de los integrantes de la mafia, de nombre Catalín, y a su esposa, Andrea, quienes se encargaban de "cobrar por esquina" en el polígono de Vicálvaro (Madrid) donde las prostitutas denunciantes ofrecían sus servicios. La mano derecha de Ginés también era el valedor de los hermanos Iont y Francis Giurca, de nacionalidad rumana, que tenían "su propia clientela" y colaboraban con Catalín en la recaudación del dinero.
Denuncia de extorsión
En el sumario, que ayer se hizo público también se indica que Adrián J.P., uno de los agentes de la Policía Local detenido, solía acudir de parte de Carlos al polígono para cobrar el dinero exigido a los rumanos por la protección ofrecida. Sin embargo, Carlos se desplazaba muchas veces a la zona si las prostitutas se negaban a pagar las cuantías exigidas, al margen de lo que tenían que dar a sus proxénetas.
Precisamente fue una de estas prostitutas del polígono extorsionadas la que decidió denunciar a finales de 2007 la existencia de una red mafiosa policial.
Tras cinco meses de investigación, y a través de la mafia rumana que prostituía a las mujeres, los agentes de la Policía Judicial destaparon el 8 de mayo la operación Bloque con la detención del oficial jefe de la Policía y otros 25 agentes locales.
Siete de estas meretrices se personaron ayer en los juzgados de Plaza de Castilla, a donde también acudieron los imputados, en donde participaron en una rueda de reconocimiento. "Algunas sí y otras no", se limitó a responder el Alberto Fernández-Palacios, abogado de Carlos M.G., al ser preguntado sobre el resultado de la prueba.
"La rueda ha sido correcta, rigurosa y bien montada. Ha ido a favor de mi cliente", aseguró. En sus intervenciones en diversos medios, muchas de las denunciantes señalaron a Carlos como uno de sus extorsionadores al exigirles 200 euros a la semana.
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