"Tengo la fortaleza suficiente para seguir adelante porque me siento apoyado por la mayoría del partido"
Mariano Rajoy dio ayer el puñetazo en la mesa que los suyos le pedían. Retó a sus críticos a que den "un paso adelante" y presenten una candidatura alternativa a la suya para el congreso de junio en vez de provocar turbulencias internas.
Se mostró convencido de que la crisis que atraviesa el PP no obedece a razones ideológicas, sino que es fruto de los enredos de algunos "que están intentado que no me presente a la presidencia del partido, pero eso no va a ocurrir". Y por si no quedó claro, remachó: "no voy a tirar la toalla".
El PP vivió ayer una situación inédita en su historia, y en la de las demás fuerzas políticas. Un grupo de unos 250 militantes y simpatizantes se manifestaron a las puertas de su sede de la calle Génova de Madrid para protestar contra el presidente del partido y en favor de María San Gil y Ortega Lara. Gritaron y abuchearon a Ruiz-Gallardón cuando entraba.
La respuesta
Mientras tanto, Rajoy se reunía en una sala de la segunda planta del edificio con un grupo de alcaldes y presidentes de diputación de su partido. , ni se enteró. No los oyó, pero sabía que estaban debajo.
Acompañado de Soraya Sáenz de Santamaría, Rajoy pronunció la declaración más rotundo de las últimas semanas. "Si alguien quiere presentarse como candidato al congreso que dé un paso adelante y lo diga", desafió harto de las críticas y movimientos de los dirigentes críticos con su gestión.
Aseguró que el que se postule no sufrirá ninguna represalia y recibirá el mismo trato que si no lo hace: "simplemente intentaré ganarle".
Mariano Rajoy reconoció que el PP vive momentos "difíciles, de mucha incertidumbre y muy dolorosos", pero descartó que se trate de un "problema de ideas".
Lo que sucede, afirmó, es que "hay una serie de personas intentando que no me presente" para liderar el partido en el congreso, "pero eso no va ocurrir". Y abundó: "no voy a tirar la toalla como pretenden algunos desde fuera", en un intento de no ahondar las heridas internas.
El líder opositor también intentó justificar algunos de los silencios que exasperan a sus colaboradores ante las andanadas que recibe desde los sectores críticos.
A veces, vino a decir, "no es positivo hacer una batalla en los medios de comunicación y contestar a todo lo que se está diciendo". Rajoy, sin embargo, consideró que ayer debía responder para decir basta.
Se reafirmó en la necesidad de adecuar el discurso y la estrategia de su partido a "los tiempos que corren" para ganar las próximas elecciones.
Introducir cambios
Está convencido de que, sin renunciar a los principios, el PP tiene que ser otro después del congreso de Valencia, porque el inmovilismo conducirá a una nueva derrota.
Por tanto, afirmó, es "inevitable" introducir "cambios", pues "no podemos estar sin modificar nada".
Estas innovaciones, agregó, afectarán tanto a la estrategia como a los equipos directivos. Rajoy también apuntó que el PP tiene que cambiar una de sus señas de identidad de los últimos cuatro años y volver a ser una fuerza capaz de pactar.
"Hay que hablar con los otros", insistió ante los alcaldes. En ese sentido, recordó que hace sólo unos años "hemos estado coaligados", en alusión a las alianzas trenzadas con CiU, PNV y Coalición Canaria en la primera legislatura de José María Aznar.
De la actual política antiterrorista del Gobierno aseguró que sería "absurdo" no apoyarla porque el PP siempre ha pedido la derrota de ETA al tiempo que rechaza la negociación con los terroristas.
© DIARIO DE NAVARRA. Queda prohibida toda reproducción sin permiso escrito de la empresa a los efectos del artículo 32.1, párrafo segundo, de la Ley de Propiedad Intelectual