La empresaria tudelana María Forcada confesó que recibía la Cruz de Carlos III "con gran humildad, pues, a buen seguro, habrá muchas personas en esta comunidad que tengan más méritos que yo para ello". Forcada recordó los comienzos "tan difíciles", entre otras razones, por "la poca credibilidad que teníamos las mujeres que queríamos ser empresarias". Unas dificultades que logró superar con "trabajo, voluntad, valentía y mucha ilusión", además del apoyo de las "personas excelentes" de las que se rodeó. Forcada leyó a continuación una larga lista de nombres a quienes agradeció su colaboración y apoyo. "Este galardón es también suyo por la gran parte que tienen en el éxito de mi trabajo". La empresaria dio también gracias a Dios, "en el que siempre he encontrado apoyo y fortaleza, siendo para mí, junto con el amor a mi familia y a mi tierra, Navarra, pilar esencial de mi vida".
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