Ricardo Úriz, que ya sabe lo que es jugar en la ACB, es la cabeza más visible de una saga que vive el baloncesto las 24 horas
El baloncesto y la familia Úriz son dos conceptos que van de la mano, una pasión que sobrepasa el deporte. De los siete miembros de la familia, todos tienen relación directa con el baloncesto. Popy Úriz (Pamplona, 17 de enero de 1963) es el cabeza de familia, un hombre muy conocido en Navarra. Fue jugador y, por culpa de una lesión se hizo entrenador muy joven, con sólo 17 años.
Su mujer, Inmaculada Ancizu Asiáin también fue jugadora de baloncesto en Amaya, "el mejor equipo que había en Navarra", recuerda Popy. La única mujer de la familia Úriz recibió en su día la distinción de mejor jugadora navarra de manos de la federación.
El baloncesto fue además el lo que les llevó a conocerse y a formar una de las familias baloncestísticas más conocidas de Navarra junto a los Narros o los Urtasun. "Cuando ella jugaba en Amaya fue elegida como madrina de la peña Alegría de Iruña. Yo era socio, me la presentaron y ahí nos conocimos", explica Popy, que se casó hace 28 años. "Ella es una enamorada del baloncesto y gracias a eso me ha permitido dedicarle muchísimas horas al baloncesto. Ella es el cerebro de esta familia", comenta Popy.
Juntos han tenido cinco hijos (Ricardo, Javier, Iñaki, Mikel y Nicolás), y todos juegan a baloncesto desde temprana edad. "Vivíamos en un chalet que tenía dos canastas y allí he metido muchas horas con mis hijos", asegura Popy.
Ricardo, el pionero
Ricardo, el mayor de los cinco con 27 años, es el que más alto ha llegado. Ahora mismo juega en el Bruesa en Leb Oro, pero ya sabe lo que es jugar en la máxima categoría, la ACB. "Ahora mismo el objetivo es subir a la ACB, está difícil pero estamos en ello. Está claro que cualquier jugador lo que quiere es estar lo más arriba posible. Conseguir jugar en la máxima categoría es lo máximo", confiesa Ricardo, que achaca su afición a sus padres. "Desde muy jóvenes nos ha metido el mundillo del baloncesto. Tanto mi padre como mi madre han jugado y es una pasión que nos gusta a todos. Disfrutamos con ello y estamos muy contentos de poder dedicarnos a lo que nos gusta", asegura.
La pasión de los Úriz, el baloncesto, les ha hecho separarse como familia ya que cada uno está en una punta de España. "Somos bastante familiares y en cuanto podemos nos juntamos todos. Suele ser pocas veces, pero nos hace ilusión. Al final somos tantos que juntarnos es difícil", explica Ricardo.
Javier y la Universidad
Javier es el segundo de la saga y apenas tiene un par de años menos que su hermano Ricardo. Jugó en el Alvecón y ahora está en el Reus Deportiu, en Tarragona, jugando la Copa Catalunya. "Vine a Tarragona porque conocí aquí a la novia", comenta Javier, al que la llamada de este periódico no le sorprende en la cancha de entrenamientos sino en la biblioteca. "A ver si acabo la carrera de Derecho", explica. "No es que haya dejado de lado el baloncesto, pero si sale una oportunidad tampoco digo que no", asegura Javier, que aprovecha para definir a cada uno de sus hermanos. "De Ricardo destacaría su amplia carrera, que ya habla por sí sola. Iñaki es un luchador y Mikel tiene mucha proyección. Nicolás todavía es muy pequeño, así que disfrute y lo que tenga que venir ya vendrá".
Iñaki vuelve a casa
El que ha regresado a casa después de varios años es Iñaki Úriz. El mediano de la familia se ha recorrido media España e incluso estuvo en Estados Unidos. Hace un par de meses fichó por el HNV Consmetal de Leb Bronce, con el que ya sueña en ascender a Plata.
"Gracias a Dios he vuelto y estoy muy contento. Es un proyecto que ilusiona y estoy con ganas de ver hasta dónde podemos llegar", comenta el base de 23 años. "El 95% de la culpa de que nos dediquemos a esto la tienen nuestros padres. Siempre han estado en este mundillo y no nos quedaba otra. Nos pinchaban los balones de fútbol", bromea Iñaki.
"En verano solemos juntarnos los cuatro hermanos mayores y jugamos un dos para dos. Nos solemos cambiar de pareja para ver de quién es la culpa cuando perdemos. Luego nos pasamos la semana recordando quién gana y quién pierde", asegura Iñaki.
Mikel, la perla de la familia
El cuarto de los Úriz es Mikel, que sólo tiene 18 años. Actualmente juega en el Estudiantes de Lugo, aunque ha tenido la oportunidad de debutar ya con el Breogán de Leb oro. "Me he sentido muy bien en Lugo desde el principio. La gente me aprecia y se han portado muy bien conmigo", asegura Mikel, al que la distancia a veces se le hace dura. "Al principio estuvo Iñaki aquí cerca y ahora se ha ido para Pamplona. Me alegro mucho por él pero nos vemos poquito y se hace duro. Al final te acostumbras. Hablo todas las semanas al menos una vez con todos y nos contamos todo".
El último de los cinco hermanos es el pequeño Nicolás, que sólo tiene 11 años. Actualmente está terminando Primaria en el Vázquez de Mella y juega a baloncesto en San Cernin. Todavía es pronto pero ya ha sido convocado por la selección navarra. La saga de los Úriz continúa.
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