A Comptos no le consta que se hicieran gestiones para tratar de financiar el coste de la exposición con patrocinadores
El historiador Víctor Manuel Arbeloa lamentó ayer en el Parlamento haber sido objeto durante un año y medio de una falsedad "públicamente propagada, con visos de infamia" sobre su función de comisario en la exposición Navarra un futuro entre todos. Aclaró, y repartió entre parlamentarios y periodistas documentos y cartas oficiales para demostrarlo, que no cobró 60.000 euros por aquella tarea, sino 5.000 euros por dos años de trabajo. Los 60.
000 euros fueron el presupuesto de la oficina del comisario. Se mostró especialmente dolido con las críticas del que hasta hace ocho años fue su partido, el PSN, en el que centró buena parte de sus críticas.
La exposición se celebró en Baluarte entre el 1 de octubre de 2006 y el 7 de enero de 2007. Ayer comparecieron en el Parlamento para hablar de esta muestra el presidente de la Cámara de Comptos, Luis Muñoz, y el director general de Sodena, José María Aracama. Cerró las comparecencias el que fue comisario de la muestra, Víctor Manuel Arbeloa.
Cargado de papeles
Con un maletín cargado de papeles, gafas oscuras y gesto serio entró en la sala de comisiones del Parlamento el que fue su presidente entre 1979 y 1983. El PSN había pedido la comparecencia de Arbeloa para que explicara "sus actuaciones" en relación con la organización de la exposición.
Las sesiones de trabajo se celebran habitualmente a puerta cerrada, pero Arbeloa pidió a la presidenta de la Cámara, Elena Torres, que estuvieran los periodistas. No quería que tras "una acusación pública" él tuviera una "defensa privada y secreta".
Tras mostrar su "alegría" por haber visto cumplido este deseo, destacó su "evidente perplejidad" porque el PSN hubiera pedido su comparencia. A Arbeloa no le gustó ni siquiera la redacción del texto en el que el PSN reclamó que pasara por el Parlamento y criticó "la oscura sintaxis y deficiente ortografía" de esa nota.
El que fue comisario de la exposición recordó que la Cámara de Comptos no le hizo "una sola imputación" en su informe ni le pidió "ni un papel" sobre su actuación. Sí reconoció que el trabajo del órgano fiscalizador recogía una imprecisión: que los "honorarios del comisario" fueron de 60.000 euros, cuando ese fue el presupuesto de toda la oficina.
Arbeloa destacó que estuvo dos años trabajando en la muestra, desde febrero de 2005, antes de que él y Koldo Lasa fueran nombrados comisarios. El motivo de que empezaran antes los trabajos, dijo, fue la conversación que Lasa y él mantuvieron en enero con el consejero de Cultura, Juan Ramón Corpas. El 24 de abril, por motivos personales, Lasa renunció.
Arbeloa destacó que su labor estuvo centrada en realizar una exposición "nueva, innovadora", que estuviera acompañada de un proyecto educativo, que se alejara de todo tinte político y en la que participaran personas de distintas sensibilidades, "buscando la Navarra de todos".
Agregó que pese a que Comptos no le atribuye "ningún error, ninguna tacha, como se ha visto", la oposición "ha hablado de despilfarro, de continuo electoralismo, de los 60.000 euros cobrados por el comisario...". Señaló que todas estas críticas se recogen en una nota del PSN que definió como "zafia y vil" que hablaba de "la exposición de Arbeloa". En esa nota se decía que la muestra fue "un auténtico montaje autopropagandístico del entonces gobierno de la mayoría absoluta de UPN y CDN realizado por el señor Corpas y ejecutado por el comisario, señor Arbeloa, no sin previo pago de 60.000 euros".
Arbeloa respondió: "Y esto me lo dicen, nada menos que quienes han recibido durante estos últimos tiempos cargos para cuatro y más años -Defensora del Pueblo, presidencias de Mancomunidades, presidenta del Parlamento...-, a veces con retribuciones dignas de archicomisarios, por los votos decisivos de esa misma y espantosa derecha", ironizó.
El PSN también dividía el coste de la exposición entre los visitantes que tuvo, concluyendo que costó 113 euros por asistente. El historiador respondió: "Que se divida el gasto por la clientela es operación peligrosa". "Imagínense ustedes que apliquemos esa regla de platino a todo, al cine español, a las cátedras de griego y de filosofía, a las campañas electorales...". Agregó que valorar una manifestación cultural "con criterios monetarios" revela "una actitud retrógrada" y "anticultural".
La corrupción "más grave"
Sin citar a nadie, pero en una sucesión de alusiones al pasado del Partido Socialista, como al caso Urralburu, Arbeloa afirmó que él cuando fue parlamentario, senador o diputado europeo no se vendió a nadie "ni a los banqueros suizos y españoles ni a los embajadores alemanes ni a los especuladores de suelo ni a los empresarios de la construcción...".
Agregó que él quiere ser "autónomo y libre", lo que le ocasiona "no pocos quebraderos de cabeza". Añadió que rechazó en su día ser consejero de Educación, candidato a la alcaldía de Pamplona, Defensor del Pueblo e incluso presidente del Gobierno, cargo que le ofrecieron, dijo, CDN e IU tras la caída del tripartito (1996). Puestos que no aceptó, "entre otras cosas, además de por mi poca habilidad para esos oficios, porque creía entonces, y creo más ahora, que la corrupción principal no es la económica, que parece ser la única que a algunos les importa, sino una mucho más grave y perniciosa, tentación y aun vicio de muchos políticos y hombres públicos en general".
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