Más de 150 personas repoblaron con cerezos y perales las calles Auzalor y Etxaburua en el día del Árbol
Un árbol por familia, esta era la idea de la actividad en el día del árbol de Berriozar, y así se llevó a cabo. Cerca de 67 familias se dieron cita ayer por la mañana para repoblar las calles Auzalor y Etxaburua con cerezos y perales. El buen tiempo animó al público que, entre padres, madres, niños e incluso abuelos, unidos por la causa, sumaron más de 150 personas.
Lo que agradó de la experiencia fue que el árbol tuviera algo personal, ya que después de plantarlo se anudó un cartel con el nombre de la familia.
La actividad, destinada a todo tipo de público, tuvo como protagonistas a los pequeños de la casa. No importó la altura del árbol o el peso de la azada. Mientras que los mayores cavaron los agujeros, los pequeños jugaban con ilusión con la tierra simulando ayudar a sus padres; una tarea que se tomaron en serio: "Yo ya he plantado tres árboles más, lo voy a regar siempre que pueda, me gusta mucho hacerlo", afirmó Adrián Ríos González de 6 años. "El que plantamos cuando tenía tres años se conserva muy bien", comentó su madre Arantxa Ríos González de 34 años.
La zona donde se plantaron ha sido elegida porque, como indica Alberto Onieva Onieva de 37 años y jardinero del ayuntamiento, "es una zona nueva pero en la que cada año se mueren 10 o 15 árboles. Antes había tilos, ahora esperamos que con la ayuda y respeto de todos, los cerezos y perales crezcan bien y duren mucho más tiempo".
Después de la tarea, el ayuntamiento ofreció un almuerzo con la colaboración de la Asociación Lantxotegi de Berriozar.
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