"Bioética, un puente para la mejora existencial"
Hoy celebramos el día de la bioética, disciplina compleja y reciente, pero muy necesaria en el avance de la atención a las personas enfermas o con graves problemáticas. Y es que la atención sanitaria no es sencilla. Además, la relación asistencial plantea innumerables incógnitas que generan angustia tanto a pacientes, como a sus familiares y a los y las profesionales del ámbito. Dudas que no se pueden resolver consultando los libros, ni acudiendo a los tribunales. Se sitúan en un canal que está por encima del conocimiento y son inalcanzables para las previsiones de las normativas.
La aplicación de la bioética se descubre como la única forma de abordar estas cuestiones. Nos facilita encontrar el modo de abordar los interrogantes sobre aquello que debemos hacer en determinados casos, dudas que no pueden resolverse solo con la aplicación científica o experiencial y que, adicionalmente, pueden generar graves conflictos o consecuencias psicológicas, añadidas a las dolencias que las han motivado.
Es por esto que debemos celebrar el creciente impulso de la bioética. También por el interés paulatino de nuestras plantillas y el avance en el estudio de las técnicas y los conceptos que la componen como herramientas para resolver problemas y conflictos bioéticos que muchos días vemos en las plantas de nuestros hospitales y centros asistenciales. El conocimiento del método principialista, basado en el análisis de estos problemas, a la luz de los principios de no maleficiencia, beneficencia, autonomía del paciente y justicia, entre otros; además del desarrollo y promoción de los entornos dialógicos interdisciplinares están sirviendo a esta realidad.
Es difícil formar en valores. Más bien parece que cada cuál debemos encontrar los nuestros. Pero sí debemos contribuir a sensibilizar y sembrar el interés por la necesidad de configurar nuestro convencimiento ético de una forma tan libre como reflexiva. Saber lo que debemos y no debemos hacer en el plano ético, y también, en el deontológico.
Pero no es labor fácil, porque además de nuestra realidad, posiblemente insegura en determinados momentos del quehacer asistencial, siempre tenemos a la persona atendida y a su familia en el otro lado de la cama. Quizá con otra visión de los valores, de la ética y de la moral diferente a la nuestra y, además, viviendo un momento distinto, a pesar de que coincida con el nuestro en el calendario.
Por esto, el método dialógico nos ayuda a encontrar soluciones constructivas, plurales, acordes a las diferentes visiones de nuestro mundo cada vez más cambiante y diverso. Hace años, y seguro que con base en mi pasión por la música, escuché que si pedimos a las personas que componen un coro que a la de tres comiencen a cantar una sola nota mantenida durante todo el tiempo que puedan ocurre un fenómeno muy bonito. El coro comienza como un pequeño desastre, cada cual en la nota que ha elegido, pero en poco tiempo, las voces se aúnan llegando al unísono, también de forma espontánea. Quizá solo con el lenguaje de las miradas, y sobre todo, escuchando., Ojalá el consenso bioético fuera tan fácil. Por todo ello, es un día para celebrar, para reconocer y agradecer el impulso de las instituciones públicas y privadas por la promoción de los comités de ética, así como por el compromiso de las personas por la formación en estos ámbitos con el sincero interés de mejorar la práctica asistencial y en definitiva el bienestar del paciente y de nuestras plantillas.
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