Cartas de los lectores
A vueltas del Concierto educativo
Estoy segura de que el concierto volverá, y mucho antes de lo que querrían estos gobernantes de mente y corazón tan pequeños y cortoplacistas. Porque es una injusticia muy grande que lo quiten

- Eulalia Martín Algarra
Mis dos hijas mayores empezaron en Miravalles-El Redín el curso 2001/2002, en tercero y segundo de infantil. Veníamos de fuera y buscábamos un colegio de educación diferenciada y concertado. En la primera reunión, la directora informó que los padres podían recuperar el dinero que habían tenido que aportar al negar injustamente el concierto el Gobierno de Navarra. Además, agradeció la confianza en la educación diferenciada. Confianza que había permitido al colegio continuar hasta que se reconocieron los derechos de los padres. Salí de aquella reunión muy agradecida a esos padres, que mantuvieron estos colegios vivos también para mis hijos.
Nunca imaginé que 22 cursos después estaríamos igual. Nunca pensé que acabando el primer cuarto del siglo XXl, la democracia en Navarra involucionaría más de 30 años. Es inaudito, de repente nuestros hijos pierden el derecho a estudiar en sus colegios y a que el Estado financie sus estudios. Si los pagamos nosotros sí; pero que nos financie el Estado al que contribuimos a mantener, no.
Después de aquellas 2 hijas, 3 hijos y 5 hijas más han ido a Miravalles-Redín, gracias al concierto educativo. Tienen derecho a ello. Tenemos derecho. Lo dice el artículo 27 de la Constitución. Ahora ya no, por el capricho de unas medidas déspotas y antidemocráticas que anulan el derecho de los padres a elegir el modelo educativo que prefieran, mixto o diferenciado. Es una medida arbitraria que no avala ningún estudio pedagógico o sociológico que demuestre que los niños de los colegios diferenciados tengan de adultos más problemas psicológicos, más enfermedades, delincan más y vayan más a las cárceles, defrauden más a Hacienda, tengan peores trabajos, fracasen en su vida familiar… No, nada de eso. Simplemente lo han decidido así los gobiernos de Navarra y de España.
Por esta arbitrariedad, mis cuatro hijas pequeñas ahora no tienen el mismo derecho que sus seis hermanos mayores a recibir la educación que sus padres deseamos.
No tiene sentido quitar el derecho al concierto a un colegio de educación diferenciada. Da igual lo que digan los poderosos de turno. Es una injusticia y lo saben. Pero menos ahora cuando nuestros gobernantes se jactan de una Navarra “Progresista y Feminista”. ¿Quieren empequeñecer y si es posible eliminar un foco educativo que promociona a las mujeres? ¿Por qué impedir que haya centros educativos que sepan sacar lo mejor de las niñas y jóvenes navarras? ¿Cómo es posible ser tan mezquino? Miravalles e Izaga dan visibilidad a la mujer, se les ayuda a soñar desde pequeñas. Los padres vemos a todos los profesionales de estos colegios decirles cada día: “¡¡soñad! ¿Qué seréis dentro de 10-12 años?... tendréis familia y un hogar, un trabajo apasionante, influiréis en convertir este mundo en algo mejor… El mundo os necesita porque sois sensibles, decididas, soñadoras, íntegras, sólidas, comprometidas con vuestro entorno, luchadoras que no se rinden ante nada ni nadie, sin miedos, sin complejos, con argumentos, amantes de la verdad, con convicciones... estáis preparadas para afrontar grandes retos.” Pues, mundo: ¡aquí las tenéis!
El corazón de todos los padres y alumnas está lleno de un profundo orgullo y una gratitud inmensa por tantas cosas recibidas en Miravalles. Con el tiempo, vemos que nuestras chicas y chicos tienen un sello y aroma especiales, el propio y único de cada buen colegio que hay en el mundo, y que hace a cada persona sentirse muy de su colegio, también en MIRAVALLES Redín.
Estoy segura de que el concierto volverá, y mucho antes de lo que querrían estos gobernantes de mente y corazón tan pequeños y cortoplacistas. Porque es una injusticia muy grande que lo quiten. Porque es un mal muy grande para Navarra y España rechazar la educación diferenciada, tan valiosa como la educación mixta, en la que mi marido y yo estudiamos. Mientras tanto, lucharemos para que vuelva a hacerse justicia, y continúen su maravilloso trabajo estos colegios que tantas cosas buenas han traído, traen y traerán en el futuro a Navarra, España y el mundo.
Eulalia Martín Algarra