¿Cuánto durarán esas flores?
Todos lo dicen: se esperan con muchas ganas. Tras dos años sin vivirlos, los Sanfermines empiezan a sentirse a nuestro alrededor. Muchas personas acuden a la llamada de fotografiarse con pañuelo rojo al cuello, deseando verse adornando las calles durante las fiestas, y los comercios hace tiempo que lucen en sus escaparates pantalones, faldas y camisas blancas con sus complementos rojos. San Fermín se anuncia hace ya días con el vallado del encierro que este año se contempla con cierta unción, y es que... tras dos años sin ellos, los Sanfermines se esperan con muchas ganas.
Pamplona, contagiada por sus gentes se engalana para esos días, deseosa de ver bailar y cantar como siempre se ha hecho aquí en esas fechas. No lo dice, pero seguro que también espera con muchas ganas, y por eso se ha alegrado al ver que los jardineros trabajan aquí y allá, sustituyendo plantas caducas por otras nuevas, más propias de la estación, para que florezcan en todo su esplendor durante las fiestas. ¡Pobres! Como son pequeñas todavía no saben que durarán poco, por muchas ganas que tengan. Que serán pisoteadas por algunos que ni siquiera los jardines respetan. ¿Por qué no nos plantan cuando esto termina?, se dirán, ya con menos ganas. Y eso mismo pensé yo cuando hace unos días vi trabajar con esmero a unos jardineros en la plaza de Las Merindades. ¿Cuánto durarán esas flores?
Recordé que los últimos años se cercaron algunos lugares para que no fueran destrozados por ciertos caballos de Atila que sólo piensan en su diversión y no saben respetar lo que es de todos. Espero que el Ayuntamiento no olvide hacerlo así también este año. La ciudad, los ciudadanos y sobre todo los jardineros y los jardines lo merecen. Si su trabajo sobrevive a las fiestas, también ellos, cuando oigan en el Pobre de mi, eso de ya falta menos, pensarán en los del año que viene también con muchas ganas.