"Un mal precedente para nuestro régimen foral"
El 10 de junio se reunía la Comisión Negociadora del Convenio Económico, órgano de coordinación del Convenio Económico entre las Administraciones navarra y central. ¿La ocasión? Armonizar un impuesto. Concretamente el impuesto sobre depósitos de residuos en vertederos, la incineración y coincineración de residuos. En principio, estaríamos ante una cuestión técnica y rutinaria. Hasta aquí todo normal. Pero en esta última Comisión Negociadora, Navarra Suma ha emitido una Reserva de voto, es decir, ha emitido un Voto particular sobre lo que allí se ha explicitado. La razón: que se lesiona con claridad la potestad de Navarra en materia tributaria y fiscal. Y así lo hemos querido manifestar. Es un error histórico, una primera vez, que sienta un precedente peligroso a futuro para la defensa de nuestro autogobierno en materia tributaria. Les cuento la historia desde el principio.
El pasado 9 de abril se publicó en el Boletín Oficial del Estado la Ley 7/2022, de residuos y suelos contaminados para una economía circular. Esta ley incluye medidas fiscales. En concreto, recoge el Impuesto especial sobre los envases de plástico no reutilizables y el Impuesto sobre el depósito de residuos en vertederos, la incineración y la coincineración.
Navarra carece, por el momento, de legislación propia sobre el primero de esos impuestos. Sin embargo, respecto al segundo, la Comunidad Foral sí cuenta con el correspondiente impuesto, recogido en la Ley Foral 14/2018, de 18 de junio, de Residuos y su fiscalidad. Y es aquí donde empieza el problema. Porque la Administración General del Estado ha propuesto a nuestra Hacienda que se armonice el impuesto estatal sobre el depósito de residuos. El Ejecutivo navarro ha trasladado dicha propuesta a la Comisión Negociadora para modificar la Ley del Convenio añadiendo un artículo 40 quater en el que se admite de manera directa la legislación aprobada por el Estado, asumiendo la figura impositiva marcada en la misma.
¿Cuál es el problema? Que se renuncia a nuestra potestad en materia tributaria. Si esa modificación de la ley sale adelante, Navarra estará cambiando una ley que el Parlamento Foral sacó adelante hace 4 años, sin una defensa previa de la materia fiscal allí aprobada. Desde Gobierno de Navarra niegan la mayor. Dicen que esto no va a ocurrir, que seguimos con nuestra ley. Pero ya les digo yo que eso no es cierto. Nuestra Ley 14/2018 tendrá que ser modificada, para plegarse a la legislación estatal. El Ejecutivo navarro también ha dicho que el nuevo artículo 40 quater que se quiere introducir en la Ley del Convenio nos deja grados de libertad para poder “hacer lo que queramos”. Eso sí, solo para subir impuestos y de manera similar al resto de CCAA. Poca diferenciación, por tanto.
Los partidos del Gobierno han salido raudos a criticar la oposición frontal de Navarra Suma a este enorme error de convenir un impuesto estatal cuando ya teníamos uno en la materia, sin antes defender nuestro Régimen Foral. Estamos ante un sometimiento explícito del régimen fiscal navarro a la actividad tributaria del Estado. Se lesionan los intereses de Navarra, llevándose por delante una de nuestras máximas expresiones de autogobierno como es la potestad tributaria del Régimen Foral. La portavoz de Geroa Bai, Uxue Barcos, ha dicho que UPN impulsó en 2015 una reforma que dejaba a Navarra en una posición desventajosa. Nada más lejos de la realidad. El resultado de aquella negociación -de la que soy bien conocedora- y consiguiente modificación de la Ley del Convenio, en ningún caso avala una interpretación restrictiva de las facultades que la Constitución española reconoce a la Comunidad Foral. ¿Debemos respetar la legislación del Estado en el ámbito de sus competencias? ¡Solo faltaba! Pero eso no significa que Navarra tenga que replicar las figuras impositivas del Estado. Desgraciadamente, la modificación ahora propuesta sí lesiona la potestad navarra en materia tributaria, pasando por alto, entre otros, los artículos 39.1.a) y 45.3. de la LORAFNA
Por su parte, la consejera Saiz del PSN ha comentado que, con el acuerdo alcanzado, y cito textualmente, “Navarra podrá seguir gestionando y recaudando el Impuesto sobre residuos y sin producir distorsión alguna a la ciudadanía navarra y siempre en el marco de la máxima expresión de nuestro autogobierno”. Es una declaración desafortunada porque no se trata de gestionar y recaudar un impuesto; se trata también de que Navarra pueda establecer y regular su propio régimen tributario.
Además, la verdadera distorsión para el ciudadano navarro viene de la política de este gobierno, que aplica los impuestos más altos del conjunto de España, y ahora renuncia a defender nuestro régimen foral, cuya autonomía tributaria y fiscal bien gestionada contribuyó a que Navarra fuera una región próspera, atractiva para vivir, para la actividad de las empresas y el empleo.
El seguidismo absoluto del Gobierno de Pedro Sánchez y las muchas tensiones ya palpables entre los partidos del Ejecutivo navarro presidido por María Chivite, apuesto que están detrás de esta rendición.
María Jesús Valdemoros Erro Parlamentaria de Navarra Suma, Economista y Lecturer en IESE
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