"Andalucía es vital para quien quiera ganar las próximas generales, aunque en el Gobierno se consuelan diciendo que aún falta tiempo"
Lo peor que le puede pasar a Juan Manuel Moreno Bonilla y a su partido es creerse las encuestas y dar por ganadas las elecciones en Andalucía. Sin duda, los estudios demoscópicos dan una “pista” del sentir de la opinión pública, pero es solo una foto que puede modificarse. Dar por ganador al PP puede llevar a muchos de sus votantes a no ir a las urnas, mientras que dar por perdedor al PSOE provocará el efecto contrario. Juan Manuel Moreno Bonilla parece un hombre tranquilo, de los que tienen los pies en la tierra y quizá esa sea una de sus principales cualidades para andar por la política: no crispa. Y el ser un político tranquilo, que suele mostrase respetuoso con las otras fuerzas políticas, es lo que parece que los ciudadanos andaluces más valoran en él. La política española adolece de excesivo ruido, de frases altisonantes, de acusaciones burdas, y de ira, mucha ira como podemos ver semana tras semana en las sesiones del Congreso. Quizá por eso los andaluces agradezcan tener un presidente que no anda a la greña. En cuanto al futuro del PSOE y de la izquierda en Andalucía, si nos atenemos a las encuestas, pueden sufrir un revés importante.Todo lo que ha sucedido a la izquierda del PSOE, con sus peleas de familia y una candidatura fallida, es un especie de vodevil y en cuanto al papel que juega Yolanda Díaz parece que por fin empieza a “mojarse”. Andalucía es vital para quien quiera ganar las próximas generales, aunque en el Gobierno se consuelan diciendo que aún falta tiempo, y que por tanto la repercusión de las autonómicas andaluzas no será importante. Bueno, cada uno se consuela como puede, pero lo cierto es que si el PSOE se estrella en Andalucía, por mucho que se engañen sus dirigentes, tarde o temprano tendrán que mirarse al espejo y tomar decisiones. Andalucía será un test importante para sopesar tanto las posibilidades de Sánchez de repetir como inquilino de la Moncloa como de Feijóo para consolidar su posición como alternativa real. Y lo dicho, nada está escrito.
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