Vesolla

Como todo el mundo ha tenido que quedarse en casa esta semana -parece una semana santa de antaño- hay que afinar la puntería, hay gente en todas partes, por eso yo salí muy de mañana el jueves hacia uno de esos lugares donde no llega nadie. El cielo estaba plomizo y el sol parecía velado, como oculto detrás de una cortina, como si fuera una verdad a medias. Cuando dejé el coche cantaba el cuco. Más adelante, en el bosque, se replicaban los pájaros. Antes, en la radio, mientras iba hacia allí, es