Opinión
Análisis
Ocultar la insignificancia
Actualizada 23/04/2018 a las 06:00
Se subían a una peana en un pabellón repleto de público y en ese estado entre la excitación y la enajenación transitoria, al calor de sus ‘hooligans’ prometían vivienda digna, ‘tropecientos’ mil nuevos puestos de trabajo, mejores pensiones, formación para los jóvenes o subvenciones para quien se lanzara a tener hijos. Eso y dos huevos fritos. Que de todo hubo.
Salíamos de un tiempo oscuro en el que los políticos no rendían cuentas y pensamos que quienes llegaban a las instituciones de la demo
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