El lema serigrafiado en la funda de sus gafas, ‘Nacida para ser maravillosa’, dice mucho del arrojo con el que Ana Bujaldón, empresaria de marketing y publicidad desde hace más de 25 años, se levanta cada mañana “pensando que puede cambiar el mundo” y busca su equilibrio vital a través de un trabajo que le obliga a “estar despierta” y “reinventarse constantemente” y que compatibiliza con su familia, el deporte y la salud. Incansable comprometida con la promoción del liderazgo femenino, preside desde 2009 la Federación Española de Mujeres Directivas, Ejecutivas, Profesionales y Empresarias. Acaba de estar en Pamplona para respaldar la primera edición de los ‘Premios Valientas’ a mujeres sobresalientes otorgados por Diario de Navarra con el patrocinio de Laboral Kutxa.
¿Qué le parece la iniciativa?
Las mujeres somos más valientes de lo que nos reconocemos y me parece una iniciativa que puede generar simpatía y en la que se pueden reconocer muchas mujeres. No hace falta subir al Everest para sentirse valiente.
Hay quien ve una especie de complejo de inferioridad en el hecho de que haya necesidad de reconocer mujeres sobresalientes.
Es una cuestión de prisma. Lo que pasaba hasta ahora es que las mujeres no estábamos incluidas en las grandes fotos del liderazgo, el poder e, incluso, los méritos deportivos. Creo que este tipo de iniciativas lo que permiten es la visibilidad de la mujer y de mujeres notables y que la sociedad tenga más referentes para fijarse en mujeres que aportamos valor y somos necesarias en la empresa y en la sociedad.
Como experta en comunicación, ¿emplear el lenguaje inclusivo hasta niveles extremos puede ser contraproducente? Se lo pregunto por lo de ‘valientas’.
Desde el punto de vista profesional me parece un acierto porque es una llamada de atención. Sorprende e impacta y eso es positivo. Es evidente que es un gesto para llamar la atención y que no persigue otro tipo de cuestiones ligadas a cuestiones de género y que generan pequeñas batallas con las vocales. En valientes estamos todos incluidos y valientas permite esa llamada de atención y controversia lo que hará que hablemos más de las mujeres y de su valentía.
Defiende que el equilibro entre hombres y mujeres mejora la productividad. ¿Qué balance hace de los planes de igualdad en las empresas?
Creo que están ayudando a las empresas a reflexionar, tomar medidas y descubrir cosas que no sabían que ocurrían dentro de las compañías como, por ejemplo, la brecha salarial. En ese sentido creo que son positivos y que hay que seguir trabajando con ellos. También ayudan a que haya una foto más completa de la compañía y a saber qué pasa con las posiciones de liderazgo, las promociones, los suplementos salariales… Ayuda a tomar decisiones y a cambiar las cosas. Si no lo conoces y no lo mides no sabes que existe y no lo cambias. Igual que hay prevención de riesgos, era importante ver qué estaba pasando con las mujeres en la empresa.
Sigue habiendo mujeres que retrasan o descartan tener hijos por temor a no poder conciliar. La tasa de natalidad no deja de bajar y eso repercute sobre la sociedad y la economía ¿Pueden hacer más las empresas para proteger la maternidad?
Sin duda. La natalidad no solo es un problema social sino económico y hay que abordarlo. Se va a notar en el tiempo la igualdad en los permisos de paternidad pero a las empresas les diría que ser madre no es un freno y demuestra un fuerte compromiso . Respetando todas las decisiones, diría que nos vuelve más productivas. Tenemos que naturalizar la maternidad.
¿Por qué cuesta tanto que las mujeres accedan a cargos directivos?
Nos incorporamos más tarde al mercado laboral pero hemos llenado las aulas muy rápidamente. Significa que nos hemos puestos las pilas para trabajar y tener las capacidades y el mérito suficiente para ir escalando y mejorando. Es una ambición natural, pero no basta. Hay un techo de cristal indefinido y no se terminan de encontrar las claves. La CNMV recomendaba que a finales de 2022 las empresas del Ibex tuvieran un 40% de mujeres en sus consejos. Estamos en un 33%. En el Mercado Continuo hasta nueve compañías no tienen mujeres en sus consejos.
¿Es partidaria de las cuotas?
Las cuotas siempre han sido controvertidas, pero hay cuotas hasta en Alemania y no es malo. Si no hacemos nada, nada cambiará. El Foro Económico dice que la igualdad de género no llegará hasta dentro de 200 años. Las mujeres no queremos esperar tanto. Queremos tener el mismo poder económico y de decisión que los hombres.
¿Falta valentía en las empresas a la hora de apostar por el liderazgo femenino?
Sin duda. Hay empresas que están dando pasos muy valientes pero la mayoría tienen deberes por hacer. Me preocupan las empresas que apoyan la igualdad por una moda o exigencia social. Deben sumarle la convicción. El trabajo de la mujer se debe valorar no con palmaditas en la espalda sino con posiciones de liderazgo. Somos nosotras las que debemos exigir nuestro espacio, pero los poderes públicos deben ser ejemplares.
¿Con qué aprendizaje de los que nos ha dejado la pandemia se queda?
Esta crisis nos ha demostrado que la responsabilidad es compartida y que nuestro destino no sólo depende de uno mismo sino de los que nos rodean.
¿Un sueño... confesable?
Vivir en un mundo en el que haya igualdad de oportunidades y en el que la mitad de los puestos de liderazgo y políticos estén ocupados por mujeres. Un mundo más igualitario mejoraría la calidad de nuestra democracia.
DNI
Ana Bujaldón nació en Alemania en 1964. Es madre de dos hijos y empresaria de marketing y publicidad desde hace más de 25 años. Socia fundadora y CEO de Azul Comunicación, en 2009 fue elegida presidenta de FEDEPE, la Federación Española de Mujeres, Directivas, Ejecutivas, Profesionales y Empresarias desde donde vela por el reconocimiento laboral de la mujer en las posiciones de liderazgo.