Madergia, levantando edificios de madera con ocho plantas

La madera vuelve con fuerza para convertirse en el material perfecto para una construcción industrializada y sostenible. Esa es la idea con la que trabaja actualmente Madergia, una empresa formada por tres socios y quince empleados cuya fábrica está ubicada en el polígono de Ezcabarte junto a Oricáin. Se trata de recuperar un material del pasado pero con una aproximación mucho más científica y más técnica, así como un proceso constructivo más riguroso e industrializado. Una descripción simplificada de la actividad de Madergia consistiría en diseñar y producir en fábrica las piezas de madera para luego ensamblarlas in situ como si de un enorme Lego se tratara. Con una tradición más vinculada a países del centro y el norte de Europa, sobre todo Alemania, Austria y Escandinavia, la edificación con madera sigue arrastrando connotaciones negativas para buena parte de la población en España al considerar que este material es más frágil y menos duradero que el acero, el ladrillo o el hormigón. Poco a poco, se van desmontando esos mitos, que “para nada” se corresponden con la realidad, según defiende Diego Núñez Jiménez, ingeniero y socio de la empresa formada junto con Alberto de Miguel Lozano y Óscar Landa-Arroitajauregi Casado. Este experto explica que las casas de madera tienen que cumplir los mismos criterios que cualquier otra edificación en cuanto a longevidad y recuerda que existen edificaciones con este material con siglos de antigüedad. Por ejemplo, ellos mismos trabajaron en la rehabilitación de una iglesia mudéjar con una estructura de madera de 500 años que, en su mayor parte, estaba en óptimas condiciones. La clave está, como en cualquier otra estructura levantada con materiales más usuales, en una correcta conservación y mantenimiento. La madera es, por tanto, un material con “demostrada” longevidad, pero que requiere “hacer las cosas bien” y el dominio de la técnica, por lo que aconseja evitar a empresas que no tengan experiencia demostrada. Deja claro que ellos tampoco se dedican a la casas prefabricadas, un concepto que se asocia muchas veces a viviendas estandarizadas y de menor categoría que las tradicionales. La peculiaridad de los proyectos de Madergia es que están hechos casi íntegramente de madera, estructura incluida. No se trata solo de chalets, sino también bloques enteros de varias alturas. Al pensar en casas de madera suele venir a la mente los clásicos bungalós o, como mucho, una vivienda unifamiliar de montaña, pero nada más lejos de la realidad. Con los nuevos materiales hechos con madera y las técnicas constructivas actuales, esta empresa se ha embarcado en proyectos para levantar bloques de pisos de hasta ocho plantas. Esa es la altura del edificio que el año que viene se levantará en el barrio pamplonés de Azpilagaña, fruto de la colaboración entre Madergia y Nasuvinsa, y que será el más alto de su tipo en España. ADIÓS A LOS RETRASOS Aunque en Navarra ha sobrevivido una tradición en carpintería para la construcción, esta se limitaba fundamentalmente a utilizarla en cubiertas. Por el contrario, empresas como Madergia son capaces de ofrecer soluciones para todo tipo de estructuras por complejas que sean gracias a unos materiales mucho más avanzados que la madera en bruto. “Están certificados, son mucho más homogéneos en prestaciones y se trabajan de forma robotizada y mecanizado mediante control numérico”, describe Diego Núñez. Todo ello contribuye a un mayor control entre lo que se proyecta y lo que se ejecuta, al contrario de lo que ahora sucede con la construcción tradicional, por lo que no hay desviaciones “ni en plazos ni en coste”. La industrialización de la construcción permite recortar radicalmente los tiempos. Por ejemplo, levantar “el vuelo” de un unifamiliar de hormigón lleva fácilmente dos o tres meses, mientras que lograrlo con piezas de madera se consigue en dos o tres semanas. Son “reducciones enormes” de los plazos en “la parte dura de la obra”, aunque todo el trabajo fino del interior, con las instalaciones y los acabados, llevan actualmente el mismo tiempo. Precisamente ahora están trabajando para industrializar también esa parte, un proyecto que tiene mucho que ver con los planes de crecimiento de la empresa. Cuando se consiga, se dará otra buena dentellada a los plazos de ejecución, algo en lo que esperan grandes avances cuando trasladen su fábrica a Aoiz. Estas nuevas instalaciones serán más grandes y con mayor capacidad de producción, además de que estarán más robotizadas y sus procesos serán más automáticos. Lejos de tener inconvenientes en comparación con los clásicos edificios de ladrillo y hormigón, Diego Núñez sostiene que la madera aporta muchas ventajas que aumentan el confort y la practicidad. “La madera tiene una gran facilidad de mecanizado que permite industrializar con precisión y calidad. Es un material con gran capacidad aislante, lo que facilita lograr que estos edificios consuman poca energía en su uso”, argumenta Núñez Jiménez, que añade que resulta más sencillo levantar un edificio eficiente energéticamente y que gaste poca calefacción o aire acondicionado. Las casas de madera se adaptan a todo tipo de clima por muy húmedo o caluroso que sea y su diseño solo tiene que estar supeditado al uso que se le vaya a dar. “No es lo mismo una primera vivienda que una residencia esporádica para el verano y los fines de semana”, razona. GESTIÓN DE LOS BOSQUES Debido a lo minoritario que es todavía la construcción industrializada con madera, Madergia tiene un catálogo de clientes muy variado tanto públicos como particulares. La mayor parte de su negocio lo desarrollan en el norte de España, aunque han ejecutado proyectos por todo el país. “Trabajamos mucho en Canarias, donde la madera cuenta con la ventaja de no sufrir la corrosión de los ambientes marinos. Les enviamos un kit de construcción en el contenedor de un barco y, cuando llega, se monta rápidamente”, dice Núñez Jiménez. Otra de las ventajas de la construcción industrializada con madera que contribuye a la sostenibilidad de esta actividad, ya que la edificación es un sector responsable de un porcentaje muy alto de las emisiones de CO2 a la atmósfera. La transformación de la madera resulta muy eficiente, ya que se consume poca energía en su fabricación y mecanización en comparación con los otros materiales mucho más pesados y duros. A eso se añade que un árbol capta el CO2 de la atmósfera y lo fija en su estructura. Al utilizar su madera se está secuestrando ese carbono de la atmósfera para dejarlo capturado en un edificio. De hecho, por cada metro cúbico de madera utilizado, “se evita aportar una tonelada de CO2 a la atmósfera”. Otra de las ventajas de la industrialización de la construcción es que permitirá solucionar uno de los problemas que ya está planteándose en el sector, como es la falta de mano de obra cualificada, y que va a ser cada vez más grave. Este experto destaca que la madera es el único material de construcción 100% renovable “siempre que provenga de bosques gestionados racionalmente”. Pero, ¿seguiría siendo sostenible si todos los edificios se hicieran de madera? “Sí, siempre que los bosques se gestionen adecuadamente y se pongan en producción, cosa que no pasa, por ejemplo, aquí en Navarra, donde estamos bastante lejos de eso. Hay mucho bosque, pero no se aprovecha”, responde. Admite que tampoco sería posible dejar de lado el hormigón “de la noche a la mañana”, sino que habría que hacer una transición. En cualquier caso, Diego Núñez considera que se está “muy, muy lejos” no ya solo del agotamiento de la madera, sino incluso de un aprovechamiento de la mitad de los recursos de este tipo disponibles en Navarra. Pero no todo es color de rosa. Este experto y socio de Madergia admite que las construcciones de madera no pueden competir en precio con los materiales clásicos si el proyecto se ciñe exclusivamente a cumplir los mínimos del código técnico. Por contra, aquellas viviendas que vayan algunos pasos más allá lograrán “mejores prestaciones al mismo precio”, según asegura Diego Núñez: “Térmicamente va a funcionar mucho mejor, será más confortable y también más saludable”. En cualquier caso debe tenerse en cuenta que en los últimos dos años los precios de los materiales no dejan de cambiar y “lo que hoy es verdad, mañana puede no serlo”. A favor de la madera está la tendencia al ahorro energético y unos precios del gas y la electricidad al alza que van en contra del uso de materiales más pesados y tradicionales. Todavía hoy la construcción con madera supone un porcentaje muy pequeño del sector. Sin embargo, Núñez Jiménez prevé un futuro brillante y confía en que la población termine venciendo sus reticencias. “No se puede seguir haciendo las cosas como hace cien años, colocando un ladrillo encima del otro, que luego hay que romper para colocar las conducciones y, finalmente, reparar esas roturas. Madergia participa en el clúster de construcción industrializada autonómico y quiere contribuir en el futuro centro nacional especializado en esa materia que se ubicará en Navarra. Hay buenos vientos para impulsar las velas de esta empresa, ya que las directivas europeas marcan que en 2030 todos los edificios públicos tendrán que ser nulos en carbono en emisiones de carbono, un requisito que luego se extenderá al resto de las edificaciones.

Madergia, levantando edificios de madera con ocho plantas

Madergia es una empresa navarra que ha apostado decididamente por industrializar la construcción recurriendo a un material tan natural y renovable como la madera

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