Fiestas
Etxarri Aranatz, a capella
María Goikoetxea, vicepresidenta de la Coral de Etxarri Aranatz desde hace ya tres años fue la encargada de lanzar el chupinazo

- Miguel Cebrián
De fondo se veía un manto de niebla cubriendo una de las laderas de San Donato. El día se había vuelto un poco gris, aunque no parecía que fuera a llover. Daba igual: era un día importante para Etxarri Aranatz. Después de prácticamente tres años de espera, el pueblo volvía a celebrar sus fiestas.
María Goikoetxea, vicepresidenta de la Coral de Etxarri Aranatz , había sido la elegida para lanzar el ansiado chupinazo. Los miembros de la Coral decidieron que lo mejor era que algún miembro de la Junta lo tirara a modo de representación. Años atrás lo había tirado la presidenta y, ahora, era el turno de Goikoetxea.
Antes del inicio oficial de las fiestas, se presentaron a los gigantes delante de la casa consistorial, en la que destacó la incorporación de los gigantes txiki por primera vez en las fiestas del pueblo. Pasadas las 12 del mediodía comenzó la entrega de pañuelos a los niños a manos de la alcaldesa, Silvia Marañón Chasco. Este año se presentaron un total de 39 infantes. Una miembro de la Coral “cantaba” sus nombres y, cada vez que nombraba uno, las personas congregadas aplaudían y sacaban fotos. Los niños más pequeños lloraban, mientras sus padres sonreían emocionados.

A las 12:40 los miembros de la Coral se reunieron delante del Ayuntamiento para interpretar de manera fabulosa canciones de su repertorio. Cada vez que finalizaban una, el gentío aplaudía entusiasmado.Cuando terminaron, los nervios aumentaron; ya solo quedaban 15 minutos para el chupinazo.
Marañón estaba emocionada. Por fin había llegado el día. “Tenía miedo de pasar a la historia por ser la primera alcaldesa que no pudo vivir unas fiestas”, dijo entre risas. “Para mí es un gran honor estar aquí hoy”, confesaba. Según Marañón, después de los duros años de pandemia, los vecinos del pueblo estaban ansiando el regreso de las festividades. Es por eso que, para los siguientes días, el Ayuntamiento de Etxarri Aranatz contaba con un presupuesto total de cerca de 80.000 euros destinados a hacer volver las fiestas por todo lo alto.

Faltaban 10 minutos. Los integrantes de la Coral y algunas figuras políticas del pueblo se encontraban reunidas en la segunda planta del ayuntamiento. Entre ellas estaba Goikoetxea. “Ahora mismo tengo dentro una mezcla de nervios, responsabilidad y un fuerte orgullo”, declaraba emocionada. Comenzó en la Coral en 1996, con tan solo 16 años de edad y, durante 26 años, se había mantenido como una más de las 50 personas que hoy en día la forman. No obstante, no fue hasta hace 3 años cuando fue elegida vicepresidenta. Ahora se encontraba a escasos minutos de tirar el chupinazo para dar comienzo a las fiestas del pueblo que la vio crecer.
Ya eran en punto. Goikoetxea salió al balcón acompañada de la alcaldesa y miembros de la Coral. “¡Gora Etxarri!”, gritó. El público respondió. El cohete subió al cielo y, en cuestión de segundos, el estallido puso fin a los años de espera.