Ribaforada cede espacio al Ebro para reducir daños por riadas

Cuando hay crecida del Ebro, Ribaforada siempre es una de las localidades más afectadas. Sobre todo sus campos de cultivo, pero también porque es habitual que se tenga que cortar la carretera que la une con Fustiñana. Para intentar reducir estos efectos, la Confederación Hidrográfica del Ebro ha llevado a cabo una “innovadora” actuación que pretende, fundamentalmente, que el agua vuelva cuanto antes al cauce del Ebro y provoque menos daños en los cultivos y en la carretera. Este jueves, la presidenta de la CHE, Dolores Pascual; la consejera de Desarrollo Rural y Medio Ambiente, Itziar Gómez; el director general de Agricultura, Ignacio Gil; el director de Gestión Medioambiental de la CHE, Lorenzo Polanco; además de los concejales de Ribaforada Lorenzo Polanco y Noemí Hernández, presentaron esta actuación, que ha supuesto una inversión de 700.000 euros. Polanco fue el encargado, a pie del terreno, de explicar los pormenores de la obra. Señaló que el problema que se genera en Ribaforada es que se crean dos ríos paralelos, uno el principal y otro que llega por la rotura de motas aguas arriba y que va inundando todos los campos. “Y al llegar a la carretera, que es un dique, va subiendo de nivel, la inunda y vuelve al río rompiendo motas”, señaló. Ante esto, lo que se ha hecho es crear una nueva mota más alejada y de mayor altura, que deja un espacio entre ella y el cauce donde se ha excavado un gran pozo. Cuando el río crezca, el agua irá entrando en esta zona a través de un dique permeable. Al mismo tiempo, la que llega de forma paralela fuera del cauce por la rotura de motas aguas arriba irá entrando por otra escollera, lo que permitirá que vuelva antes al río. Además, unas compuertas antirretorno impiden que el agua salga de esta zona. “El agua va a permanecer menos en las márgenes y reducirá los daños en cultivos porque hasta ahora estaba muchos días y acababa pudriendo los productos. Antes sólo estaba la mota del río y la hemos reparado varias veces con un coste cada vez mayor”, dijo. Y es que dejó claro que las actuaciones en los cauces tienen que ir por dar más espacio al río. “Se pueden calificar como actuaciones de I+D, pruebas que, al final, se llevan a término tras analizar la situación de cada punto”, añadió. SOLUCIONES INDIVIDUALIZADAS En el mismo sentido se pronunció la presidenta de la CHE, que destacó la colaboración con el Gobierno foral para llevar a cabo este tipo de actuaciones. “Hemos buscado resolver el problema concreto en este punto conflictivo. Hay un problema de inundación por margen que rompe la mota para retomar el cauce principal. Aquí se ha retranqueado y construido un cuenco amortiguador que lamina la vuelta al cauce. Son soluciones individualizadas de recuperación y prevención y pretende mejorar la inundabilidad de terrenos agrícolas y el punto negro de la carretera”, señaló. La presidenta de la CHE se refirió a la demanda de algunos sectores para que se hagan dragados en el Ebro. “La CHE descarta un dragado masivo. Sería enormemente costoso e ineficaz”, aseveró. “El comportamiento del cauce varía en cada avenida y cada tramo. Hay que tener en cuenta también la influencia de infraestructuras en el tramo medio, donde hay que recuperar la capacidad del cauce con la premisa de que es una zona con una actividad tremenda, con muchas aglomeraciones de población, y todo eso tiene que compaginarse para sufrir los menores daños posibles”, afirmó. E insistió en que no hay una solución única, sino que hay que trabajar con muchas herramientas. “Sí se valoran puntualmente dragados en infraestructuras perpendiculares al cauce. Puede ser una de las soluciones”, puntualizó, añadiendo que hay que analizar punto por punto la problemática existente para tomar decisiones. Lorenzo Polanco también insistió en que la forma de trabajar es más efectiva de forma horizontal (ganando espacio al cauce) que vertical (dragados) y el director general Ignacio Gil recordó un análisis del tramo de Castejón a Buñuel. “Se analizó un dragado muy grande en esta zona. Suponía un coste enorme y sólo se ganaban cinco centímetros, teniendo en cuenta que los sedimentos vuelven a llegar en siguientes avenidas”, dijo. La visita a Ribaforada sirvió también para hacer balance de todas las actuaciones que ha llevado a cabo la CHE y el Gobierno foral para reparar daños provocados por las crecidas de diciembre de 2021 y aportar ayudas a los afectados. En cuanto a la CHE, su presidenta detalló que se han destinado 7 millones de euros para reparar estos daños en estructuras de defensa (diques) y en la limpieza y retirada de obstrucciones en los cauces. En concreto, se ha actuado en 528 puntos de 42 municipios de los ríos Ebro, Aragón, Arga, Ega, Irati, Arakil, Alzania, Basaburua, Burunda, Larraun y Ultzama. A esta cantidad hay que sumar otros 4 millones que se gastaron en actuaciones de emergencia después de esa crecida con el objetivo de intentar reducir daños si llegaba otra. También se destinaron 171.200 euros a 40 actuaciones de conservación y mantenimiento de cauces para mejorar la capacidad de desagüe en los ríos Ebro, Arga, Aragón, Irati, Queiles, Salazar, Esca, Ultzama, Robo, Zidacos y Mayor en 25 términos municipales. Además, se prevén otras 44 actuaciones en el presente año. “Todo hace una cifra de más de 20 millones entre 2022 y 2023”, señaló Dolores Pascual, quien insistió en que se han buscado soluciones innovadoras para solucionar problemas concretos. Por su parte, la consejera Itziar Gómez añadió que el Gobierno foral ha concedido 4,6 millones en ayudas extraordinarias para los afectados. Para reparación de infraestructuras agrarias de entidades locales se han concedido 2,7 millones para 94 beneficiarios; otros 988.757 € destinados a reparaciones competencia de comunidades de regantes, como infraestructuras de riego, reposición de compuertas, retirada de gravas y arenas de acequias, etc.; y, por último, 388.000 para 37 explotaciones agrícolas, 24.702 por lucro cesante y 480.233 por pérdidas en producciones agrarias.

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