Tras menos de un año sin toros, pero tres sin fiestas, la
Plaza de Toros de
Tudela recuperó este lunes la alegría en los tendidos y el jolgorio de las peñas adherido a las gradas.
Convocados a la fiesta había toros, toreros, afición y también varias peñas que hicieron coincidir su comida con el día de Santiago. El efecto fue llamativo pues el Tendido de Sol recuperó el lustre de antaño y donde antes se veía piedra ayer era imposible distinguir cada peña entre tanto disfraz. Y aunque el viento dificultara la labor de los matadores, la temperatura fue mucho más agradable que la del día del cohete.
Los toros de Marqués de Quintanar fueron seis zapatos muy en el tipo de Carlos Núñez, que ofrecieron nobleza en su lidia aunque a casi todos les faltó un punto de casta que les hizo perder gas en el último tercio.
Antonio Ferrera se hizo presente en la plaza con el llamativo capote de brega de raso verde que estrenara frente a los miuras en Pamplona. El matador pacense estuvo muy activo durante toda la corrida, tanto en sus toros como en la labor de director de lidia en el resto.
Destacó con el capote en el recibo a su segundo toro: la media verónica con el que cerró su recibo fue probablemente lo más elegante de la tarde. Los galleos para llevar al toro al caballo que vinieron después resultaron lo más heterodoxos en un matador que nunca deja de sorprender a los profanos.
Con la muleta, se pegó contra el vendaval en ambos toros, arrancando la faena del abre plaza con la mano derecha sin poder estirarse al natural por el pitón izquierdo, donde el toro se desmoronaba, y acabando la faena toreando sin la ayuda por el lado diestro.
En el cuarto toro, tuvo que llamar la atención de la banda de música para que arrancara a tocar, cosa que hizo de forma tardana con 'Nerva'. Los solos de trompeta y el trío del pasodoble provocaron una excesiva dilatación del trasteo, con formas muy gestuales y poco fondo en las exhaustas embestidas del toro del Marqués. Dos intentos de estocada al encuentro desde larga distancia se saldaron con un pinchazo hondo y una puerta grande.
Regresaba “El Fandi” justo una año después a Tudela, pero las sensaciones con público festivo fueron mucho mejores para él en este año post pandémico.
Centró la fiesta en las banderillas sabedor de que su lote en la muleta se iba a parar pronto. Así, como en su primer toro el Tendido de Sol tardó en incorporarse a la fiesta de los pares al violín, en el que hacía quinto, bajo los acordes de La Pegatina volvió loco al personal en un cuarto par protagonizado por un alarde con un sombrero.
Y es que las charangas de las peñas estuvieron más activas que la propia banda de música, que veía cómo la faena de Fandila al quinto, premiada con una oreja, ni siquiera había sido musicada pese a las peticiones del Tendido 4. El granadino, cabreado pero elegante, les dedicó un saludo en la vuelta al ruedo.
Esaú, que había
entrado por la vía de la sustitución por la baja de Manuel Escribano, se mostró muy activo en el tercer toro. Lo recibió con largas cambiadas, comenzó la faena con el pase cambiado e intentó ganarse a las huestes de Sol con desplantes de rodillas. Una estocada rinconera a su primero y un magnífico volapié al sexto le hicieron cortar
tres orejas.
La escena final resumió la tarde: fiesta, orejas y triunfo. Tres años después, la fiesta ha vuelto para todos en Tudela.
GANADO
Seis toros de Marqués de Quintanar. 1º y 2º cinqueños. De presentación agradable y comportamiento noble. Flojos de fuerza los cinqueños, el 4º y 5º. En general fueron perdiendo gas en el último tercio.
DIESTROS
Antonio Ferrera, oreja y oreja tras aviso.
David Fandila “El Fandi”, 2 orejas y oreja.
Esaú Fernández, oreja y 2 orejas.
PRESIDENCIA
A cargo de Verónica Gormedino asesorada por Curro Lamana en el terreno artístico y Juan Ramón Yunta en el veterinario. Pasaron desapercibidos.
INCIDENCIAS
Casi media entrada en tarde de rachas de viento constante y temperatura agradable. Esaú Fernández brindó el tercer toro a sus compañeros Antonio Ferrera y “El Fandi”. Todos los matadores salieron a hombros.