Vecinos de San Adrián reclaman que se les proteja de nuevas riadas

Treinta y dos contenedores con todo lo que se perdió del interior de su bazar de San Adrián llenó Yi Chen cuando la riada arrasó con su tienda y el almacén. “El agua me llegaba hasta la rodilla”, recuerda mientras señala las fotgrafías que ha colocado en el escaparate de la tienda. Varias instantáneas recuerdan cómo estaba la calle y el interior del bazar hace ahora justo un año. Esta mujer china que residen en San Adrián desde hace trece años se ha unido a la iniciativa propuesta por un grupo de vecinos de rememorar con instantáneas lo ocurrido hace un año. Una de las promotoras de esta acción ha sido Ana María Alonso García, propietaria de una pollería en la calle La Ribera, cerca de la plaza Fructuoso Muerza. El agua quedó a las puertas de su negocio pero sí entró en su casa donde le llegó hasta la cintura. “Ha pasado un año que ha sido muy duro para muchos vecinos y vecinas pero ahora que se cumple justo el aniversario estamos todos no sé si más sensibles o más afectados y colocar estas fotografías es una forma de curar o sanar esos sentimientos y, al mismo tiempo, una reivindicación porque no se ha hecho nada por evitar que vuelva a suceder algo semejante”, relata Alonso. Ella acudió a la reunión que desde la CHE se organizó en la localidad el pasado mes de octubre. Allí, cuenta, se les explicó el estudio que se ha hecho de la zona y las actuaciones que se podrían acometer para intentar evitar una riada de consecuencias como la de hace un año. En estos talleres, responsables de la Confederación Hidrográfica del Ebro expusieron actuaciones como el rebaje de un tramo de las defensas de la ribera derecha del Ebro para mejorar su confluencia con el Ega o la instalación de unos mecanismos que faciliten el cierre y apertura de los pasos existentes bajo la variante en función de las necesidades de la zona urbana y que permitan evacuar las aguas que entrasen “La idea que plantean nos pareció buena pero el problema llegó cuando preguntamos por los plazos. Nos dijeron que, yendo muy rápido, se podría empezar a hacer a finales del año que viene. ¿Y hasta entonces?”, cuestiona Alonso. Por ello, en un acto simbólico como es esta colocación de fotografías, vecinos y vecinas y comerciantes buscan reclamar la atención de unos representantes institucionales que creen que les han dejado “olvidados”. “Nos sentimos un poco abandonados. No sé si la responsabilidad es del ayuntamiento, de la CHE o de quién pero nos deberían dar alguna respuesta más”, refería Ana González Fernández. El agua entró en su vivienda hace un año y estos días ha vuelto a tener una avería fruto de los daños sufridos en la riada. AÚN HAY RESTOS DE KLOS DAÑOS A José Miguel Tomás Pascual el agua le entró hace un año en su vivienda, en su negocio -una tienda de muebles y decoración ubicada en la plaza- y en su bajera. “Fue un pleno al quince”, dice intentando sonar positivo dentro de la situación. Se mostraba consciente de la excepcionalidad de una riada como la de hace un año pero demanda que se pongan medios para intentar reducir las consecuencias de volver a producirse. 365 días después, el estanco de Raquel Sierra García todavía esconde marcas de la crecida. Retira un paragüero para mostrar cómo unos ladrillos apuntalan todavía parte de una estantería. “Seguimos sintiendo mucha impotencia por todo lo que pasó entonces. Quince días estuvimos cerradas. Ha pasado un año pero no lo hemos olvidado. Es más, a la vista está que todavía quedan restos”, indica a la par que recuerda cómo intentó salvar todo lo que podía del establecimiento con las limitaciones que le suponía un embarazo avanzado. De todo ello se quedan estos vecinos y vecinas y comerciantes con la solidaridad vecinal que surgió dentro de la tragedia. A través de grupos de difusión que se crearon entonces se pudieron ir ayudando en los días posteriores que, recuerdan, fueron muy duros. “En algunas viviendas estuvieron 48 horas sin luz ni calefacción”, rememoran. De estas mismas redes de difusión de las que brotó entonces aquella ola de solidaridad ha surgido ahora la iniciativa de recordar lo que sucedió y reivindicar actuaciones para proteger a la población. “Ha pasado un año y vemos poco movimiento. Leemos que en otros pueblos ya se han hecho cosas y nosotros vemos que aquí no se mueve. A este invierno ya no llegan las soluciones, no se puede esperar más”, concluyen.

Vecinos de San Adrián reclaman que se les proteja de nuevas riadas

Colocando en fachadas y escaparates fotografías de lo sucedido hace un año lamentan que no se hayan ejecutado acciones para evitar consecuencias así

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