Lerín: Saber canalizar el crecimiento

Lerín, que ha logrado fijar su población durante los últimos años, ha vuelto la mirada hacia sí misma para poner en valor su patrimonio. Su cielo, sin contaminación, que le ha permitido obtener el certificado del primer pueblo Starlight de España; el Fuerte de Cazorla, al servicio del Planetario de Pamplona; las cuevas de la Virgen Blanca; o las cabañas redondas de pastor constituyen la base de una oferta en la que, según indica la alcaldesa, Consuelo Ochoa, no quieren turismo de cientos de autobuses, sino visitantes que aprecien el encanto de las casas rurales y albergues, paisajes y gastronomía. Pero la oferta turística no es suficiente. El crecimiento sostenido del polígono del Saso, desarrollando las superficies en razón a la demanda y la tecnología, son las otras patas en las que el municipio basa su crecimiento. La localidad, que mañana hubiese iniciado sus fiestas patronales, en honor a la Virgen de la Asunción, dedicará parte de los 80.000 euros de presupuesto festivo a la organización de diferentes actos culturales durante este verano. El año pasado, recuerda la alcaldesa, se abonó un 30% de los contratos a las empresas, orquestas y ganaderías. El planteamiento inicial de instalar una plaza portátil aún está en el aire. Hay que emplear el sentido común, asegura Ochoa, ante una situación que sigue siendo preocupante y en la que el Gobierno de Navarra, reconoce, ha estado alejado de la realidad. La certificación de pueblo Starligh a Lerín, otorgada por el Instituto de Astrofísica de Canarias, y el convenio de colaboración firmado por el Ayuntamiento con el Planetario de Pamplona han impulsado la recuperación del Fuerte de Cazorla. Se trata de un enclave militar, construido en 1874 durante las III Guerras Carlistas -mandado edificar por el general liberal Domingo Moriones- en un solar donde se levantó el antiguo castillo y luego el viejo cementerio. Su situación estratégica, a 447 metros de altura y a unos 100 m sobre la cota del río Ega, lo convierten en un lugar privilegiado para el estudio del cielo y los astros, apunta el arquitecto Javier Corzán Serrano, autor del anteproyecto de rehabilitación que debe aprobar la sección de Patrimonio del Gobierno de Navarra . El historiador lerinés José Luis Ona González explica que la construcción tomó el nombre de Fuerte de Cazorla en homenaje al capitán de Ingenieros del mismo apellido, muerto en 1873 en los altos de Santa Bárbara de Mañeru. El fuerte estuvo activo dos años y después fue entregado al Ayuntamiento de Lerín. Ona añade que se salvó al destinarse para viviendas de familias necesitadas. Más tarde, en 1901, se ubicaron en él depósitos de agua y aprovechando la muralla sur y una pared de la torre-capilla se acomodó el viejo frontón, todavía existente. La capilla de Santa Bárbara o antigua torre del fuerte será la edificación más elevada cuando recupere su altura y volumen. El anteproyecto de Javier Corzán indica que, desde la terraza donde antes se situaban piezas de artillería, se podrá disfrutar del nuevo mirador de Lerín con espléndidas vistas en sus 360º. En la planta baja se prevé un uso divulgativo vinculado a la astronomía todavía por concretar. Fuera de su uso militar, la capilla o torre se utilizó como vivienda del gobernador militar e incluso, más recientemente, llegó a albergar la escuela de música. El acceso al Fuerte se realiza a través de la calle Mirador del Ega que discurre paralela al perímetro sur de la localidad y desemboca en el frontón. La fortificación se encuentra delimitada por las actuales calles Santa Bárbara y Cementerio Viejo, conectando la última de ellas con la calle el Castillo. El conjunto incluye, además de la torre, dos baluartes y un depósito de agua. El texto que se va a enviar a Patrimonio señala que los espacios exteriores del fuerte, tanto desde la cota elevada de la plaza central como desde las calles que lo rodean, muestran una conservación aceptable donde lo más reseñable es el estado de algunos sillares que se encuentran bastante deteriorados por las inclemencias del tiempo. El buen estado del exterior, matiza José Luis Ona, ha convertido al Fuerte Cazorla en lugar visitado por su interés histórico y por las amplias panorámicas que se disfrutan, desde el Moncayo hasta Montejurra. La alcaldesa de Lerín, Consuelo Ochoa, llega con el título de ser el primer pueblo Starlight de España -garantía de un cielo sin contaminación lumínica que permite la observación de las estrellas- y con un convenio de colaboración firmado entre el Ayuntamiento y el Planetario de Pamplona. Después de un año y medio, que califica “muy, muy difícil”, Ochoa ha puesto sobre la mesa una batería de proyectos para mejorar la calidad de vida de Lerín y convertirlo en opción para vivir y trabajar. ¿Qué ha sido lo mejor y lo peor del último año? Ha sido un año muy, muy difícil, en el que hemos vivido con mucha incertidumbre. Pero tengo que admitir que, como alcaldesa, la pandemia me ha ayudado a tener más presente el sentido común. Claro que, durante este periodo, me he apoyado mucho en la secretaria, sobre todo en temas de aplicación de normativas y en el jefe de obra. Y creo que no lo hemos hecho mal. ¿Cómo ha salido Lerín de este periodo a nivel económico? La pandemia originó serias consecuencias en el comercio y en la hostelería. Desde el Ayuntamiento ayudamos, con diferentes partidas, a estos sectores. La parte positiva es que los vecinos han optado por el comercio local, más cercano y con una atención más personalizada. Lerín ha fijado e incrementado su población ¿a qué se ha debido? Hay que aprender de cada carencia. Tenemos que sacar partido de nuestro principal valor que, en definitiva, es el propio pueblo. Y, para ello, nos tenemos que apoyar y reforzar en tres pilares. En una tecnología puntera, en el desarrollo del turismo y continuar fomentando la cultura. Un cóctel al que hay que añadir el deporte, en el que somos una localidad puntera. Para asentar población hay que ofrecer trabajo y calidad de vida. ¿Qué acciones se han tomado en este sentido? Han llegado al Ayuntamiento más de una veintena de solicitudes para construir casetas de ocio en el Regadío Tradicional, por lo que hemos iniciado un proceso participativo para desarrollar una normativa que regule ese tipo de construcciones. Las casetas deberán levantarse entre el río y el casco urbano, tener una superficie máxima de 40 m2 y 12 m2 de porche y, en ningún caso, deben utilizarse como vivienda oficial. También, se va a habilitar en la casa de cultura -es un proyecto de la oposición- un espacio coworking de 80 m2, para que la gente que lo necesite tenga acceso a internet de alta velocidad, pueda trabajar y tenga, también, su sitio de reunión. ¿Qué proyectos plantean para los dos próximos años? Vamos a desarrollar cuatro proyectos, que han sido apoyados por los lerineses en un proceso participativo. Se trata de inversiones que suman 2,3 millones de euros: un velatorio municipal, la intervención urbanística en el barrio de La Cadena, reagrupar y ampliar las instalaciones deportivas en La Romaleta, que incluirán una pista de atletismo y una de pádel. El más ambicioso consiste en la creación de un espacio polivalente. Además, hemos hecho nuestras las propuestas presentadas por los propios vecinos que van a mejorar la calidad de vida de la población. ¿Es suficiente el actual polígono industrial? No. Tenemos que incentivar a las empresas para que vengan a Lerín y para ello hay que disponer de suelo industrial. Estamos hablando con Nasuvinsa en ese sentido. Hemos aprendido de los errores pasados y pretendemos crecer en la medida que crezca la demanda. Por otro lado, hemos solicitado a Intia que, con la concentración parcelaria, las 70 ha regables de las 110 cultivables del comunal se trasladen al polígono del Saso. El Gobierno ha anunciado el inicio de las obras del Canal Está siendo un proceso tan dilatado en el tiempo que resulta agotador. Lerín está en la cabecera del ramal, pero el proyecto no ha dependido nunca del Ayuntamiento. Lo único que pedimos al Gobierno fue agua para regar los secanos de la Gaza y, ahora, se está llevando a cabo la concentración. El Canal es riqueza y esperamos que las obras se desarrollen lo antes posible.

Lerín: Saber canalizar el crecimiento

En los últimos años, Lerín ha apostado por poner en valor su patrimonio, una iniciativa en la que la calidad de su cielo, sin contaminación lumínica, constituye la base de su oferta turística

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