Selva de Irati
La ermita de la Virgen de las Nieves de Irati estrenará cubierta en agosto
Tras los avances de 2020 y disponer de cuantía económica suficiente, las tablillas que la componen se renovarán en verano

Actualizado el 06/03/2021 a las 06:00
El próximo 5 de agosto, festividad de Santa María de las Nieves, se espera que sea un día grande en la Selva de Irati. Si se cumplen las previsiones, esa jornada lucirá como nueva la cubierta de la ermita de la Virgen de las Nieves, tras la colocación de 7.500 tablillas de madera de haya en sustitución de las dañadas actuales, y sonará con fuerza la campana desde la reconstruida espadaña. Ese es el objetivo marcado desde la iniciativa vecinal pirenaica que aspira a rehabilitar este templo aquejado también por problemas estructurales. Una iniciativa que dio sus primeros pasos en 2020.
“En las últimas semanas se han dado las circunstancias para poder informar de buenas noticias”, refieren desde este grupo de vecinos ligados a los valles de Salazar y Aezkoa. “Tenemos ya fondos económicos para poder iniciar en verano una primera parte de la obra, que se centrará en la cubierta y la espadaña (la campana se retiró tiempo atrás por precaución). Y eso es gracias a cientos de donativos vecinales y a que el Arzobispado se ha sumado económicamente”, indican. La ermita pertenece a la parroquia de Ochagavía.
Asimismo, un grupo de 6 voluntarios se ha comprometido a “destinar 15 días de vacaciones en julio para poder trabajar en auzolan en retirar las tablillas antiguas de la cubierta y colocar las nuevas”. “Esto abaratará los costes, y la parte más técnica la acometerá construcciones Orhipean de Ochagavía”, aseguran. Las vigas de la techumbre están “en buen estado, aunque tocará sanear”.
7.500 TABLILLAS DE HAYA
En el paraje de Burdinzokoa de la propia Selva de Irati aguardan su momento, perfectamente apiladas, las 7.500 pequeñas tablillas de madera obtenidas el pasado verano de 11 hayas. Parte de un lote de 15 que donó para el proyecto la Junta General del Valle de Salazar.
“Durante junio y julio, a diario, un grupo de 8 veteranos artesanos de Salazar y Aezkoa, más algún aprendiz, se encargaron de elaborarlas a la antigua usanza, hacha en mano, bajo la dirección de Javier Goicoa”, recuerdan.
Las hayas no se eligieron al azar. “Se obtuvieron de una zona húmeda, que les permite crecer rectas y de forma muy continua, lo que provoca que sea madera limpia, sin corazón. Además, se talaron en enero, en fase de luna creciente, consiguiendo madera sin apenas savia. Y la poca que quedaba dentro se ‘derramó’ en primavera por las ramas que aún sacaron. Así, disponemos de madera ligera, blanca y duradera que se cortó en tablillas en verano y se ha dejado ‘curar’ todo el otoño y el invierno. Seguirá así unos meses más. Ahora está impresionante y su vida útil rondará cerca de 30 años”, repasan.
PARÓN E IMPULSO
Las previsiones iniciales del proyecto, iniciado formalmente con la tala de hayas el 8 de enero de 2020 (participó el aizkolari de Ochagavía Iker Vicente y se grabó un documental), se vieron trastocadas por la irrupción de la pandemia de coronavirus. “Se quería haber enseñado en las fiestas de los pueblos cómo se elaboraban las tablillas para cubrir tejados, una tradición que se pierde en el Pirineo, dando además la opción de ‘apadrinar’ económicamente tablillas. Pero no se pudo hacer y, por tanto, no hubo fondos para acometer la obra de la cubierta prevista para el pasado otoño”, indican. Así, en noviembre se colocaron unas lonas provisionales sobre la techumbre.
En su día, en una primera fase de intervención valorada en 60.000 euros, se aspiraba a renovar la cubierta, reponer la espadaña, acometer revoques y consolidación de muros, sanear parte de la cimentación del ábside canalizando el agua que le afecta y realizar ajustes de carpintería. En una segunda fase, se rehabilitarían los frescos pintados en 1955 dentro y fuera del templo por el matrimonio Lozano Bartolozzi. No obstante, aseguran estar “muy ilusionados” de poder dar pasos adelante, y anuncian que las tablillas que se retiren se entregarán a quienes aporten donativos y las ‘apadrinen’. Así se podrán financiar las obras pendientes. Próximamente verá la luz también una página web que informará del proyecto, así como de la historia de esta ermita levantada en 1954, de su hermandad y de la devoción mariana.
RECOMPOSCIÓN DE LA HERMANDAD
Para fomentar la devoción a la virgen, el mismo año en que se levantó este templo se creó la Hermandad de la Madre de Dios de las Nieves en su Ermita del Monte Irati. Una hermandad en la que, además de vecinos e instituciones de la zona, se involucraron los clubes de montaña Muthiko Alaiak, Oberena y Club Deportivo Navarra. Sus miembros se han encargado de mantener la ermita, en la que el eje central ha sido siempre la fiesta anual celebrada en torno al 5 de agosto, romería que antaño reunía a cientos de personas (la primera fue en 1954). “Desde 1984 se desactivó en cierta medida al no haber ya mayordomo, pero un grupo de fieles siempre ha mantenido viva la llama y el culto”, indican. Así, de la mano del proyecto de restauración del templo, se han propuesto recomponer la hermandad, configurando una nueva junta e incorporando nuevos cofrades. Pero, para ello, se requiere renovar los estatutos. “Se adaptarán a las nuevas normas canónicas de 1983 y se ha decidido conservar todo lo que no las contradiga”, dicen. Y agradecen “el impulso dado por el Vicario Judicial, Carlos Ayerra, a la aprobación de los nuevos estatutos y a la aportación económica del Arzobispado para la reforma de la ermita”.
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