Más de cinco millones de metros cuadrados de terreno. Zonas verdes urbanas que hay que cuidar y mantener y que, según los cálculos del consistorio, más de la mitad de esa superficie, el total de la zona ajardinada (2,9 millones de metros cuadrados), tiene infraestructura de riego automatizado.
El resto corresponde a zonas de desbroce y de río, a las que se suma la superficie verde de titularidad particular. De este modo, explican, el riego propiamente dicho supone el 80% de la cantidad de agua consumida a nivel municipal por lo que, en un contexto de precipitaciones irregulares, el Ayuntamiento de Pamplona considera necesario ajustar al máximo la cantidad de agua empleada.
Eso sí, siempre teniendo en cuenta que en los parques y jardines de la ciudad cualquier reducción del volumen de agua destinado al riego supone pérdida de calidad estética de los céspedes por aparición de amarilleamiento puntual, un fenómeno inevitable, aunque reversible.
Así, dentro de las medidas, el Servicio de Zonas Verdes, antes del inicio de la campaña de riego, ha actualizado de 257 unidades de campo. Esto es, el 80% de los equipos de automatización de la red de riego, adoptando versiones 'telecontrolables'. Esta iniciativa, que ha supuesto la inversión de 635.738 euros, supone la posibilidad de ahorrar, al menos, un 20% del agua que se emplea en el mantenimiento de los parques y jardines.
El nuevo sistema posee, por un lado, la capacidad de ajustar la programación de riego establecida en función de la información meteorológica en tiempo real y, por otro, con la nueva automatización instalada se podrá activar o desactivar los riesgos en prácticamente toda la ciudad.
Se materializaría con un solo “click”, eliminando el desfase que se producía con el anterior sistema. Además, explica el consistorio, para realizar un control más detallado del agua de riego se ha iniciado una prueba piloto en el dispositivo. Se trata conocido como Hidrobola (Hydroball), una esfera enterrada que alberga sensores capaces de medir un gran número de parámetros relacionados con la humedad del suelo y que transmite los datos obtenidos a la aplicación que controla los equipos de la red de riego. Es una manera de ‘hablar’ con el jardín e indicar el uso más eficaz del agua.
Los nuevos equipos instalados son gestionados a través de software alojados en la nube, lo que permite su manejo desde cualquier tipo de dispositivo (ordenador, teléfono móvil-smartphone o tablet) ya que la transmisión de la información entre los equipos instalados y el software de gestión se hace vía GPRS.
Al detalle
El Ayuntamiento ha apostado por la instalación de dos tipologías de equipos. Para grandes parques y zonas verdes extensas se han instalado equipos que requieren únicamente la sustitución del programador ya que aprovechan la infraestructura de comunicación eléctrica que ya existe entre las válvulas y los programadores. Los nuevos programadores centralizan toda la información en un único punto y lo envían a un software de gestión.
En el caso de zonas más pequeñas y aisladas donde no existe la posibilidad de conexión eléctrica o ésta requeriría de una gran inversión económica, se han instalado equipos de alimentación autónoma, aunque la comunicación con el software de gestión también se realiza vía GPRS. Así se dota de comunicación inalámbrica programadores pequeños que hasta ahora solo se podían programar manualmente, con la consiguiente oportunidad de gestión y ahorro, tanto de agua como de mano de obra.