La muerte violenta de su hijo a manos de un yihadista en Londres le cambió la vida “para bien”. “No soy ejemplo de nada, pero intento ser mejor persona y mi relación con Dios, que se había enfriado, ahora es más firme”, explica
Joaquín Echeverría, padre de
Ignacio, conocido como el “héroe del monopatín”. A él no le gusta la palabra “héroe” porque considera que su hijo era una persona “normal, con sus limitaciones, que salió del anonimato porque era una persona buena y entregada a los demás”. Este domingo a las 18 horas, la Casa de Cultura de
Burlada acoge el
musical 'Skate Hero', un espectáculo que revive las últimas 24 horas de vida de Ignacio Echeverría, asesinado el 3 de junio de 2017. Joaquín, de 73 años, va a estar presente en la representación. Ha venido desde Madrid en el autobús que trae al elenco.
Además de buena persona, algunos consideran que Ignacio podría ser un santo.
Ya se han dado los primeros pasos para abrir la causa de canonización de Ignacio. Se ha nombrado un postulador, que está recogiendo los miles de testimonios que existen de personas que conocieron a Ignacio. Unos hablan de que era un buen cristiano, practicante, miembro de Acción Católica. Otros hablan de sus virtudes, de su ejemplaridad, generosidad. Como vivía en Londres, se ha hecho una consulta a la diócesis de allí por aclarar si dónde se instruye la causa. Además se ha creado una asociación para que el peso del proceso no recaiga sobre la familia.
Usted atesora gran cantidad de testimonios de personas que conocieron a su hijo.
Es cierto que los padres nunca llegamos a conocer cómo son realmente nuestros hijos. Yo he descubierto muchos detalles. Por ejemplo, Ignacio calmaba los ánimos cuando en zonas de ocio nocturno se vivían momentos de tensión. También sus compañeros de trabajo destacan su integridad. En banca se especializó en cumplimiento normativo y blanqueo de capitales. Él tenía que dar el visto bueno a la financiación de proyectos en África. Sufrió muchas presiones, tuvo que enfrentarse a superiores y arriesgarse al despido.
Pero usted también cuenta que su hijo tenía sus limitaciones.
Por eso es un modelo para otros jóvenes, porque sus cualidades no eran excepcionales. De Ignacio sus profesores nos dijeron que no servía para los estudios, pero a base de constancia logró tener un currículum brillante. Era tímido pero aprendió a defender sus ideas. Físicamente no era gran cosa pero su enfrentarse con su monopatín a una persona con un cuchillo.
Usted considera que la muerte de Ignacio estaba en los planes de Dios.
Algunos dirán que son casualidades. Yo no lo creo. Unos días antes de su muerte, viendo por televisión que habían asesinado a un policía en puente de Westminster, nos dijo que si él hubiera estado ahí, se habría enfrentado con su monopatín al terrorista. También fue providencial que la víspera de su muerte fuera a visitarlo un amigo de Madrid. Estuvieron cuatro horas hablando. Ignacio le contó que era feliz, que estaba en el mejor momento de su vida.
Algunos padres se preguntarán cómo se conseguir educar a un hijo de esta forma.
Yo no he sido un buen modelo de padre. He sido muy autoritario, volcado en el trabajo. Me equivoqué. Tendría que haber puesto más amor y menos represión. Sí que me preocupé por escucharles y guiarles por el buen camino. Ignacio era el tercer de cinco, el sandwich entre sus hermanas. Quizás eso afectó a su carácter.
En su libro cuenta que Ignacio era muy sensible al problema del terrorismo de ETA.
Un día me dijo que quería cambiarse de apellido porque no soportaba apellidarse como un etarra. Yo le dije que entonces renegaba de las cosas buenas que había hecho su familia y cambió de opinión.
A usted, que llevaba una vida tranquila de jubilado, la muerte de Ignacio le ha cambiado totalmente.
Me reclaman de muchos sitios para dar charlas. La muerte de Ignacio no ha sido inútil. Su ejemplo ha ayudado a muchas personas. Un skater me decía que desde que murió Ignacio a los aficionados del monopatín ya no les miran mal.
¿A usted también le ha he hecho mejor persona?
Yo era practicante, pero hubo un tiempo que me alejé de la Iglesia. Le rebelé al ver a obispos y sacerdote que simpatizaban con el nacionalismo y el terrorismo. Y dejé de ir a misa. En estos últimos años he vuelto a los sacramentos y a tener vida espiritual.
Un musical creado por el navarro Javier Segura
Un navarro, Javier Segura Zariquiegui, es el artífice del musical 'Skate Hero', dedicado a Ignacio Echeverría y que nació como un proyecto educativo. Iba a ser presentado en Inglaterra en un encuentro ecuménico de jóvenes pero el padre de Ignacio Echeverría les pidió que lo estrenaran en Las Rozas (Madrid) en el cuarto aniversario del atentado, en 2021. Desde entonces se ha presentado en numerosas ciudades y en el programa Got Talent de Telecinco. En 2022 también se representó en inglés en Gales.
Javier Segura fue delegado de Educación de la diócesis de Navarra y actualmente ocupa este cargo en Getafe. Es miembro de la Milicia de Santa María y dirige la asociación Ven y Verás Educación. “Cada tres años voy con un grupo de jóvenes a Inglaterra y preparamos un espectáculo en torno a una persona que sirva como modelo. Por eso pensé en Ignacio Echeverría, por su valores cristianos y porque servía de puente entre Reino Unido y España”, explica Segura. Él redactó el guión, con el asesoramiento de Joaquín Echeverría, padre de Ignacio. Varios profesores y jóvenes compusieron las canciones y coreografías. “En el elenco hay personas muy variadas. Hay profesores, estudiantes, actores amateurs, músicos de distinto nivel. Al ser un proyecto educativo implicamos a muchos chavales y les mostramos los valores de Ignacio”, señala.