Marta Dorado, ilustradora: "Si soy heterodoxa es porque siempre he hecho lo que me ha dado la gana"

¿Se considera heterodoxa? En cierto modo, sí y en cierto modo, no. Mujer e ilustradora. ¿Es ya una heterodoxia per se? No necesariamente. Yo me siento heterodoxa desde el punto de vista de que siempre he hecho lo que me ha dado la gana. Tampoco con un especial mérito. Igual, alguien me decía “esto que estás haciendo es una locura”. Pero no era que yo, valientemente, me sobrepusiera a las circunstancias. Pues le han salido bien las cosas. Sí. Me han ido saliendo bien. Por un poco de potra y también por trabajo. Es que veo a otros artistas y pienso, “joé, qué original”. Yo me veo muy normal. ¿Cuál fue su primera apuesta personal que supusiera un riesgo? Varias. Dejé Derecho para estudiar Diseño gráfico. No es que fuese un riesgo especialmente mío porque yo no pagaba los estudios. Para mí, la carrera fue un megafracaso, así que me tomé muy en serio el diseño. Después, he ido dejando todos los trabajos en los que he estado para lanzarme un poco al vacío. A la gente de mi entorno siempre le parecía una locura, pero yo los dejaba. Y me ha ido saliendo bien. ¿Derecho en la Universidad de Navarra? Sí. Yo vine a Pamplona a estudiar Medicina. Me sabe muy mal decirlo ahora, pero quería irme de Asturias. Ahora la amo con toda mi alma, como a mi familia. Nací en Quintueles, un pueblito muy cerca de Gijón. Yo es que soy superindenpendiente. Como quería estudiar Medicina y tenía una beca, me vine aquí. Pero hice el examen de acceso y no entré. Yo seguía con la idea de irme. Mi padre es abogado y me presentaron un programa de la carrera, que era un modelo angloamericano, y como aquello me interesaba, me matriculé. No me gustaba. No era para nada lo mío. Demasiadas horas de estudio. El caso es que da el viraje hacia el Diseño gráfico. Sí. Fue por una compañera de piso. A mí siempre me había gustado dibujar y pensaba que la única carrera para alguien a quien le gustaba dibujar era Bellas Artes. Y yo, en mi practicidad, pensé que Bellas Artes no me iba a ayudar a independizarme. Y cuando estaba estudiando Derecho me dijo una compañera de piso, “oye, ¿y diseño gráfico?”. Y yo, “¿qué es eso? ¿Existe?”. Me lo explicó y a mí me encantó la idea. Y ahora vive de la ilustración. ¿Cómo llega hasta este momento? ¿Ha sido gracias a las redes? Qué va. En mi caso, no. Se les da mucha importancia, pero creo que pocas veces me han servido. O al menos, yo no soy consciente. Yo empecé a trabajar de diseñadora en una empresa china de móviles. Un poco desastre. Supuestamente yo, recién terminada la carrera, era la jefa de Marketing para Europa. Pero hacía muy poco o nada. Aunque cobraba puntualmente. Mucha gente me decía que era el sueño de todo el mundo. Pero yo estaba amargada. Así que fue la primera vez que dejé un trabajo. Y empieza a dibujar. Pues recuerdo que una de las cosas que hacía cuando me aburría era dibujar. Y empezó a entrarme el gusanillo de que podría ser ilustradora. En ese momento, pensaba que vivir de la ilustración solo lo conseguían tres y malviviendo. Así que seguí dibujando hasta que en 2018 entré en la agencia de Pamplona Room 116. Tenían una filosofía muy guay. Como a mí se me daba bien el dibujo, me buscaban trabajos que encajasen, casi a medida. Y ahí me di cuenta de que la gente pagaba por las ilustraciones. ¿Y es cuando decide irse por su cuenta? Pues yo me llevaba muy bien con los de Room 116 y eran muy buenos jefes, pero lo de ser independiente era como mi paradigma absoluto. Yo quería ilustrar libros. Así que dejé el trabajo sin ninguna garantía de nada y con los únicos clientes de Room 116. Mi primer mes como autónoma fue el de enero de 2021. Pues en febrero, firmé con una agencia de ilustración, que pensaba que era una cosa imposible. ¿Y con qué agencia? Con Astound, una agencia de Nueva York de ilustradores. ¿En serio? Sí. En las Navidades de 2020 me puse a investigar la forma de conseguir clientes. Yo soy medio ermitaña. No tengo ni contactos. El caso es que descubrí que existían las agencias. Me hice un listado con excel, me preparé un portfolio y me puse a llamar a todas. Fue como un tiro al aire, pero Astound me respondió interesada. Yo aluciné. Me dijeron que les encajaba y antes de firmar el contrato me pidieron que les enviase todos los trabajos de mis clientes. Que no tenía, claro (risas). Les dije que no tenía. Ellos habían visto una muestra y pensaban que detrás de eso había una producción maravillosa. Y ahí, entré en pánico. No me podía creer que hubiese tenido la potra de entrar en la agencia y que fuese a perderlo por no tener experiencia. Así que ellos me hicieron crear un portfolio a su medida antes de contratarme. Estuve un mes explotadísima. Pero logré firmar el contrato. Desde entonces he tenido trabajo de forma regular. ¿Y para quién ha trabajado a través de la agencia? Pues he trabajado para Bloomsbury, la editorial de Harry Potter, que sería la más grande. Y otras más pequeñas: Maverick, Beaming , Callisto, Oxford University Press... Siempre editoriales para niños. Y ahora trabajo en España también para la editorial SM. A mí la agencia me abrió el cielo. ¿Y si tiene que venderse ahora como ilustradora cuáles diría que son sus fortalezas? Yo creo que técnicamente mi fuerte es la composición. No quiero fliparme, pero igual sí que tengo la capacidad e narrar historias con el dibujo. Y me gustaría pensar que siempre meto algo de humor o inesperado en los dibujos. No sé. Creo que tienen un poco de chispilla. ¿Siempre en digital? Sí. Muy a mi pesar. Dibujo con ipad. A mí me gustaría que pareciese analógico. Es que tengo un poco de complejo con eso del digital. Pero es que no tengo tiempo o paciencia. ¿Y toca géneros para lectores adultos? Yo me había inventado en mi cabeza un estilo de dibujo de adultos, pero para niños. Pero luego me di cuenta de que eso no existe o que no es comercial. Así que quizás empecé haciendo un portfolio con un estilo de adulto pero ha ido evolucionando a uno más infantil. Las de la agencia me decían que les gustaban mucho mis texturas. ¿Por qué este despegue tan rotundo de las ilustradoras navarras? Mi opinión es que empezaron 3 o 4 ilustradoras, las demás las fuimos conociendo y supongo que todas pensamos, “se puede hacer”. Y para mí, fue un cambio radical. También conocer a Patri de Blas, que creó, con su pareja, un grupo en Facebook de ilustradores que quedaban para dibujar. Y ahí vi que había gente trabajando. Me ayudó mucho porque vi que se puede. ¿Y cómo se ve en el futuro? Pues a mí me gustaría ser también autora. He hecho algún cursito de escritura y lo que me gustaría es escribir algo en el futuro. Me gusta mucho escribir. ¿Y qué tal su relación con Pamplona? Pues de todo. Durante la época de Derecho me sentía un poco mal por mi familia. Pero también me lo pasé super bien con la vida universitaria. Me encantan Pamplona y Navarra. Mucho. Hago mucho senderismo.

Marta Dorado, ilustradora: "Si soy heterodoxa es porque siempre he hecho lo que me ha dado la gana"

El profesorado de Virgen del Camino se concentra en protesta por la nueva ley de Formación Profesional

El euríbor supera el 3,6 % en marzo pese a los vaivenes de la crisis bancaria

Yuste aboga por el regreso de Messi y reconoce contactos con su entorno

Shakira se mudará a Miami en los próximos días

Esther Burgui, elegida presidenta de la Unión de Cooperativas Agroalimentarias de Navarra