Meteorología
Hormigonar a 37 grados
Las obras siguen su curso, sin sombras, en medio de secarrales, “a puro de aguantar y beber”, describía este martes una cuadrilla de albañiles en los trabajos del nuevo barrio de Artica
Actualizado el 15/06/2022 a las 23:39
Todos los caminos tienen un nombre. Bueno, todos aún no. Por ejemplo, el que este miércoles 15 de junio terminó por la tarde, a 37 grados, una cuadrilla de albañiles en las faldas del monte Ezkaba, en lo que será un nuevo barrio en Artica. “¿Qué nombre le pondríamos a este?”. Los operarios se miraban extrañados en medio de un secarral sin sombras. “Son muchos ramales los que estamos preparando en este lugar. Este terminará en esa plaza. Ahí mismo...”, observaba Higinio Alba, valtierrano de 67 años, mientras nivelaba la mezcla tirando de riñones y regla.
“¿Cómo llevamos este calor? ¡Qué preguntas!”, volvieron a reír. “A puro de aguantar y beber”. Por detrás, Alen, dirigía de izquierda a derecha la tolva de la hormigonera, hasta 8 metros cúbicos a la hora. Unas 160 toneladas al finalizar la jornada, calculaban. Manuel regaba un producto líquido con una mochila sulfatadora y así evitar las grietas. A su vez, Raúl barría con una escoba dibujando las rayas que en un futuro prevendrán caídas. Mohamed alisaba la mezcla con una paleta y José Antonio hacía lo propio con otro alisador de palo largo.
“No puedes parar porque si lo haces se seca”, coincidían. “Aguantas y te hidratas. La mayoría somos riberos y estamos acostumbrados”, repetían. “Eso sí, llegas a casa reventado”. Un poco más arriba, en la misma obra, Vadislav cargaba en una dumper articulada a más de 40 grados. Su estructura, puro hierro, hervía como una plancha de cocina. “Aquí la temperatura concentrada puede llegar a alcanzar el doble de la que se registra en el ambiente”, aseguraba su compañero, saliendo de una excavadora con aire acondicionado. “No queda otra que cubrirse y beber al menos cinco litros de agua”, añadía con resignación Vadislav.
Algunos viandantes se quedaban parados a los pies de los nuevos caminos. Quizá dentro de unos meses, cuando les toque recorrerlos en invierno, reparen en las líneas de hormigón que trazó Raúl con la escoba un 15 de junio a 37 grados.