Una escultura para “salvar” El Perdón

Mientras sigue sin despejarse la duda sobre el recorrido que van a tener los planes de la firma Solaria para promover seis parques fotovoltaicos con una potencia total de 300 MW en la falda sur de la sierra de El Perdón, entre Adiós, Muruzábal y Uterga, vecinos de estas localidades y de otras cercanas como Biurrun, Enériz o algunas de la ladera norte, en Cizur o Galar, donde también se han buscado terrenos para iniciativas similares, continúan dando pasos para mostrar su oposición. A través de una asociación que se presenta estos días trabajan con el propósito de defender “otra forma” de impulsar lo que denominan la “transición energética”. “Se buscan voluntarios para mover montañas”, escribían en su presentación. Y detrás de esta llamada y de otros mensajes como “El Perdón, ¡nos lo vamos a llevar!” y “No sabes lo que tienes, hasta que no lo tienes”, se esconde una iniciativa puesta en práctica con el trabajo en común de voluntarios de la asociación y el artista Alberto Odériz Martínez, pamplonés de 37 años con orígenes en Adiós y Mañeru, afincado en México donde compagina su trabajo en la planificación urbanística y como profesor universitario de Arquitectura y la escultura. La pandemia retrasó el viaje de varios meses que tenía preparado Alberto Odériz para presentar a su familia a su hija nacida el año pasado en México. Pensaba, también, llevar a cabo en el Centro de Contemporáneo Huarte una creación apoyada por el Programa de Ayuda a las Artes Plásticas y Visuales 2020 del Gobierno de Navarra. Llegaron en agosto, cuando en los pueblos que rodean a El Perdón había trascendido el proyecto de los parques solares que les ha convulsionado, entre el apoyo de unos y la oposición de otros. Fue su caso. Pronto “vio” que esa tierra que su hija de poco más de un año tocaba por primera vez, que ese paisaje con el que ha crecido y ha disfrutado en veranos y que vio nacer a su padre, “iban a cambiar”. “En el pueblo empezó un movimiento de una serie de personas que no vemos estas iniciativas como solución a la transición energética, que abogamos por la reducción del consumo o planes más racionales de energías renovables, y que queríamos defender el territorio que conocemos”, rememora el origen de la asociación y de su aportación, la escultura. ACERO, PERIÓDICOS Y TIERRA El movimiento vecinal que surgía le hizo cambiar los planes para el trabajo en el Centro Huarte. Autor de la instalación “El Zócalo” en la plaza de la Constitución de Ciudad de México; de una reconstrucción de la ideología de la primera casa funcionalista de O´Gorman, o de una obra que analiza la relación de los objetos con los cuerpos y de “Dolmen, levantar la piedra”, centrada en Mañeru, inicialmente quería recoger los primeros contactos de una niña de meses con diferentes elementos. Pero esa defensa de El Perdón que el grupo impulsa se impuso también ante la oportunidad artística. “El Perdón es nuestra montaña y queremos salvarla ante esta iniciativa que, de desarrollarse, cambiaría lo que es ahora, las tierras de cultivo por paneles solares, el cereal o el maíz que hemos ido viendo por cristal y metal”, apunta. De modo que se propusieron “llevarse la montaña”. “Moverla”. El trabajo ya se acerca a la realidad estos días en el nivel 2 del Centro de Arte Huarte y se podrá visitar a partir del viernes, cuando se presente en público. A través de 49 módulos que suman 12x7x2 metros han reproducido a escala el terreno que ocupan los pueblos donde se plantearon los parques solares. La silueta que ahora tienen campos de cultivo, los árboles, construcciones, caminos... Sobre unas bases de acero que soldó un vecino, tío de Alberto Odériz, se apoyan unas mallas metálicas en las que se reproduce la forma del paisaje. “En la asociación hay ingenieros, arquitectos, médicos, operarios de fábricas, agricultores, jubilados... Y hemos aprovechado lo que aporta cada uno para la escultura. Los ingenieros han podido reproducir el terreno. Con páginas de periódico, de Diario de Navarra la mayoría, por su pesaje. Tras colocarlo en las mallas ahora estamos trabajando los bordes y luego llegará la última parte. Sobre esa silueta depositaremos tierra recogida en cada una de las partes que representa. Nos vamos a llevar la montaña, sus tierras, sus cultivos y animales, sus árboles, sus regachos, sus caseríos, su viento, sus estaciones, sus olores, sus ermitas y sus paisajes. Quizá así, cuando ya no esté, nos demos cuenta de lo que teníamos, es decir, de lo que podemos perder”, desvela el propósito de la instalación. Varios voluntarios trabajan desde el fin de semana en el Centro Huarte, “en auzolan, como se hacía en los pueblos”, en el montaje. Y su propósito es mostrarla como “un contraproyecto tan grande y absurdo como el que quieren construir en las faldas del Perdón”.

Una escultura para “salvar” El Perdón

Miembros de la asociación creada ante los planes para instalar plantas solares en las faldas de la sierra y el escultor Alberto Odériz ultiman un “contraproyecto” con el que quieren concienciar sobre las afecciones que ven en esta iniciativa

El Xota, en la casilla de salida

Una reacción a medias del Ribera Navarra

El novillero de Ansoáin Bruno Martínez cortó tres orejas y se llevó una cornada en Sangüesa

Anulan un préstamo para comprar una motocicleta por usurero

Petilla de Aragón y Corteno Golgi, pueblos unidos por el Nobel