Difícil de olvidar va a ser este 2022, en el que las olas de calor se han dado la mano unas a otras, el fondo de los embalses se ha agrietado y los bosques de media Navarra han ardido como teas. Si esto va a ser el preludio de lo que viene, no pinta bien. Peio Oria, delegado de la Agencia Estatal de Meteorología, echa la vista atrás para apuntar que los últimos 40 años “están marcados por una tendencia de temperaturas al alza, en consonancia con lo que ocurre en el conjunto de Europa, un fenómeno que se ha intensificado en los últimos años”. “En cuanto a las precipitaciones -añade-, los ciclos hidrológicos cada vez están más desajustados, llueve de forma más irregular. Y que se extremen los ciclos de precipitación y sequía es también una manifestación más del calentamiento global”. Siempre ha hecho calor, como en los sofocantes Sanfermines de 1982, en los que se arrojaba agua de los balcones para refrescar a la multitud. Ese año se firmó el Amejoramiento y nació Peio Oria. “Lo que ha cambiado -dice- es el aumento de la frecuencia de esos fenómenos extremos. Las mayores olas de calor de los últimos 40 años se concentran en la última década”. ¿El calentamiento global nos va obligar a despedirnos de las nevadas en Navarra? Según Oria, no son descartables episodios que se salgan de lo normal favorecidos por incursiones de aire frío, que si no más frecuentes, pueden ser más extremos , como en los últimos años en Japón, Canadá y Estados Unidos.
Ante el cambio climático, Oria habla de una palabra clave: adaptación. “Pienso que va a llegar un momento en que las estrategias de adaptación se encontrarán entre las prioridades principales de las líneas políticas en todo los niveles”. Y cita tres ejes claves: “Producción agraria -parte de la cosecha se ha visto mermada ya este año por el calor y falta de humedad-; excesos de mortalidad por agravamientos de patologías debido al calor; e incendios”.
DNI
Peio Oria Iriarte (Pamplona, 12-12-82) Es el pequeño “con diferencia” de una familia de tres hermanos. Estudió en el colegio de Maristas. Se licenció en Ciencias Físicas en la Universidad de Salamanca (2005). Posteriormente vivió cuatro años en Alemania, donde se doctoró en Investigación Experimental en Física en la Universidad Técnica de
Darmstadt (Hesse). Además de euskera y alemán, habla inglés. En 2012 entró al cuerpo de observadores de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) y después, al cuerpo superior. Desde 2017, es delegado de Aemet en Navarra.