Juan Dubrot Armendáriz, investigador en el CIMA de la Universidad de Navarra, y su mujer, Carmen Unzu, son un ejemplo de retorno del talento. Tras más de doce años en el extranjero, en Suiza y Estados Unidos, han vuelto a casa. “Queríamos regresar a España o Europa, más cerca de las familias”, explica. Surgió la oportunidad de trabajo en el CIMA y no lo pensaron. En realidad, Dubrot reconoce que nunca pensó en irse pero en la carrera investigadora “es necesario”. “Es lo mejor que he hecho. La experiencia que ganas fuera te permite elegir, si es posible, dónde asentarte”. Dubrot estudia mecanismos de resistencia en cáncer a tratamientos como la inmunoterapia y radioterapia. “Cuanto te vas, ves que el mundo es muy grande y Navarra se ve pequeña. Pero tira la tierra”. Y es que dedicarse a la investigación en Estados Unidos es más fácil, asegura, sobre todo desde el punto de vista económico. “Es un reto trabajar aquí. También es cerrar el círculo. Es un compromiso hacia mí y hacia los demás”.
La carrera de investigador es ardua y la pelea es constante. En Navarra se ha avanzado en el CIMA, con grupos punteros a nivel nacional y europeo, y con Navarrabiomed. “Se han establecido unos cimientos sólidos. Todos tenemos claro, tanto entidades públicas como privadas y espero que la sociedad navarra, hacia dónde hay que ir”. Ahora toca moverse. La pandemia ha sido un punto y aparte para visibilizar la importancia de la investigación. “Hay que cuidar esos cimientos y seguir construyendo el edificio. No es cosa de un día porque sigue siendo muy difícil”. De hecho, el talento español está muy bien valorado en el extranjero, asegura. “Saben que se hacen cosas buenas con pocos recursos”. Navarra tiene una red, con dos universidades, dos centros de investigación, etc. “que nos debería poner en un lugar privilegiado si lo cuidamos y se invierte”. A pesar de su tamaño, “tiene las mimbres para estar muy arriba”.
DNI
Juan Dubrot Armendáriz nació en Pamplona (23-8-1982) aunque sus raíces están en Falces. Casado con Carmen Unzu, tienen un hijo de 4 años. Estudió Biología en la Universidad de Navarra y realizó la tesis en el Cima. Entonces comenzó su periplo internacional como investigador. Trabajó durante 7 años en Suiza y después se trasladó a Boston (EEUU), donde siguió desempeñando su labor, otros cinco años, en torno a los mecanismos de resistencia en cáncer a diferentes tratamientos con inmunoterapia. Su mujer también es investigadora y pudieron seguir con sus carreras en el mismo lugar. En las navidades de 2021 volvieron a Pamplona para trabajar en el Cima de la UN.