Pelota
La grandeza del mano a mano
Publicado el 09/05/2023 a las 18:16
En la última década, el peso del Manomanista en los nuevos aficionados a la pelota ha decaído en beneficio del Parejas -partidos más largos- o de la rapidez y el juego vertiginoso del Cuatro y Medio. Pero encuentros como el que protagonizaron el domingo en el campeonato de promoción el riojano Zabala y el alavés Larrazabal son los que dejan patente que el mano a mano es diferente a todo lo demás, es la prueba reina, la más exigente en todas las facetas del juego. Recuerden que Zabala fue ganando con parciales aplastantes: 18-2 y 20-4. Pero reaccionó el pelotari de Baiko hasta acabar forzando un 21 iguales, que se descantó a favor de Larrazabal en un saque-remate final.
Remontadas de este calibre solo son visibles en el Manomanista. Es la exigencia la pelea individual a toda la cancha, es la soledad en su máxima expresión. Un duelo contra el rival, pero sobre todo contra uno mismo. Tan importante en el mano a mano es la técnica, como las posturas, la fuerza, el estado físico, el material, el frontón... y por encima de todo la cabeza. Sobrevivir en la prueba reina exige una fuerza mental para gestionar todas estas situaciones favorables o desfavorables. Hay que estar muy convencido para remontar de un 20-4 a forzar un 21 iguales. Y la otra cara de la moneda, en qué mar de dudas, temores, inseguridades naufraga uno para que le den la vuelta a un partido que estaba ganado.
El fin de semana ha dejado también la victoria consistente de Joseba Ezkurdia ante Peio Etxeberria, que va a más y se verá las caras con Jokin Altuna en la semifinal. Y Dario, que no perdonó a Jaka en un partido intrascendente y es un candidato real a hacerse con la txapela. Pasado mañana es el turno de Unai Laso.