Iker Larrazabal y Iosu Eskiroz rindieron el Labrit a sus pies tras la consecución de la txapela de Promoción. La primera para el de Amurrio y la segunda del zaguero de Makirriain. Cumplieron con los pronósticos y dieron la puntilla a cuatro meses de un campeonato acomodado entre las urgencias de Primera y sus compromisos en la categoría de plata. Este sábado obtuvieron la recompensa a su tesón, juntos se impusieron a Zabala-Gaskue en un frontón que pareció multiplicar su capacidad por los ánimos enfervorecidos de los seguidores alaveses, riojanos y, sobre todo, navarros provenientes de Ultzama y Ezcabarte.
La final escondió una primera parte alarmante para la dupla de Baiko en la que se vio amenazada. Javier Zabala y Andoni Gaskue comenzaron marcando el ritmo y controlando el peloteo. Todo lo contrario que unos Larrazabal-Eskiroz dubitativos, atenazados por la tensión, que cedieron los primeros tantos(6-3) con hasta cinco errores propios. Fue entonces cuando, por primera vez, los gritos de “¡Iosu! ¡Gaskue!” sonaron en la grada.
Sin embargo, tres acciones rápidas de Larrazabal pusieron la tablas en el encuentro (6-6). Fue en ese tramo donde Gaskue sintió cómo una pelota se clavaba en su derecha. Un dolor que fue a más y que anuló la mejor arma del de Larraintzar.
La final comenzó a hacer aguas. Las molestias en la diestra se fueron haciendo patentes, permitiendo a Larrazabal-Eskiroz hilvanar media docena de tantos (del 8-10 al 8-15). El paso de Gaskue por el vestuario tampoco sirvió para remediar su dolencia, más allá de proteger la zona.
Con todo de cara, la pareja de Baiko manejó el tempo, dominó cómodamente y deslumbró. Larrazabal, repleto de confianza y oportunidades, sedujo a la cátedra con un argumentario ofensivo con el que facturó un total de doce dianas y decantó la final.
Únicamente sus imprecisiones mantuvieron a sus rivales en el partido (12-15), con un Zabala que trató de ayudar a su compañero como pudo, restando doce saques o entrando de aire desde el cuadro seis. Se esforzó hasta el último instante en aliviar la tortura silenciosa que padeció Gaskue en su primera final.
ZABALA-GASKUE 16
LARRAZABAL-ESKIROZ 22
Frontón: Labrit de Pamplona. Lleno absoluto.
Marcador: 1-0, 1-1, 4-1, 4-3, 6-3, 6-7, 7-7, 7-9, 8-9, 8-15, 12-15, 12-16, 13-16, 13-19, 14-19, 14-20, 15-20, 15-21, 16-21, 16-22.
Duración: 64:22 minutos.
Pelotazos: 502.
Saques: 0 de Zabala, 2 de Larrazabal.
Tantos hechos: 3 de Zabala, 2 de Gaskue, 12 de Larrazabal, 1 de Eskiroz.
Tantos perdidos: 5 de Zabala, 2 de Gaskue, 7 de Larrazabal, 4 de Eskiroz.
Dinero: 100 a 70 a favor de Larrazabal-Eskiroz.
Eskiroz: "La txapela es gracias a la familia y amigos"
Pese a sus intentos por controlar sus emociones, Iosu Eskiroz no pudo evitar exhibir una voz temblorosa y alguna que otra lágrima indiscreta en el Labrit. “Hay mucho trabajo detrás de esta txapela, pero sobre todo mucho apoyo y cariño de mi familia, de la gente más cercana, de mis amigos, de mi grupo de entrenamiento… Todos ellos me han ayudado, día a día, a que yo hoy pueda disfrutar de uno de los mejores momentos que tiene la pelota”, agradeció el zaguero de Makirriain.
Gaskue: "Me da rabia no haber disfrutado de mi primera final"
Andoni Gaskue encarnó la cara triste de la final del Parejas de Promoción, su primera como profesional. “Hemos empezado bastante de cara, poniendo nosotros el ritmo, pero en seguida me ha entrado una pelota en la mano derecha y poco a poco ha ido a peor. Al final casi le daba a la pelota sin mirar, empujándola, intentando meter a buena por no regalar. Es una pena por cómo hemos perdido, por terminar con la mano así. Me da rabia no haber podido disfrutar de un día tan bonito como este”.