Copa del Rey
Cinco exrojillos que viven en Pamplona comparten sus recuerdos de la final de 2005: "Ese día no hubo manera de echar la siesta"
Cinco de los titulares en la primera final de la Copa del Rey, aquel Osasuna-Betis de 2005, viven en Pamplona. Cuatro navarros y un leonés comparten en este reportaje recuerdos, anécdotas y emociones sobre un día inolvidable para el osasunismo

Actualizado el 04/05/2023 a las 07:41
Juantxo Elía y Valdo, Valmiro Lopes, llegan juntos. La cita es en el club de pádel de César Cruchaga en Mutilva, donde el excapitán se encuentra trabajando como gerente desde que dejó el fútbol. Poco después aparece Josetxo Romero. Abrazos de los cuatro. Patxi Puñal tarda, pero todos le excusan. El de Huarte es el actual director técnico de Tajonar y el más vinculado a Osasuna y al fútbol profesional de todos los exrojillos que se han reunido para este reportaje. Siempre atareado y con el móvil echando humo, anda estos días a tope como enlace de los componentes de la plantilla de 2005, a los que el club quiso rendir un tributo en el pasado partido contra la Real Sociedad. Unos días antes, los cuatro navarros de aquel mítico once titular: Cruchaga, Josetxo, Puñal y Elía, y el leonés residente en Pamplona Valdo se juntaron a iniciativa de este periódico para desgranar anécdotas, recuerdos y emociones.
Es curioso cómo para la mayoría de ellos aquel día parece una nebulosa. Apenas son capaces de detallar jugadas del partido, o palabras que se cruzaron. En cambio, coinciden en que con el paso del tiempo se han dado cuenta de la magnitud del encuentro que disputaron y aconsejan a los jugadores del actual Osasuna que sean más ambiciosos que ellos. Que se lo crean más. “No fuimos con esa mentalidad de ir a ganar la final. Lo nuestro fue más bien un ‘no la ganaremos, pero fíjate si la ganamos. Yo creo que no, pero como la ganemos...’ La mentalidad es diferente. Hay que ir allí y decir: ‘Vamos a ganarla por cojones’. Sólo así puedes conseguir el título”, apunta con rotundidad Puñal. “Y lo cerca que estuvimos”, apuntilla Josetxo, mientras el huartearra incide en esa idea: “Al cabo de los años recuerdas la lástima que te dio perder esa final. Ni cuando acabó el partido eras consciente si quiera de lo que habías perdido. En cambio cuando pasa el tiempo... Es otra cosa”.
Lo cierto es que la sensación que transmiten los cuatro exfutbolistas es la de no haber disfrutado de una cita histórica, que apenas quedó grabada en sus memorias. “Oye Puñal, ¿tú te acuerdas de algo de la llegada del autobús o la previa?”, cuestiona Josetxo. “Tengo recuerdos vagos, pero nada concreto”, responde. “¿Sabéis que hay estudios de la memoria? No los sacan porque se acabaría el fútbol. Pensaba que el falto de memoria era yo”, bromea Cruchaga, que ejerce de veterano con 49 años, mientras el resto se ríe. “Pues ya te puedes tranquilizar. Estamos todos igual”, dice Josetxo. “Pero cómo me voy a acordar, por ejemplo, de la charla de Aguirre. Si hace casi 20 años”, insiste Puñal. “A ver, yo me acuerdo de estar en un estado que ni siquiera durante el partido sabía qué hacía. Acabó y no sabía si había tocado muchos o pocos balones. A los años vi el partido y tampoco estuvimos tan mal. Pensaba que no habíamos hecho nada, que habíamos estado peor en el campo. Cuando nos mete Oliveira parecía que se acababa la cosa. Después anota Aloisi y comienza una nueva final”, desarrolla el huartearra de 47 años.
Con esfuerzo y la ayuda de unos y otros, algunas imágenes regresan a la mente de aquellos protagonistas. “La salida al campo fue impresionante. Un estadio totalmente lleno con una grada verde y otra roja”, comenta Juantxo Elía. “Bueno fueron más bien tres cuartas partes de verde... Era muy cantoso. Se notaba mucho la diferencia”, interrumpe Josetxo. “Como el color rojo llena más se veía menos trozo, pero impactaba más. El resto de colores no da tanta fuerza como nuestro rojo. Y el ambiente... El ambiente que tenían los de rojo... Los otros estaban sentados”, apunta Cruchaga en un arrebato de osasunismo.
Valdo, el más joven de todos, se mantiene casi igual en su aspecto físico y en su timidez. Como si fuera un chaval que está escuchando a los mayores, el exjugador de 42 años recién cumplidos no deja de mirar a sus antiguos compañeros con una sonrisa en el rostro. “Normalmente cuando llegas a los campos están siempre vacíos porque es muy pronto. Ese día ya estaba lleno. Se veía claramente la diferencia. No era un partido más”, señala Elía. Josetxo lo corrobora con una anécdota: “Tengo recuerdo de no poder echar la siesta de antes. Tenía muchos nervios. La siesta la solía echar bien, sin problema, pero ese día no hubo manera”. “El cuerpo está mucho más tenso”, apostilla el exguardameta de 44 años. “De hecho se ve que, en los primeros minutos del partido, los dos equipos estamos muy tensos”, complementa Valdo. “Hombre... Es que el partido fue feo, feo. Se pegaron un mes hablando de la final, de los viajes, los desplazamientos... Ninguno habíamos jugado cosas parecidas. Igual los del Betis, sí, pero nosotros no. Era la primera vez que vivía algo así. Quizá por ello no dimos el nivel que nos pedía esa cita”, desarrolla Cruchaga. “Cruchi, para nosotros era la primera pero los del Betis tampoco andaban tan sobrados, eh. No estaban muy duchos en finales. El partido fue el de una final con dos equipos temerosos evitando más los errores. El error nuestro fue no ir arriba, no ir a apretar. Como hemos hablado, aquel día teníamos más miedo a perderla que a ganarla”, afirma contrariado Puñal, que en septiembre hará 48 años. Cruchaga asiente con la cabeza: “Si hubiéramos competido. Si hubiéramos sido nosotros mismos... Oye nos ganan, pues darles la enhorabuena, pero tengo la sensación de que no terminamos de ser nosotros. No di lo mejor de mí. Igual era el tembleque o qué se yo, pero nos vimos superados”.
Su compañero en la zaga, Josetxo, hace un inciso: “Mi sensación en el momento de acabar era de que hicimos una mierda de partido. Después, al verlo por televisión, tampoco creo que fue tan malo. Eso sí, tras el pitido se me quedó un mal sabor de boca”. Juantxo gesticula con la cabeza: “Creo que lo vi durante la pandemia, que lo volvieron a echar, y dije madre mía qué partido”. “Es que fue un partido feo, sin gracia”, comenta Cruchaga para recordar una anécdota: “Pablo García no quiso salir ni a por la medalla. Decía que no habíamos ganado nada. ¿Por qué vamos a salir? Yo creo que ni la cogió”. Josetxo respira hondo: “¡Lo tuvimos tan cerca! Si te arrasan y te meten cuatro no tienes opción de nada, pero lo tuvimos ahí. Te quedas con peor sabor de boca”. Valdo también se lamenta: “Yo es que de ese día no tengo buen recuerdo y no he vuelto a ver ni el partido”. “Lo cierto es que fuimos a remolque. Si hubiéramos marcado nosotros antes...”, apunta el exguardameta Elía.
El osasunismo arropó al equipo tras la final
Más allá de los intangibles, los rostros de los exfutbolistas se iluminan al hablar sobre la camiseta que lucieron. Una prenda especial de Astore para la primera final de la Copa del Rey del club. “Yo la tengo en un cuadro junto a la medalla. Estaban serigrafiados todos los pueblos de Navarra. También guardo otras en una caja como la de mi debut y partidos así especiales”, desvela Josetxo, que en febrero hizo 46 años. “Es que esas camisetas no se intercambian con nadie”, apostilla Juantxo Elía. “Yo guardaba la de todas las temporadas. Hace no mucho abrí la caja y me puse a ordenarlas, pero pronto lo dejé. También saqué fotos. Tengo la del 0-3 en el Santiago Bernabéu que me la firmasteis todos”, cuenta Cruchaga, a lo que Puñal le interrumpe para afirmar con rotundidad un: “Pues yo la regalé”.
Una cita, la del 11 de junio de 2005, que queda grabada en la historia del osasunismo y, en cierta medida, cambió la vida de los protagonistas. “En el momento no eres consciente, pero cuando pasa el tiempo te das cuenta de lo que viviste. ¡Claro que fue un partido especial!”, afirma Elía. “Cambiar la vida no lo sé, pero sí fue un momento importante en lo futbolístico y personal de cada uno de nosotros. Lo recordaré como uno de los días más bonitos de mi vida”, se sincera Patxi Puñal, que intenta animar al resto de aquella plantilla: “Ahora nos toca vivirlo desde el otro lado, que también es una gozada. Te das cuenta de todo lo que estaba viviendo la afición y todo lo que rodea a una final de la Copa del Rey. La gente está todo el día con la final en la cabeza. Sevilla está lejos, es un sitio incómodo para ir, las entradas son muy caras, pero la ilusión que te genera el poder ganar un título puede con todo. Ahora me toca vivirlo de cerca con ellos y están más aislados con tantos partidos y un día a día frenético. Intentan abstraerse, pero es que en la calle están con la final a vueltas”. “Ahora nos toca disfrutarlo a nosotros. Vamos a experimentar las dos partes, una de cada manera”, puntualiza Josetxo, que estará en La Cartuja. “Claro. Es cerrar el círculo. Lo vivimos desde abajo y ahora disfrutaremos de todo lo de alrededor”, afirma Puñal. “¡Y si la ganan pues ya...!”, sueña Josetxo.
A pesar de la derrota, los jugadores recuerdan el cariño que sintieron del osasunismo. Incluso la jugada desafortunada de Cruchaga con Juantxo Elía pasó a un segundo plano y la afición no quiso apuntar a culpables. Los dos protagonistas de aquello se miran y sonríen. Es algo que tienen ahí. Una espina personal. “Después del partido sentí orgullo y el cariño de la afición, más allá del resultado”, expone el exguardameta con voz algo entrecortada. Puñal no duda en levantarse del asiento y dar un caluroso abrazo a su antiguo compañero: “Ven aquí, dame un abrazo”. “Es que todo el osasunismo estaba muy orgulloso de nosotros”, incide Elía. “Tienes toda la razón, Juantxo. Recibimos muchas muestras de cariño. Eran, además, sinceras”, recalca el 10.
Todos los protagonistas coinciden en que la final del 2005 será recordada por el gol de Aloisi, que empató el partido y llenó de ilusión el tanque del osasunismo. “Creo que la afición todavía se emociona con el tanto de Aloisi. Si no hubiéramos metido ninguno...”, apunta Cruchaga. “Es que ese gol fue un subidón”, afirma Josetxo. “Todavía por la calle la gente dice que el gol de Aloisi fue la leche”, reconoce Elía, que cede la palabra a Cruchaga: “Es que ese gol fue la celebración de algo. No ganamos la Copa del Rey, pero la alegría de tenerlo tan cerca... La gente tiene pasión por los rojos, pero la emoción que puso el gol de Aloisi fue otra cosa. Otra vez volvió a empezar el partido, otra vez regresaron las opciones de ganar cuando ya parecía que se había perdido todo. La emoción que le faltó al partido la puso el gol de Aloisi”.
Aprovechando la mirada atrás, el excapitán saca a escena otras citas históricas: “Recuerdo los partidos de la UEFA. Ir pasando eliminatorias a doble partido, que tampoco era lo habitual. Te vas puliendo a los rivales y son recuerdos geniales”. “Glasgow, Girondins, Parma... Estaban chulos”, apunta Cruchaga. En esta ocasión, el camino de Osasuna hasta llegar a La Cartuja ha sido Fuentes de Ebro, Arnedo, Sevilla y Bilbao. ¿Se atreverán a decir los protagonistas de la final de 2005 qué equipo es mejor? ¿El suyo o el de esta temporada? Hay unanimidad. “Yo creo que el de ahora es mejor. Nosotros fuera de casa era difícil que propusiéramos grandes cosas. Estabas ahí, arronchadito y viendo qué podías hacer. Ahora el equipo es capaz de proponer en diferentes escenarios. El futbolista también es más completo. A nosotros nos sacabas de nuestro puesto y... Bueno menos a Valdo que era el bueno”, comenta Puñal antes de ser interrumpido por Josetxo: “Eh, que yo he llegado a jugar de carrilero izquierdo. Fuera bromas es difícil compararlos, pero creo que los de ahora tienen mejores registros. Nuestro equipo era más plano. Nuestra manera de jugar era más básica, por así decirlo”. Juantxo Elía asiente con la cabeza: “Si hasta los centrales tienen buena salida de balón. Los porteros antes éramos de jugar al patadón y el balón a la grada. Ahora se les exige mucho”.
Consejos a David García y un deseo para la plantilla

Puñal mira el reloj y desvela que ha tenido que cancelar una cita personal para estar en el reportaje. Josetxo, Juantxo Elía y Valdo se impacientan por la hora. La quedada ha sido un paréntesis en el día a día de los protagonistas de aquella final. Antes de despedirse, el ‘10’ propone tomar algo rápido en la barra del Navarra Pádel Club. Cruchaga está al otro lado sirviendo las bebidas. “Oye, ¿y tú qué le dirías a David García?”, se le cuestiona. “Le diría que la levante y la traiga. Que la traiga por favor. Yo lo veo posible. Tengo la sensación, al margen de los recursos de cada equipo, que al jugar contra el Madrid sólo tienes cosas que ganar. No tienes nada que perder. Cuando hemos jugado contra equipos grandes siempre demuestras más desparpajo, estás más metido, más concentrado. Esa tranquilidad puede ser buena. Y, claro, que el Madrid lance fuera las que tenga”, bromea el ‘7’ para proseguir: “Es que la Copa de 2005 la iba a levantar yo. Sí que lo he soñado muchas veces ese momento. ¡Claro que se sueña!”.
Juantxo Elía también quiere aconsejar a todos los integrantes de la plantilla: “Me gustaría que sean conscientes de lo que están viviendo. Quizá a nosotros nos sobrepasó la situación y estamos coincidiendo tras esta charla que no lo vivimos como lo deberíamos haberlo hecho”. “Yo confío en David. Está muy capacitado para esto porque ya ha vivido situaciones fuertes. Ha ido con la selección absoluta que ninguno lo habíamos conseguido. Tenemos a varios internacionales como Budimir o Abde. Hay futbolistas que han estado en escenarios de presión y serán capaces de controlar la situación y los nervios. Espero que lo gestionen bien desde la tranquilidad”, concluye Puñal.
Cada uno se marcha por donde ha venido, pero con la mochila llena de recuerdos y la ilusión de haber compartido un rato con los protagonistas de aquella final. Se volvieron a ver en El Sadar en un reencuentro espectacular y emotivo en el que estuvieron 20 de los protagonistas y formaron un círculo con el actual equipo en el centro del campo, en una imagen que será difícil de olvidar. Algunos viajarán a Sevilla, pero ahora para dejarse la garganta, alentar a los suyos y disfrutar por fin como no pudieron. El círculo se cerrará para ellos.