El Forofillo
Lástima
El Barça más rácano, plano, fallón y sin alma se va a llevar una liga de saldillo

Actualizado el 02/05/2023 a las 22:20
Que un equipo con tantos millones y más palancas que una grúa de quinta generación dé la imagen que ha dado en su estadio, ante el plan C del finalista de la Copa y que haya tenido que ganar gracias al tanto del lateral izquierdo que querían descartar y que se negó a marcharse a Italia a inicio de campaña manda bemoles, amigo Finks. Pero lo que de verdad da lástima no es eso, que a priori se esperaba que nos iban a mojar la oreja. Lo peor, la madre de todas las calamidades, la pena penita pena y lástima del porrón es que este equipito se va a llevar LaLiga. Ahí es nada...
Estamos desde el lunes en clave copera. No hay otra. LaLiga ya no importa, hay que velar armas, como los caballeros medievales, resguardar a los que van a ser nombrados que antaño pasaban la noche velando en la ermita, espada en ristre, antes de ser alzados a la categoría de paladín. Los buenos se guardan y tiramos de los que necesitan rodaje y de la chavalería. Pues ese plan B de Jagoba, rozando el C, a punto ha estado de dar la campanada en el Spotify Camp Nou.
Debut agridulce el de Herrando, el pobre chaval ha hecho la de Satrústegui, que en plaza grande se vistió de largo por primera vez y se fue antes de tiempo, haciendo la faena al resto de compañeros. Ojo, con una defensa formada por Unai García, el propio Herrando, Manu Sánchez y Diego Moreno. Con los Pedri, Rafinha, Gavi y Lewandowski enfrente. Miuras para chiquillos de patio de colegio a los que no les faltaban ganas.
La expulsión marcó el encuentro. Si ya de por si el Spotify es grande, con uno menos ni hablamos. Pero Osasuna aguantó, tiró de valentía, incluso puso en algún que otro aprieto a Ter Stegen y casi pesca un punto que hubiese sido de subidón. Pero al final ya se sabe, tanto va el cántaro a la fuente... que se compra bonobús.
Lastimita el equipo de Xavi, quien tampoco es que haya dado mucha entidad al juego culé. Lewandowski es la sombra de lo que fue y se va a llevar el Pichichi porque Benzemá está a otras cosas. Y a ver. Lastimita el juego, lastimita que los hipotéticos millonarios que no pudieron contra un equipito que va a lo que va, que piensa en lo que piensa, que juega con los que juega... Insisto. Y van para campeones.
Osasuna salió contento y satisfecho del Spotify. Hizo un ejercicio de resistencia, de aguante, digno de admiración y aplauso. Dio minutos a los menos habituales, rodó a los que pueden llegar a la final como Chimy y Torró, se rehízo a la expulsión y aguantó lo indecible ante el conjunto local. Que evidenció claramente que, con esa falta de acierto, con ese ataque de papel mojado, es normal que les hayan echado a las primeras de cambio de la Champions y a las segundas de la Europa League.
Arrasate puede estar orgulloso, no como Xavi. Los rojillos, de blanco, salieron con confianza de poder enfrentar a un grande aunque la cosa tiene trampa. El Barça no es el rival del sábado en La Cartuja, el enemigo es mejor. Y no va a jugar al trantrán como los blaugrana, ni van a fallar tanto como Dembelé, Ansu Fati o Lewandowski. Este Barça era una hipotética piedra de toque pero no ha exigido lo que nos espera en Sevilla.
La lógica imperó. Esta temporada nos ha ganado el peor Barça de la última década. Un equipo plano, ramplón, que nos ha vencido en ambas ocasiones por la mínima, que se fueron vivos de El Sadar, con los que casi empatan en Barcelona. Un equipo que en dos o tres jornadas se proclama campeón de la competición y que, aprovechando la tonadilla, se parece más a un Perrito Piloto. Una lástima, oigan...
Pensamos ya en Sevilla. Contamos las horas para viajar, para soñar, para preparar la mochila en la que vamos a dejar un hueco con el fin de subirnos la Copa. 24.000 rojillos dejándose hasta las uñas, la pasta, el jornal, sin ayuda o apoyo económico (ya no digo sentimental) de La Famiglia. A llenar el bolsillo de Rubiales y compañía con su empeño en jugar allí, porque yo lo valgo, porque yo lo siso... Pero bajaremos, gritaremos, aplaudiremos animaremos... Cantaremos y llevaremos en volandas al equipo porque la historia, este vez, va a acabar bien. Lo veo. ¿Apuestas?
¡Hasta la muerte, Forofillo hasta la muerte!