El motor de
Osasuna no es el mismo en la Copa que en la Liga. Las revoluciones cambian. No es fácil compaginar dos competiciones a un nivel tan exigente. Los de
Arrasate firmaron un primer tramo de nota antes del largo parón por el Mundial y en el regreso, con la entrada de lleno en el torneo del KO, las prestaciones no han podido estar tan a la altura.
Desde aquella noche memorable en el Villamarín con el gol de David García que forzaba la prórroga y Sergio Herrera en plan héroe en la tanda de penaltis, se ha producido una desaceleración que no hace peligrar la permanencia, sin quitar mérito a la novena posición tan valiosa que ocupa, pero que debe poner en alerta a los rojillos desde ya.
Los números son esclarecedores. Osasuna es, junto al Valencia, el peor equipo tomando en consideración las últimas nueve jornadas. O lo que es lo mismo, desde que eliminó al Betis. Aquello pasó a mediados de enero. El calendario no ha sido nada sencillo.
Solo siete puntos se ha metido a la mochila con el solitario triunfo en el Pizjuán, los empates contra el Elche, Espanyol, Valladolid y Celta, y las derrotas contra el Atlético, Real Madrid, Valencia y Villarreal. Cinco goles (tres en un partido) son escasos para un Osasuna que durante la temporada estaba demostrando una clara mejoría en su caudal ofensivo.
El bólido ha circulado a otra velocidad en la Copa, competición en la que el club y la plantilla han puesto los cinco sentidos desde que se disputaron las primeras rondas. Arrasate fijaba el reto desde el viaje a Fuentes de Ebro de noviembre argumentando que la situación en la Liga y la profundidad de plantilla permitían enfocar el torneo con una ilusión diferente a la de otras campañas.
Y ahí, Osasuna ha dado el do de pecho, compitiendo de una manera formidable con tres eliminatorias que se fueron a la prórroga y sacando en la ida de la semifinal un resultado esperanzador. Cinco goles contra Betis, Sevilla y Athletic, curiosamente los mismos que en las nueve jornadas de Liga, además de una sensación de equipo muy compacto y reconocible.
EL RAYO Y EL LEVANTE
No extraña que aparezca un bache al contar con menos experiencia y recursos para alternar dos competiciones. Hay antecedentes. El año pasado, el Rayo alcanzó las semifinales mientras registraba dos caras desiguales en la Liga. Era sexto al acabar la primera vuelta con 30 puntos y acabó como el peor de la segunda con solo 12. En la 2020-21, le pasó algo parecido al Levante, que llegó a la antesala de la final y fue uno de los tres peores en las últimas quince jornadas.
A Osasuna le queda margen para reactivarse en la Liga. El martes, disputará en San Mamés uno de los choques más ilusionantes de su historia reciente, el que le puede dar el pase a la final 18 años después. Pero antes, mañana mismo, deberá lidiar contra el Mallorca en busca de una reacción. La alineación seguro que está condicionada por la Copa o los internacionales recién llegados. Arrasate intenta hacer ver en el vestuario que los ojos, y el corazón, no miren más allá que Son Moix para reverdecer estímulos y llegar con plena confianza a Bilbao.
Equipo Puntos últimas 9 jornadas
1. Barcelona 24
2. Atl.Madrid 23
3. Celta 17
4. Betis 17
5. Real Madrid 15
6. Real Sociedad 13
7. Villarreal 13
8. Sevilla 13
9. Getafe 12
10. Cadiz 12
11. Valladolid 11
12. Girona 10
13. Athl.Bilbao 10
14. Mallorca 10
15. Rayo Vallecano 10
16. Espanyol 10
17. Almeria 8
18. Elche 8
19. Valencia 7
20. Osasuna 7