El Forofillo
Encarando
Ez Abde, Abde Ez. Alas para soñar con una ventaja, mínima, pero ventaja. Huele a Copa...
Actualizado el 02/03/2023 a las 09:01
1-0. 1-0. 1-0 y Sergio Herrera de portero. Vamoooos... Esa chavalada, qué noche la de este año, miércoles, ida de semifinales, El Sadar a reventar como si fuese el miércoles de ceniza, oigan. Petado y más, con 23.026 espectadores en las gradas, enfrente el temido Bilbao (Athletic Club), con sus Muniáin, Williams, Berenguer... Y nosotros a lo nuestro. A por la victoria.
Decía Clemente, no el rojillo sino Javier, exleón y exseleccionador, que en la Copa le dieran el primer partido en casa y el segundo fuera, ya que eso mantendría a los jugadores enchufados 180 minutos. La ida, porque hay que sacar un resultado bueno para defender a la vuelta, haciendo que los de las botas salieran al 200 por 100. Porcentaje que se mantendría en la vuelta para defender el resultado, fuera bueno o no, para lograr el pase a la siguiente eliminatoria.
Por ello cuando a Osasuna le tocó la suerte del menos favorito, el menos grande de los tres rivales en liza, y primer choque en Pamplona, la cosa se puso bonita. Dos encuentros con la peña lereña hasta las cejas de motivación y a verlas venir. Se ponga quien se ponga delante.
Partido de alto voltaje y resultado beneficioso. Si tomamos de ejemplo LaLiga, estamos ya en la final de La Cartuja. Pepe, vete haciendo hueco que bajamos a Sevilla, alegre y olé. O, de paso, miramos chabolo en Arabia Saudí para la Supercopa. Pero claro, no podemos vender la piel del oso antes de cazarlo y blablablabla. Pero que nos quiten la ilusión a estas horas...
Jagoba es más perro que Niebla, el de Heidi. Sacó un once de gala, el de campanillas, con Budimir y el Chimy que horas antes habían estado con San Fermín. Claro, así cualquiera. Y con defensa de gala a excepción del Pelocho, que empieza a antojarse vital porque gana muchos duelos y encima luce pelazo. Aunque esos del final, Señor, Señor... Y Torró, y Moi, y Aimar. Y Juan Cruz y Monca en el lateral. Pero sobre todos sobresalió uno en esa suerte de trabajo coral que se marcó el equipo. El chavalito ese flaquete, el enclenque, el cedido por el Barça. Ez Abde. Y vaya si encaró...
Abde volvió loco a De Marcos durante la primera parte, tanto fue así que el lateral tuvo que echar mano de Dani García, Vivian y el propio Berenguer (gracias por el regaliz de 1,5 kilillos del Torino, chaval) para tapar al 12 rojillo. Caracoleo por aquí, caracoleo por allá y cinturita rota al pobre Óscar. Abde era la chispa, faltaba la gasolina.
Todo ello en una primera parte con gol anulado a Williams, a Iñaki. Bien anulado. Con un par de sustos leoniles pero sin sufrir demasiado. Fue tiempo de conocerse, de bailar juntos, de agarrarse como en las lentas de la discoteca... Porque los visitantes se marcaron más de un vals agarradito para ceguera del pitolari, raza cruel.
Y llegó la segundfa parte. Y llegó ese cuero escupido por la zaga rojilla, bombeado, que ganó corajudo Budimir. Que prolongó con calidad Moi y que Abde corrió. Encaró, encaró y volvió a encarar a un Vivian cuya cadera crujió y el ruido se pudo oír hasta en la Ribera. Luego fue controlar y cruzar, todo fue marcar, superar a Aguirrezabala para poner el 1-0.
Y sufrir. Osasuna nunca se rinde, nunca para de pelear, nunca baja la guardia, nunca cede. Aguantamos con todo las embestidas locales, las intentonas estériles de un Athletic Club en el que Nico no está para arrancar y que pasó con más pena que gloria por Pamplona. Y que siga. Porque pese a las peinadas de Aridane al final, las Aridanadas de turno, incluso con esos regalos no pudieron batir a un Sergio Herrera inmenso.
Inmenso Osasuna, inmensa Copa del Rey, que mola. Vamos con ventaja mínima a San Mamés, en un mes veremos qué pasa. Pero es noche para dormir contentos, para soñar sonrientes, para celebrar como se merece. Nunca más de 23.000 tipos se habían junto en Pamplona para ver a Osasuna. Podríamos decir que nunca se ha vivido un partido así, pero faltaríamos a la verdad. Se vivió. Hace 18 años. Y en la vuelta, en el Calderón, se empató a cero. Que siga el baile, Abde seguirá a lo suyo. Encarando...
¡Hasta la muerte, Forofillo hasta la muerte!
