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LaLiga miró con lupa a El Sadar

Denuncia insultos racistas a Vinicius tras aumentar la vigilancia en la grada

Ampliar Momento en el que se enzarzaron Vinicius y Moi Gómez al filo del descanso, con el brasileño muy agitado
Momento en el que se enzarzaron Vinicius y Moi Gómez al filo del descanso, con el brasileño muy agitadoReuters
Publicado el 20/02/2023 a las 06:00
De un tiempo a esta parte, LaLiga tiene actividad en cada estadio para anotar y después denunciar ante las autoridades competentes si se producen en la grada cánticos ofensivos o insultos. El sábado redoblaba su atención en El Sadar al tratarse de un visitante muy especial como era Vinicius Junior, una vez más en el centro de la polémica. Hubo encargados de la misión de protegerle. El protocolo establece a una persona de LaLiga o como mucho dos en casos puntuales. Esta vez se dieron cita cuatro.
El brasileño venía con antecedentes de haber oído desagradables palabras en el Metropolitano, en Mallorca o en Valladolid. Arrasate lo había dicho el día anterior: “En el racismo, todos estamos en el mismo equipo. No me preocupa”. Esto venía al ser interpelado por el operativo que estrenaba LaLiga en El Sadar. El plan pasaba por una mayor presencia de informadores y obrar en consecuencia.
Se ponía la lupa en un lugar que en su historia ha vivido batallas que la prensa deportiva nacional se había encargado de recordar por enésima vez en los días previos, cuando han pasado más de tres décadas y son más leyendas que realidades que considerar.
INSULTOS,AL JUZGADO
También se escanearon las redes sociales. Según informaba anoche El Partidazo de Cope, LaLiga ha denunciado en un juzgado de Pamplona lo que considera que son insultos racistas. La prueba es un vídeo que circuló en el que se veía a Asensio celebrar el 0-2. Desde la grada de Preferencia, se oía la voz de una persona diciendo: “El puto negro no nos ha metido”.
Previamente, se habían producido otros momentos alejados de cualquier lectura xenófoba en torno a la figura del atacante. Cuando Munuera Montero hizo un gesto para dar por finalizado el minuto de silencio por las víctimas de Turquía y Siria, un espectador gritó desde su butaca “Vinicius, hijo de p...”. Fue respetado por los 21.667 restantes y todos los protagonistas que estaban en el terreno de juego para disputar el partido.
En la segunda mitad, desde un sector reducido de Graderío Sur se entonó durante varios segundos “Vinicius, muérete”. Se espera por ello que el club sea denunciado, como ha sucedido otras veces aunque normalmente todo esto no se traduce en sanción.
Ancelotti y Courtois pusieron el grito en el cielo en sus manifestaciones, seguramente marcadas por un caldo de cultivo que cada vez mayor. El problema, más allá de los insultos condenables, recordó a lo que viene sucediendo en otros campos con el brasileño encendido para participar de lo que llaman persecución contra él.
Lo cierto es que la primera mitad circulaba en calma dentro de un duelo intenso a buenas revoluciones. Vinicius daba muestras de lo gran futbolista que es para desequilibrar en su pelea con Moncayola. Si caía, recibía la palmadita de un jugador de Osasuna y a seguir jugando. Ningún rojillo empleó en este partido el arma del juego sucio. El Madrid no podía. Eran sus 45 minutos más improductivos de la temporada.
INSULTO AL ÁRBITRO Y CON MOI
La mecha se encendió cuando se cruzó por el camino con Moi Gómez, al que rara vez se le ha visto en esas situaciones tan agitadas y que era el motor del equipo navarro. El minuto 33 fue premonitorio para comprobar cómo Vinicius se estaba calentando. Atacaba el Madrid con Osasuna en su campo ordenado y el extremo recibía de espaldas ante la presión de Moi, que le rebañó un balón que en última instancia golpeó en el madridista para salir por la banda. La cámara de DAZN captó las palabras de Vinicius hacia Munuera que perfectamente se pudieron descifrar de sus labios. “Vete a tomar por el culo, eres un hijo de p...”, le dijo.
En el añadido, creció la tensión. Moi se llevó la pelota con una maniobra en el centro del campo que frenó Vinicius con una dura falta que le mandó al suelo. Y segundos después, era Moncayola quien sí veía amarilla por un agarrón táctico en una pelea cerrada al brasileño, de nuevo protestando, en esa misma zona. Subían los decibelios. El de Garínoain daba puñetazos al suelo de rabia. No se lo creía.
Vinicius seguía caliente. A continuación, después de una pérdida de balón suya, vio que Moi recibía casi en la línea de fondo para sacar en largo el balón y le dejó su sello a destiempo. Munuera no había pitado ni falta, pero paró el juego al ver que se enzarzaban. El jugador de Osasuna le recriminó que llevaba dos faltas (en solo 1 minuto) y el del Real Madrid sacó su furia agitando incluso la cabeza ante sus ojos. Tarjeta amarilla para los dos. “No te he dado, no te he dado”, le respondía alterado.
El colegiado decretó el descanso. Fue entonces cuando Carlo Ancelotti hizo el paseíllo para encontrarse con Munuera y pedirle explicaciones. “Fuera, fuera”. Era un clamor El Sadar, que a la vuelta de comerse el bocadillo volvía a centrarse en el partido sin que se eliminase esa nebulosa de pitos cada vez que Vinicius entraba en juego.
El brasileño dejaba su calidad en El Sadar para ser determinante, pero a la vez había ofrecido una imagen que no hace pensar que exista una persecución contra él, en la línea de lo que ha pasado en otros estadios, excepción hecha de gritos indeseables. “Los insultos siguen, pero el baile también. Nos vemos en Liverpool. ¡Hala Madrid!”, escribía al dejar Pamplona en sus redes sociales. Millones de interacciones. A favor y en contra. El conflicto sigue abierto.
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