FÚTBOL
Los ex de Osasuna Masoud y Nekounam claman tras la muerte de la mártir iraní

- F.C./Mikel Ayestarán
El mundo de fútbol llora la muerte de Sahar Johadari. Tenía 29 años y falleció a causa de las heridas que sufrió al quemarse a lo bonzo frente al Tribunal Revolucionario donde la juzgaban por haberse intentado colar en un partido del equipo de su alma, el Esteghlal de Teherán, uno de los grandes de la capital junto al Persépolis. “Se vio obligada a llevarse su deseo a la tumba”, escribió el club en las redes sociales para despedir a esta aficionada que, como todas las mujeres en la República Islámica, solo puede entrar a un estadio si se disfraza de hombre y logra burlar las medidas de seguridad.
Llueven críticas y condolencias en Irán, como las que han transmitido en las últimas horas los ex de Osasuna Masoud Shojaei y Javad Nekounam. Masoud está siendo uno de los más activos en las redes sociales para sus decenas de miles de seguidores. Al conocer la noticia la semana pasada de la acción de la mujer, reaccionó con un duro mensaje en Instagram. “El origen de tales limitaciones es el pensamiento podrido y desagradable del pasado, y será incomprensible para la próxima generación”.
Este martes volvió a dirigirse en público al saber que Sarah había fallecido. Lo hizo después de estar con su selección (es el capitán) y jugar contra Hong Kong. Ganaron 0-2, pero eso fue lo de menos. “Hoy fue la victoria más amarga y triste del equipo nacional. Siento vergüenza por no poder hacer nada. Mis condolencias a su familia y a todas las mujeres en Irán”, indicó Masoud en un texto al que acompañó una vela sobre un fondo oscuro.
Nekounam también trasladó su pesar adjuntando una imagen de un dibujo que se ha popularizado en Irán de una mujer rodeada de fuego mientras toca una trompeta. “Nuestro objetivo era disfrutar del fútbol y estar unidos, como la noche que fuimos al Mundial. No sé cómo era esa magia cuando vio los partidos en el estadio, pero sé que ella era la chica más feliz del mundo en ese momento. Profundamente, me gustaría expresar mis condolencias a la familia de Sahar y a toda la gente de mi país. Tal vez la historia haya terminado, pero su magia siempre ha sobrevivido”.
DE AZUL EN MARZO
Sahar intentó en marzo ver el partido del Esteghlal. La joven se vistió una vez más la camiseta azul de su equipo- de ahí el hastag #bluegirl que ha inundado las redes sociales en las últimas horas- y se dirigió al estadio Azadi, pero esta vez no superó los controles y la detuvieron.
Permaneció tres días en comisaría hasta que la pusieron en libertad provisional. Acudió seis meses más tarde al juzgado, pero el juicio se retrasó a última hora por un problema personal del juez. A la espera de conocer la sentencia firme, le informaron de manera informal que lo más probable es que tuviera que cumplir una pena de entre seis meses y dos años de prisión.
No pudo aguantar estas palabras. Se roció de gasolina y se prendió fuego en plena calle. La trasladaron de urgencia a un hospital de la capital, pero murió a los pocos días tras sufrir quemaduras en el 90 por ciento de su cuerpo.
Las mujeres no pueden entrar a ver fútbol masculino en Irán desde 1981, dos años después del triunfo de la revolución islámica liderada por el ayatolá Jomeini. Se trata de una ley no escrita, que se levantó excepcionalmente en 2018, con ocasión de un amistoso entre la selección y Bolivia, y de forma temporal durante el último Mundial, en el que se trasmitieron los partidos del equipo nacional en pantallas gigantes en estadios.
La FIFA ha dado un ultimátum a la federación iraní para que acabe con este veto antes del 31 de agosto, pero no se han producido movimientos. El organismo emitió una nota para mostrar sus condolencias “a la familia y amigos de Sahar y reiterar la llamada al Gobierno iraní para que autorice la seguridad de las mujeres que desean entrar en los estadios”.
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