España desaprovechó su primera bala y se jugará este martes ante Polonia el pase a semifinales después de un partido, espeso en ataque, en el que los de Jordi Ribera pagaron muy caro la pájara sufrida en la segunda parte. Hasta once minutos sin marcar supuso una losa demasiado pesada ante una selección noruega mucho más armada que en citas precedentes, y que supo jugar mejor sus bazas. La derrota pone fin al récord de 17 victorias consecutivas en Campeonatos de Europa, y deja en el aire un nuevo techo. Alcanzar la lucha por las medallas por sexta vez en los seis últimos Europeos depende de una victoria ante Polonia este martes.
La puesta en escena no fue buena como viene siendo ya costumbre en este torneo, y a la selección de
Jordi Ribera la tocó remar, a remolque por un parcial tempranero de 0-4 que la dejó descolocada.
Noruega, que pierde casi por inercia con España enfrente desde 1997, ya no es ese grupo que se cuelga del talento de
Sander Sagosen como único recurso. Ahora, y pese a adentrarse también en un cambio de ciclo, ha ganado fondo de armario y dispone de más jugadores resolutivos cuya aportación se traduce en
más minutos de descanso para su gran estrella.
Sin ir más lejos, cuenta con más y mejores lanzadores que España, y por esa rendija se coló en su cita con los Hispanos para tomar el mando. Defendía bien en situaciones estáticas y, pese a ello, España se vio cuatro abajo a las primeras de cambio (3-7), con Aleix Gómez como único recurso ofensivo.
La incorporación de un Dani Sarmiento dio aire pero no logró recuperar a un ataque español que esta vez tampoco pudo contar con Cañellas ni Antonio García, confinados en el hotel por covid. Tocaba, por lo tanto, madurar el partido, y Jordi Ribera se remangó en busca de trampas que acercaran a los suyos en el marcador. Lo intentó primero con Ariño de avanzado, sin suerte; probó después dando más minutos a Guardiola en ataque, y mejoró las prestaciones de Figueras... pero el problema radicaba atrás.
No funcionó la defensa en el primer acto, y España quedó a expensas de las intervenciones de Pérez de Vargas en portería (evitó que la máxima desventaja, 5-10, fuera mayor).
Tocaba dar un golpe de timón. Aumentar la intensidad de las paladas y remar más aprisa si cabe para seguir madurando el partido. Los Hispanos salieron de vestuarios con el cuchillo entre los dientes dispuestos a activar su defensa para desconectar a los lanzadores noruegos. Y lo consiguieron en primera instancia, colocándose a un solo gol (19-20) antes de afrontar el último cuarto de partido.
Sin embargo, justo cuando hizo lo más difícil, llegó el apagón. Once minutos sin marcar dejaron a España contra las cuerdas y más pendiente de una pájara de su rival que de sus propios méritos. Y ésta no llegó.
.Mañana España depende de sí misma. Dispondrá de una segunda oportunidad con Polonia enfrente. En caso de ganar, el primer puesto lo decidirá el resultado del Noruega-Suecia.
España 23
Noruega 27
España (11+12): Pérez de Vargas; Aleix Gómez (5, 2p), Maqueda (6), Casado (3), Chema Márquez (1), Ángel Fernández (1) y Figueras -equipo inicial-; Corrales (ps), Gurbindo, Peciña, Sarmiento (1), Solé (2), Ariño, Gedeón Guardiola (3), Tarrafeta y Sánchez-Migallón (1).
Noruega (14+13): Bergerud; Bjornsen (2), Reinkind (4), Gullerud (5), O’Sullivan, Sagosen (4) y Barthold (6, 1p) -equipo inicial-; Saeveraas (ps), Aga, Overjordet (2), Overby, Toft (4), Tonnesen, Gulliksen, Blonz y Rambo.
Árbitros: Pavicevic y Raznatovic (Montenegros). Roja a Vetle Aga (m.60) por 3 exclusiones. También excluyeron a Maqueda y Casado por España, y a Toft, Overby y Tonnesen.
Parciales: 2-1, 2-5, 5-10, 9-12, 10-13 y 11-14; 14-17, 18-20, 19-22, 19-24, 21-26 y 23-27.
Incidencias: encuentro correspondiente a la tercera jornada del grupo II de la segunda fase del Europeo de Hungría y Eslovaquia, grupo II, disputado en el Ondrej Nepela Arena de Bratislava.