El título que nació del sufrimiento de Ederra, Aramendía y Zugarrondo

A la campaña del Bera Bera ha sido como un parte de sucesos. Ya en la pretemporada, a la guardameta pamplonesa Maite Zugarrondo le detectaron una pericarditis -inflamación del pericardio, la capa que cubre el corazón- por la que estuvo ingresada y que le apartó de las pistas hasta diciembre. A esto le siguió una plaga de lesiones, que pilló a otra de las navarras del equipo, la extremo de Lerín Leire Aramendía, a dos jornadas de terminar la liga. Pero, además, ha sido un curso convulso en lo que a las salidas se refiere. La pivote Judith Sans dejó el Bera Bera a mitad de temporada de manera voluntaria para jugar en el Midtjylland danés, mientras que en las últimas semanas se han conocido marchas importantes en el grupo como la de su entrenadora, Montse Puche, o la de la pivote de Estella, Silvia Ederra, quien, después de seis temporadas en las filas del Bera Bera, recibió antes de la Copa de la Reina la noticia de que el club no cuenta con ella para el próximo curso. A pesar de todo esto, el conjunto donostiarra ha sabido recomponerse, tras caer en la final de la Copa de la Reina, para conseguir el título de liga el pasado viernes. No sin sufrir, claro. Lo lograron en la última jornada de la liga, en la que necesitaban ganar al Zuazo, ya que el Guardés de otra navarra, la extremo de Villava Naiara Egozkue, les empataba en puntos. “Ya se ha visto que a un partido cualquier equipo es ganable y, al final, esos puntos que pierdes en cualquier pista te pueden pasar factura y fastidiarte la liga. Ha habido mucha igualdad, pero al final nos la hemos llevado nosotras”, expresa Ederra. Su compañera Aramendía le completa: “Para todo el equipo en general ha sido un año súper difícil. Todo ha sido muy dramático. Si hubiéramos ganado, por ejemplo, la Copa y no la liga, nos hubiéramos quedado con otro sabor de boca. Pero, al acabar ganando, todo se te olvida un poco y merece la pena”. UNA FINAL A CARA O CRUZ Precisamente la extremo no pudo vivir este final de liga desde otro lugar que la grada. A falta de dos jornadas, sufrió una grave lesión para la que, por el momento, no tiene la fecha de la operación. Aramendía tiene roto el ligamento cruzado anterior, el menisco interno y externo y también sufre un esguince en el ligamento lateral interno de la rodilla. “Todo el mundo me decía que era la mejor época para lesionarme porque tengo todo el verano para recuperarme. Y yo pensaba ‘¿Cómo va a ser el mejor momento si quedan dos partidos?’. No jugar, sobre todo el último, te fastidia. Durante la última semana estaba súper tranquila porque confiaba mucho en el equipo, pero esa mañana me empecé a poner cardiaca. No lo he pasado peor en la vida. Tenía hasta ganas de vomitar. Da mucha impotencia. Y al menos tuvimos la suerte de que el partido fue bastante bien. Si no, yo creo que me habría tirado de los pelos por no poder hacer nada”, recuerda. A partir de que se someta a cirugía, la lerinesa estará entre seis y ocho meses de baja. “No tengo prisa con los plazos porque quiero recuperarme bien, con paciencia. No me estoy agobiando de momento”, asegura Aramendía, que ha renovado por una temporada más con el Amara Bera Bera. Quien todavía no tiene firmada la renovación -aunque todo apunta a que se produzca en los próximos días- es Zugarrondo. Su temporada ha sido especialmente complicada al enfrentarse a la pericarditis, por la cual se cuestionó su futuro en el balonmano. Sin embargo, volver a aportar al equipo y conseguir el título de liga han reafirmado su ilusión. “¡Ufff! Se ha hecho tan largo… Tan, tan largo… Ha sido una satisfacción enorme, una alegría aún más grande porque hasta el último partido hemos tenido la presión del ganador, y esto es difícil de gestionar. Cada una hemos tenido diferentes situaciones. Ha sido un año muy duro. Sumas los problemas de todas y, en vez de dejarnos arrastrar por todo lo malo que ha ido pasando, ha sido lo contrario: la unión del equipo siempre se ha mantenido firme. Por eso, la satisfacción de ganar esta liga se podría celebrar tres semanas seguidas y, aún así, no compensaría todo lo que supone”, remarca la guardameta pamplonesa. Ederra, por su parte, es la única que no continuará en las filas del Bera Bera. Su situación no ha sido sencilla, ya que el club tomó la decisión de manera unilateral y en el último tramo de la temporada. “Al principio lo llevé bastante mal porque no me lo esperaba. Se me queda la espinita de no haberme podido retirar en el Bera Bera. Después del accidente vi cómo el balonmano me volvía a ilusionar, y conseguía títulos. Volvía a estar en pleno apogeo. Y de repente, este año, a final de temporada, me he llevado el palo de que el club no cuenta conmigo para el curso que viene. Poco a poco voy asimilándolo, pero me ha costado”, confiesa Ederra. De momento, no ha tomado una decisión en firme sobre qué pasará, aunque baraja ofertas, e incluso la retirada. “Me está costando porque haga lo que haga será muy importante para mí y quiero estar segura. De momento no tengo nada definitivo. Como me lo dijeron muy tarde, cuesta más moverse, los equipos están prácticamente hechos y encima este año el mercado se ha movido antes. No hay muchas opciones para mí y por eso quiero pensarlo fríamente”, explica. Aunque no es el final esperado para ella tras seis temporadas, ha conseguido terminar esta etapa con su decimotercer título. “Es muy satisfactorio porque me puedo ir con un título en el bolsillo, que era mi objetivo, y con este ya son trece en el Bera Bera. Es un buen número para cambiar de etapa porque no soy nada supersticiosa. Parece que la gente está acostumbrada a vernos ganar y eso hace que parezca también fácil ganar títulos, pero la verdad es que cada uno de ellos ha conllevado días buenos y malos, un trabajo duro, esfuerzo y sacrificio. Esa es la recompensa y la alegría que te llevas. Cuando perdimos la Copa, parecía que se acababa el mundo. Pero no ha sido así y todo se ha visto recompensado”, sentencia Ederra. Una recompensa que llegó el pasado fin de semana en forma de título. Porque a pesar de todo, una pericarditis, una rodilla machacada y un adiós involuntario, las jugadoras del Bera Bera han vuelto a ser las mejores. La empatía entre navarras La pericarditis de Maite Leire Aramendía: “Fue una faena porque le ocurrió a principio de año, cuando el equipo se estaba formando y era el momento de integración. Que no estuviera ella era algo que luego le iba a perjudicar de cara al final de la temporada. Y le echamos un montón de menos”. Silvia Ederra: “Fue un palo duro. Ella empezó muy ilusionada y, al tener en pretemporada el problema de la pericarditis, se retrasó su participación en el equipo. Para cuando pudo entrar, las demás ya estaban a un nivel físico bastante grande. Tuve mucha pena de que hasta diciembre o así Maite no pudiera estar con nosotras”. La marcha de Silvia L.A.: “Cuando me enteré de que ella no iba a seguir porque no le iban a renovar, me quedé flipando. No me lo creía porque es una persona que lleva un montón de años en el club y, además, es muy importante para mí a nivel personal y dentro del equipo. Fue un palo bastante duro”. Maite Zugarrondo: “Me parece injusto, pero así el deporte. Hay decisiones que no dependen de uno mismo y no queda otra que terminar de la mejor forma posible. A mí personalmente me afecta, por supuesto, porque Silvia para mí es muy importante dentro del equipo, por todo lo que supone a nivel de vestuario y a nivel personal. Me da muchísima pena que termine esta etapa con ella. Sin Silvia y con Leire lesionada, me faltan las dos piernas”. La lesión de Leire S.E.: “Fue un palo duro para el equipo porque fue a falta de dos partidos, cuando nos estábamos jugando todo. Ella estaba en su mejor momento de la temporada y es una jugadora muy importante. Además, es verdad que la afinidad que tenemos las navarras entre nosotras es muy fuerte. Si se lesiona una, parece que nos lesionamos todas. Me dio mucha pena, pero ella es fuerte, lo asumió de la mejor manera posible y le irá bien”. M.Z.: “Me puse a llorar en el propio partido. Salí yo en la segunda parte y empecé parando como cinco balones seguidos. En una de estas, paré una decisiva y, en el contraataque, Leire se lesionó. Me vine abajo. Después de aquello, no volví a parar una en todo lo que quedaba del partido. Al final vives las cosas así porque empatizas, y más con alguien a quien le tienes tanto cariño. Fue un desastre. Yo también me he roto la rodilla y los gritos de Leire ya sabía de dónde venían. Pensé en lo injusto que es el deporte. Lo llevé mal, la verdad”.

El título que nació del sufrimiento de Ederra, Aramendía y Zugarrondo

Una salida inesperada, una rodilla rota y una pericarditis. Las navarras del Bera Bera, Silvia Ederra, Leire Aramendía y Maite Zugarrondo, se han visto obligadas a reponerse de situaciones adversas esta temporada para ser campeonas de liga

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