En los momentos cruciales conviene rodearse de las personas correctas. Eso es lo que ha debido pensar la directiva del Megacalzado Ardoi, que ha encargado a Aitor Alonso (Santurtzi, 4 de octubre de 1978) la labor de salvar del descenso a un equipo que es cuarto por la cola de la Liga EBA a falta de ocho jornadas. Visto por última vez en un banquillo en 2019 cuando dejó el Osés, Alonso volvió el domingo pasado a Zizur para ganar a un Bilbao Basket afincado arriba y hacer un lavado de cara a un equipo que él confía en que va a permanecer en EBA.
Nombre Aitor Alonso Rivera.
Fecha de nacimiento 4/10/ 1978, Santurtzi. Aunque se trasladó a Pamplona con dos años.
Trayectoria 07/12 Obenasa como 2º entrenador (LF); 12/16 Megacalzado (Liga EBA); 18/19 Osés Construcción Ardoi (LF2).
Echando la vista atrás, ¿qué ha pasado en estos años?
Necesitaba un parón después de tantos años seguidos. Tuve familia y me centré en estar con mis hijas. En los veranos me solían contactar, del Ardoi y de otros clubes. Había conversaciones, pero pongo en la balanza todo y no me compensa. Hasta que llegó esta experiencia de Zizur… Al final, son dos meses y medio. Por echar una mano y porque me gusta entrenar, finalmente hemos empezado esta aventura.
¿Lo echaba de menos?
Sí. Durante este tiempo he procurado no pensar mucho en él. He visto pocos partidos en directo, porque salía de los pabellones malo… Toda mi vida ha girado en torno al baloncesto. Se ha dado esta situación y estoy con ganas. A este equipo le tengo mucho cariño, fui su primer entrenador en la Liga EBA, fuimos creciendo y jugamos dos playoff.
¿Ha influido entonces el cariño para aceptar la oferta?
A otro club no le hubiera dicho que sí. He aceptado porque me apetece y porque es el Megacalzado. Tengo aquí amigos, en especial, Pope Urtasun. Todo eso influye, es un reto muy bonito.
Quitando a Pope, ¿el equipo será totalmente diferente al que dejó en 2016, no?
Es curioso porque juegan chicos a los que veía entrenando cuando eran infantiles. Me voy haciendo mayor -ríe-. Es ley de vida. Lo primero que he tenido que hacer es conocerles, en la cancha y de forma personal. Ha sido el mayor reto que he tenido. Con todo eso, intentar darle la vuelta a la situación. Que vean el cambio, no como algo dramático, sino como una oportunidad de mejorar. En eso estamos.
¿Se ve como el indicado para cambiarle la cara al equipo?
No sé si soy el indicado. Eso lo dirá el tiempo. Igual es que no tenían otra opción -ríe-. Lo que importa es que han pensado en mí y que yo tengo fuerzas para asumirlo.
En lo anímico, ¿qué equipo se ha encontrado?
El ambiente es muy bueno. Y en la cancha también son muy trabajadores. Me imagino que también influye la novedad. Cuando hay un cambio, todo el mundo quiere reivindicarse. Pero tienen una gran relación.
¿Se esperaba llegar y ganar ante un Bilbao Basket que lucha por entrar en playoff?
No sé si por desconocimiento o por optimismo desmesurado, pero estaba convencido de que íbamos a ganar. Bilbao era un equipazo, con un ritmo y un despliegue físico brutal. Eran jóvenes, filiales de un equipo ACB. Pero, con nuestras armas, llevamos el partido a nuestra zona. Así conseguimos ganar, dejamos en 61 a un equipo con una media anotadora de 77.
¿Hay potencial para salvarse?
Yo creo que sí. Llegados aquí, yo no quiero hacer números. Me centro en el próximo entrenamiento y, después, en el próximo partido. Pero es cierto que la situación es comprometida, no hay que ponerse una venda en los ojos. Tenemos perdidos averages con rivales directos, tenemos que jugar en casa de equipos de la zona alta… Aún así, yo confío en que vamos a salir.
¿Y el equipo?
Yo creo que también. Están contentos, trabajando mucho. Saben que no estamos donde el equipo merece, por lo que tienen confianza. Más no se les puede pedir. Que trabajen como lo hacen y apliquen las instrucciones que reciben desde el banquillo. Pero yo no hago milagros, los que juegan son ellos. Yo intento que saquen su mejor versión.
¿Se ve continuando tras el verano?
Pregunta complicada -ríe-. Si no miro más allá de este domingo, imagínate en la temporada que viene. Es un tópico que se dice mucho ahora, pero en la situación que estamos tenemos que ir día a día, sin desconcentrarnos con otras cosas. Yo el primero. Tenemos que pensar en el domingo. Jugamos contra el Valladolid, que es colista. Si el partido del fin de semana pasado era importante, este lo es más, porque es un rival directo.