Un libro recupera la figura y las canciones de Teobaldo I, el rey trovador

Con él llegó la estirpe de reyes poetas y guerreros que, procedentes del condado francés de Champaña, gobernaron Navarra durante siete décadas del siglo XIII. Conocido como el rey poeta o el rey trovador, Teobaldo I (1201-1253) compuso 60 canciones que él mismo cantaba e interpretaba para una selecta audiencia. De todas ellas se han seleccionado nueve, grabadas para el cedé que acompaña al libro 'Cancionero del rey Teobaldo', publicado por el Gobierno de Navarra en castellano, euskera, inglés y francés. Esta obra, elaborada por los musicólogos Sergio Barcellona y Enrique Galdeano, junto al historiador Mikel Zuza, recoge la vida y obra de Teobaldo I, incluyendo también los textos originales de varias composiciones. Las canciones están interpretadas por Sergio Barcellona, Íñigo Casalí, Enrique Galdeano, Juan López Tabar y Luis Taberna. En el caso de Enrique Galdeano, su vínculo con Teobaldo I se remonta a hace más de diez años, cuando inició su trayectoria musical en el ensemble Uqbarnagh, especializado en música medieval y persa. “Nuestro repertorio incluía media docena de canciones de Teobaldo, junto a las Cantigas de Alfonso X el Sabio y temas de trovadores franceses”, detalla. Fue la figura de Teobaldo la que le conectó con Mikel Zuza, autor del 'Libro de los Teobaldos'. Ahora, su pasión por el rey trovador se ha materializado en una obra de 200 páginas que conforma el segundo volumen de 'La música del Reino'. “Hay que tener en cuenta que Teobaldo interpretaba sus canciones en un entorno reducido, como un banquete o alguna celebración”, apunta Galdeano. “Normalmente, los trovadores hacían una introducción musical de cada pieza y luego la cantaban con un acompañamiento muy sencillo. Y eso es que lo que nosotros hemos hecho”, explica el musicólogo. Destaca que han interpretado las canciones desde una nueva visión: “Les hemos dado un formato y un ritmo, un aspecto que no viene definido en las partituras de Teobaldo”. También han seleccionado una parte de los textos de las canciones con el fin ajustar su medida a un formato más fácil de escuchar para el público de hoy en día. “No podíamos hacer canciones de diez minutos con la misma melodía”. La canción más larga dura cinco minutos. Por su parte, el historiador Mikel Zuza reivindica el legado que hoy pervive del rey Teobaldo I: “Se empeñó en modernizar el reino de Navarra, que se había quedado anquilosado tras la etapa de Sancho El Fuerte. Es un personaje que nos ha dejado varios símbolos de la foralidad: recopiló el Fuero Antiguo (germen del Fuero General), creó el actual escudo de Navarra y organizó el territorio en merindades, pero apenas es recordado por ello”, constata. También combatió en Tierra Santa en las famosas Cruzadas, siguiendo el ejemplo de su abuelo Enrique I y de su padre Teobaldo III. Educado en la corte de París, “creció en un ambiente literatio cultísimo, rodeado de personajes tan famosos como Chrétien de Troyes, autor del 'Cuento del Grial”, cita Zuza. El joven Teobaldo se nutrió de tres mundos: el grecorromano, el artúrico (con las figuras de Arturo y Merlín) y el de la elegía francesa, con la Chanson de Roland como gran referente. “En sus poemas siempre hay referencias a estos tres mundos”, señala Zuza. El propio Dante Aliguieri alabó sus composiciones, escritas en lengua d’oil, un francés antiguo, hablado por la gente culta. Teobaldo cultivó canciones de diferentes temáticas, como la chanson d’amour, la chanson de croisade (canción de cruzada) o la ‘pastourelle’ (pastorela), “composiciones que describían el encuentro de un caballero con una pastora a la que intentaba seducir”, explica Mikel Zuza. También está el llamado “juego partido”, debates entre amigos que surgen a raíz de una pregunta. “Por ejemplo, hay una canción sobre si es mejor besar a una dama en la boca o en los pies”, comenta Zuza. LOS DRAGONES DEL CASTILLO DE TIEBAS Una de las canciones de Teobaldo más interpretadas actualmente es 'Seignor, sachiez', en la que el rey invita a los nobles a que le acompañen a la cruzada. En otra de sus canciones ('Deus est ainsi comme li pelicanz'), el rey trovador hace referencia a una lucha entre dos dragones, uno rojo y otro negro, relacionados con una profecía del mago Merlín. Esta escena está representada en los azulejos del Castillo de Tiebas, donde residió su hijo Teobaldo II. “Sería un homenaje a la obra de su padre”, señala Zuza.

Un libro recupera la figura y las canciones de Teobaldo I, el rey trovador

El historiador Mikel Zuza y los musicólogos Enrique Galdeano y Sergio Barcellona son los autores de la obra, que se completa con un cedé de nueve canciones

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