Un crimen en un ascensor une realidad y ficción

Su existencia era anodina hasta que aquella noche la puerta del ascensor que le iba a llevar del garaje a su casa se abrió y mostró en el suelo el cadáver de un hombre con los ojos abiertos y un cigarro humeante entre los dedos. Lo escribe en su diario y son también las primeras páginas de 'Un cadáver en mi ascensor', la segunda novela que el periodista Pascual García Arano (Pamplona, 1963) publica con la editorial Eunate, en la que hace protagonista al autor del descubrimiento, un técnico de Hacienda que afronta una investigación en la que asesinatos, robos y corrupción irán sucediéndose. Una novela con humor “negro”, que es “cruda” y que tiene, sin embargo, un punto de esperanza que el autor “casi” no, como confesó el jueves en su presentación en la librería Elkar, acompañado por su amigo y periodista de RNE Juan Yeregui. Entre ambos desentrañaron lo justo para situar al público que les escuchaba. Contaron así que, “aguijoneado por la magia de la curiosidad, la que debe picar a los periodistas”, el protagonista comienza a investigar a la víctima. Aquí la trama descubre a Serafín Satué, que se une a la investigación. Es “uno de esos hombres que no quedan”, apuntó García Arano sobre “periodistas de la vieja escuela que o se han jubilado o han muerto”. “Creo que casi todos hemos conocido a un Serafín así”, se refirió a “gente divertida” que al mismo tiempo es capaz de enfrentarse al jefe, “cosas impensables hoy”. “Cuando tienes un contrato fijo, decir al jefe ‘esto no es así, lo diga quien lo diga, porque yo he estado ahí’, es complicado, y lo dices cuando no puedes más. Pero imagina a un becario, a un falso autónomo, a un tío con un contrato precario...”, y contó su experiencia en sus dos últimas visitas a redacciones de periódicos. “Me he quedado sobrecogido porque no se oye una mosca, es el silencio total, y no lo entiendo porque en una redacción debe haber un debate, un pulso; pero si voy a un sitio y mi jefe que no ha estado me dice ‘el título es este’, para qué voy a ningún lado. No digo que todo, pero la precariedad de la profesión explica muchas cosas. Y no tengo muy buenas vibraciones...”, apuntó. Un tercer hombre se une a este equipo de investigadores. Es Abel. Laringetomizado, “colecciona todo lo coleccionable, vive solo, disfruta apostando y habla de usted y de tú indistintamente. Es invitado asociado de la Asociación Nacional del Rifle no porque sea facha, que también, sino porque, como colecciona todo, quiere que le manden el boletín”. Así, este inusual Equipo A, “tres tipos solitarios”, como todos los personajes de las novelas de García Arano: “De vuelta de todo -en el límite entre los perdedores y quienes todavía creen en algo, en palabras de Eunate-, desengañados, gente muy normal, con tampoco mucha suerte. Y en una novela de estas te da ciertos márgenes que un personaje casado, con hijos y que va a catequesis no”, resolvió divertido. Porque “una novela de estas” como es 'Un cadáver en mi ascensor' cuenta con una organización criminal vinculada a la extrema derecha. “Vivo en el mundo en el que vivimos todos, y hay cosas muy preocupantes, como que casi cinco millones de personas voten a Vox. Me parece terrible”, compartió el autor, que añadió que esto se narra de forma “tangencial” en la novela. “El libro habla de la lacra de este país, de las cunetas tantos años después. Y ahí estamos. ¿Cómo es posible? No tiene sentido ninguno. Hay que intentar tener cosas medianamente clara para que no te digan lo que no es”, reflexionó sobre memoria. Y de vuelta con los tres protagonistas, representantes de la sociedad civil que “se ven con cierto sarcasmo” y cuya interacción ha dado “mucho juego” a García Arano, destacó cómo han conseguido ponerse de acuerdo y “echar para adelante con lo que llevan entre manos, la investigación de una serie de asesinatos”, a pesar de ser completamente diferentes. Y cerró: “No sé si encontraríamos a tres tipos con estas pelotas para hacer lo que hacen estos por la sencilla razón de que quieren saber qué ha pasado. Me cuesta pensarlo”.

Un crimen en un ascensor une realidad y ficción

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