Literatura
Nace la primera agencia literaria representante de escritores en Navarra
Marcapáginas, proyecto de la periodista pamplonesa Goizeder Lamariano, se ha lanzado este mes

Actualizado el 31/10/2020 a las 06:00
La periodista pamplonesa Goizeder Lamariano Martín vivía en Madrid cuando en 2012 publicó un libro de relatos, 23. Hasta el momento en que Cuentos pacientes se vio en las librerías, transcurrió “un proceso costoso” de casi tres meses “de mucha llamada y email” para contactar con editoriales, buscando una que aceptara su manuscrito y cuyas condiciones -económicas, de red de distribución y de organización de presentaciones- interesaran a Lamariano. Elegida Círculo Rojo, se centró después en la corrección del manuscrito. “Les di mucha guerra”, sonríe ella ahora sobre el trabajo que tuvieron en la editorial. “Corregí cinco o seis galeradas. Soy correctora y nunca estaba cien por cien satisfecha...”. Con esta veintena de líneas, Lamariano muestra que posee experiencia para el proyecto que ha lanzado este mes: una agencia literaria que representa a autores y autoras en ese laborioso proceso intermedio entre el final de la escritura del manuscrito y la presentación de la obra ante los lectores. Se llama Marcapáginas, es la primera en Navarra, ya trabaja con siete autores navarros -Miguel Izu, Arantzazu Amezaga, Xabier Irujo, Fátima Frutos, Sandra Iraizoz, Yolanda Almeida y Iosu Lázcoz- y los hay de comunidades limítrofes que han contactado con ella para interesarse por la agencia.
La figura del agente literario es la misma que la de artistas o deportistas: representante. “Es una intermediación”, añade Lamariano, que trabajó en Diario de Navarra. En Marcapáginas ofrece asesoramiento durante la escritura -“autores con varias ideas ya me han pedido que miremos juntos cuál puede funcionar”- y el contacto con editoriales -“es la parte que resulta más árida para los autores por tener que estar pendiente de enviar manuscritos, escribir correos, llamar para saber si sus obras interesan, esperar la respuesta... Supone estar muy pendiente de esto, cuando lo que quieren es tiempo para escribir y estar centrados en eso”-. Además, informes de lectura tanto para los autores como para las editoriales, organización de actos una vez publicados los libros -“ahora mismo, lo que se pueda, online o presencial, en torno a presentaciones, encuentros con lectores, clubes de lectura, promoción en medios de comunicación...”-, elaboración de booktrailers y correcciones ortotipográficas y de estilo de los manuscritos, un trabajo que realizó en Madrid -“si el primer manuscrito del autor pasa por lectores cero, por correctores y por informes de lectura, lo que llega al lector cambia mucho”-.
EL VACÍO EN NAVARRA
Podría decirse que la pandemia ha influido “para bien” en que Lamariano se decidiera por este proyecto. Tras una etapa en Madrid como periodista en dos periódicos gratuitos y una televisión y de trabajar como comercial de seguros, regresó a Pamplona. Contratada más adelante para campañas de comunicación y captación de socios en la Fundación Vicente Ferrer, este julio, tras varios meses en erte, Lamariano se quedó en el paro.
Con el mundo sumido en esta pandemia, dedicó el verano a replantearse qué hacer. Pensó en lo que siempre le ha apasionado y a lo que nunca se ha dedicado, los libros, salvo esa incursión televisiva, otra radiofónica ya instalada en Pamplona y la década que lleva alimentando con reseñas, crónicas de presentaciones y entrevistas a escritores el blog Cuéntate la vida.
Con su experiencia como correctora, decidió intentar orientar su futuro laboral por ahí, con la mente puesta también en conciliar: casada y con dos hijos, para agosto ya se conoció que en el nuevo curso escolar se iba a imponer la jornada continua, y no podía olvidar igualmente la posibilidad de que los niños pudieran estar más en casa que en clase por los confinamientos.
De modo que el tercer fin de semana de agosto se creó una pequeña web y unos perfiles en redes sociales para tantear cómo estaba el panorama en Pamplona. La llamada de la presidenta de la Asociación Navarra de Escritores/as (ANE-NIE), Fátima Frutos, se lo desveló. “Aquí necesitamos una agencia. En Navarra no hay, tampoco en toda la zona norte”, le comentó en aquella conversación. Las agencias literarias estaban focalizadas en Madrid y Barcelona, y la existencia de una en Navarra “era una eterna demanda de los autores de aquí”. Para sorpresa de Lamariano, ese fin de semana ya empezaron a llegarle encargos como correctora y, hasta final de mes, el interés de varios autores en que ella fuera su agente literaria. Ha sido en octubre cuando se ha lanzado como Marcapáginas.
Explica Lamariano que el contrato con los autores “no supone un paquete cerrado”, en el sentido de que esos son los servicios que ella oferta pero que cada uno puede decidir qué trabajo quiere que ella realice. Podría darse el caso, por ejemplo, de que un autor decidiera autopublicarse y contratar a Lamariano para la promoción de la obra.
“Es una gozada poder leer obras inéditas”, indica la ya agente literaria, que lamenta que la situación actual impida acudir a ferias, los lugares donde conseguir una red de contactos con editoriales, librerías, medios de comunicación y otros profesionales, como correctores o traductores. “A veces parece que en el mundo del libro están solo escritor y lector, cuando en medio hay muchísima gente implicada”.
Si bien la web, www.agenciamarcapaginas.com, comenzará a funcionar en semanas -“espero que sea un punto de encuentro entre escritores, editoriales y lectores, de todos a quienes apasiona la lectura”-, ya se la puede encontrar en Facebook (Marcapaginas Agencia Literaria), Instagram (marcapaginas_al) y Twitter (Marcapaginas_AL). Su idea es lanzar libros de varios de los autores en 2021. Las presentaciones presenciales u online dependerán de la pandemia.
ETIQUETAS