Vientre de alquiler
Ser padres de un bebé por gestación subrogada en una Ucrania en guerra
Un matrimonio catalán relata cómo ha sido el proceso hasta poder traer a su hijo a España, que ha estado lleno de miedo, ansiedad e inquietud por el conflicto bélico que sufre el país

Publicado el 02/04/2023 a las 17:46
Poco podían imaginar María y Pablo (nombres ficticios) cuando empezaron su proceso de gestación subrogada en Ucrania que acabarían yendo a buscar a su hijo a un país en guerra. Ya en España, la pareja disfruta de su bebé, que hoy cumple un mes, tras un largo viaje físico y emocional que ha estado lleno de miedo, ansiedad e inquietud, pero que ha tenido el mejor final posible.
Para este matrimonio catalán, la gestación subrogada ha sido su última oportunidad para ser padres, después de varios años intentando sin éxito lograr un embarazo de forma natural y de probarlo también a través de técnicas de reproducción asistida con el mismo resultado.
María, que tiene 43 años, explica a EFE que en un primer momento pensaron en la adopción como vía alternativa para ser padres, pero descartaron esta opción tras informarse y hacer la entrevista inicial informativa, en la que se les dio un plazo medio de nueve años para conseguirlo.
"Solo se nos dio la oportunidad de acortar esos dilatados plazos aceptando a un niño con alguna enfermedad. No creemos que pueda definirse a alguien como egoísta por querer un niño sano o como el futuro quiera que venga, pero al saber de antemano de dichos problemas no nos vimos capaces de asumirlo", relata María.
Decidió entonces que debía empezar a aceptar que su sueño de ser madre no se cumpliría nunca: "Sentía una gran tristeza y un enorme vacío. Todo me recordaba eso... Comprendí rápido que no iba a ser fácil".
LA ÚLTIMA OPCIÓN
Fue Pablo, su marido, quien viendo su desánimo le planteó la opción de la gestación subrogada, de la que habían oído hablar vagamente. "Solo sabíamos que en España no estaba permitido y que solo era posible en determinados países", señala.
Comenzaron entonces a buscar países, así como agencias en España que les informaran del proceso. "Siempre he querido saber y experimentar qué es ser madre, pero siempre he tenido claro que no a cualquier precio, que no todo vale, y si nos decidíamos debía ser porque lo veíamos claro", subraya María.
Tras una primera experiencia fallida, la pareja se puso en contacto con una agencia que les transmitió plena confianza y les explicó con claridad en qué consistía esta práctica y las opciones que había.
"Lo estudiamos con calma, lo meditamos y nos decidimos por hacerlo en Ucrania, el país más cercano a nosotros, a apenas tres horas y media de vuelo, con el que tenemos más conexiones y similitudes y en el que el coste era más asequible", detalla María, que recuerda que corría mediados de 2021 cuando decidieron iniciar el proceso en ese país.
Tras superar una entrevista con un psicólogo y después de largos trámites y papeleo, realizaron el primer viaje a Kiev, la capital ucraniana, para firmar los contratos con la agencia y la clínica en la que iba a hacerse todo el proceso.
Pablo, además, dejó sus muestras biológicas, dado que en este país es obligatorio que al menos uno de los integrantes de la pareja sea el padre biológico de la criatura. En este caso, los óvulos procedían de una donante anónima.
"Nuestro primer viaje fue breve pero intenso, duró apenas tres días, en los que pudimos aprovechar para hacer un poco de turismo por un país que nos encantó por su gente afable, educada, nada ruidosa, sus edificios y su cultura. Regresamos a España con muy buen sabor de boca", indica María.
PRIMER CONTACTO CON LA GESTANTE
Pasaron varios meses hasta que el matrimonio supo que tenía una posible gestante. La conocieron a través de Skype y hablaron con ella con la ayuda de una intérprete, y enseguida supieron que era la persona indicada.
"Tuvimos la oportunidad de conocernos, de preguntar lo que quisimos, tanto nosotros como ella, y su mirada nos transmitió mucha bondad y paz. Ya habíamos encontrado a la persona que nos ayudaría a cumplir nuestro sueño, la elegimos sin dudarlo y ella también nos eligió a nosotros", asegura María, que remarca que con ella han estado en permanente contacto durante todo el proceso y aún en la actualidad, tras su reciente regreso a España.
La mujer ucraniana se quedó embarazada al segundo intento, al tiempo que estalló la guerra. La angustia y los nervios por los continuos bombardeos fueron cada vez en aumento, pero la agencia y la propia gestante les tranquilizaban, asegurándoles que todo iba según lo previsto.
"Era un constante sufrimiento diario por la vida y seguridad de nuestra gestante y de nuestro bebé", apunta María, que el pasado febrero recibió la llamada más esperada: habían programado el parto para principios de marzo. Tenían que preparar el segundo y definitivo viaje, en el que por fin conocerían a su bebé.
VIAJE A UNA UCRANIA EN GUERRA
Con Ucrania en guerra, esta vez tuvieron que viajar hasta Cracovia (Polonia), pues ya no se podía volar directamente a Kiev, y coger un ferrocarril hasta una ciudad fronteriza en la que hicieron noche. Ya al día siguiente pusieron rumbo en tren hasta Ucrania, donde a la llegada les sorprendió la multitud de militares que había por toda la ciudad.
Llegó el día del nacimiento y por fin conocieron personalmente a la gestante, con la que se fundieron en un gran abrazo. Unas horas después, tras un parto por cesárea, pudieron coger en brazos por primera vez a su bebé.
"Al sentir a mi niño sobre mi pecho se me olvidó por momentos la situación de guerra en la que estaba el país, porque nuestro bebé ocupaba toda nuestra mente, si bien las sirenas que casi diariamente sonaban impedían el olvido total", explica María.
Recuerda que los ciudadanos de a pie, acostumbrados a esa situación tras más de un año de conflicto, no se inmutaban por lo general ante el sonido de las sirenas y hacían vida normal, pero que ellos, por prudencia, se refugiaban en subterráneos con el bebé cada vez que sonaban las alarmas.
"La noche más dura fue precisamente la última de ellas, antes de volver a España, en la que las alarmas estuvieron activas durante más de cuatro horas", rememora María.
"Pero eso finalmente quedó atrás y ahora -afirma- ya estamos en casa con nuestro pequeño, agradecidos de por vida a Ucrania y, como no, a nuestra gestante".
María hace hincapié en que la experiencia en el hospital, pese a los problemas de comunicación por el idioma, fue muy satisfactoria, y que durante los días de ingreso intentaron que la gestante no se sintiera sola: "Compaginamos los cuidados de nuestro bebé con momentos con ella que nunca olvidaré, siempre con una sonrisa en la cara a pesar de los dolores e interesándose por nuestro pequeño".
POLÉMICA EN ESPAÑA TRAS EL CASO OBREGÓN
La noticia de que la presentadora y actriz Ana Obregón ha sido madre a los 68 años mediante gestación subrogada en Estados Unidos ha reabierto en España el espinoso debate sobre este proceso, que está prohibido.
A María le "duele en el alma" escuchar comentarios como que la gestación subrogada "es una forma de violencia hacia las mujeres" o de "esclavitud" hacia las gestantes, ya que no reflejan la realidad que ella ha vivido.
"Nuestra relación con la gestante siempre se ha basado en el máximo respeto, pues es la persona gracias a la cual hemos logrado nuestro sueño, a la que respetamos y queremos y siempre estaremos agradecidos", recalca.
Afirma que "de una forma completamente libre y voluntaria" quiso ayudarles a tener a su bebé y defiende que se retribuya a las gestantes: "No es de recibo que se recompense a una mujer que dona sus óvulos, pero no se recompense a la mujer que gesta a tu hijo durante nueve meses".
En su opinión, si una mujer es libre para abortar, debería también serlo para decidir gestar en su cuerpo a una criatura para otra familia.
"Todo resulta incoherente y contradictorio. Espero que los políticos se sienten y hagan su trabajo, como hicieron con la figura del aborto y la eutanasia. Sin duda son temas sensibles, pero que procede abordar y regular", resalta.
A menudo suele pensarse que solo las familias adineradas pueden acceder a la gestación subrogada, pero asevera María que la realidad es otra, pues muchas personas hacen grandes esfuerzos económicos para lograrlo, incluso hipotecarse.
Y pide que no se confundan temas que nada tienen que ver con la gestación subrogada, como los casos recientes de presuntos delitos de suplantación de paternidad y demás figuras delictivas. "Los que acudimos a esta técnica ni estamos comprando un bebé a la carta ni estamos delinquiendo", concluye.