Los 102 rostros de la sanidad navarra que dan voz a una medalla
Más de 19.000 trabajadores sanitarios y sociosanitarios reciben este martes la Medalla de Oro de Navarra
02 de Diciembre de 2020
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2/103 ALEJANDRA FALCES GARATE, 44 años, auxiliar planta COVID CHN: “Notamos que la situación está mejorando de forma notable y ya empezamos a tener camas vacías en la planta”.
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3/103 LAURA ORTIGOSA MIRAL, 60 años, enfermera atención primaria c. salud de Peralta: “Una montaña rusa de emociones, imprevistos y desconocimiento con muchos cambios. La pregunta ¿cómo os podemos ayudar? Fue del pueblo”.
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4/103 YOLANDA LASHERAS FERNÁNDEZ, 52 años, médica directora de la zona básica de San Adrián: “Fue una situación muy estresante, para la que no estábamos preparados. Me quedo con el trabajo en equipo y con todo lo aprendido. Pero no somos héroes”.
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5/103 Mª ÁNGELES GARMENDÍA AGUIRRE, hija de la caridad y enfermera de la residencia de Peralta: “Los mayores han pasado una soledad tremenda. Estás tu para atenderles, en lo técnico y espíritu, que al final es con lo que se quedan y lo que se han ido”.
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6/103 ANA ISABEL GARCÍA MIRANDA, 63 años, enfermera hogar Santa Elena de Barásoain: “Primero caímos nosotras, pocas, en mucha soledad. Al final caímos todos. Lo que se vivió al principio de todo en la residencia fue el horror en directo”.
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7/103 MARIAN GROCIN HERNÁNDEZ, 36 años, enfermera de pediatría centro de salud Sangüesa: “Hemos vivido tiempos duros por la pandemia, pero el trabajo en equipo también nos ha enriquecido. Lo hemos dado todo”.
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8/103 AXUN ISTILART, auxiliar de Clínica. Centro Benito Menni (Elizondo): “Ha sido una montaña rusa de emociones, con momentos intensos de compromiso y entrega exponiendo la propia salud para que los usuarios vencieran la covid-19”.
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9/103 ANGELINES MUNARRIZ ELIZONDO, 58 años, jefa de enfermería centro de salud de Burguete: “Agradecemos el reconocimiento. Tras el miedo inicial por el desconocimiento y un considerable aumento de trabajo, hemos tenido la capacidad de adaptarnos”.
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10/103 AINARA MIQUEO CIGANDA, enfermera. Centro de salud de Lekunberri: “Jamás olvidaré marzo. Incluso me hizo replantear mi vocación, que trata de ayudar, cuidar, paliar con cercanía los problemas biopsicosociales de los pacientes”.
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11/103 BÁRBARA PÉREZ, directora médica de la clínica Josefina Arregui: “Ha supuesto un desafío sin precedentes, no sólo por adecuar procedimientos sino por el impacto emocional, la presión asociada a la toma de decisiones”.
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12/103 JAVIER SÁNCHEZ RUIZ, 58 años, jefe de aprovisionamiento del Reina Sofía de Tudela: “Hay que resaltar la respuesta de la población de la Ribera porque se volcó. Hubo donaciones de material de primera necesidad de todo tipo”.
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13/103 MERCEDES BUENO LOZANO, médico de atención primaria en Tudela: “Muchos días he llegado a casa y no me he atrevido a abrazar a mis hijos por miedo a poder contagiarles. Y como yo, muchos compañeros han pasado por lo mismo”.
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14/103 SUSANA TEIXEIRA PINTO, 41 años, gerocultora residencia San Miguel de Peralta: “Hemos vivido muchas emociones cruzadas, muchos cambios de todo. Los mayores estando encerrados solo nos tienen a nosotras .
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15/103 JUANA CELAY RODRIGO, médico y directora del centro de salud de Burguete: “Está siendo un año difícil para el personal sanitario. Para mí es un orgullo trabajar en atención primaria en el ámbito rural. Ahora no debemos bajar la guardia”.
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16/103 ARANCHA RUIZ DE LARRAMENDI, fisioterapeuta geriátrica en Sanitas Luz de Estella: “Trabajadores, residentes y familias no habíamos vivido nunca algo tan duro. El objetivo es preservar la vida de los usuarios y ofrecer la mayor calidad de vida”.
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17/103 MARÍA HIDALGO SANTAMARÍA, 32 años, médica internista en Hospitalización a Domicilio: “La calidad de la asistencia de las familias en sus domicilios me tiene asombrada. Como ellas no cuida nadie”.
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18/103 KARMELE MOSQUERA GOROSTIDI, 30 años, médico de neumología del cHN: “Ha sido muy duro y ahora lo vemos mejor, hemos mejorado tras las últimas medidas, pero no por eso debemos relajarnos”.
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19/103 BEATRIZ URRUTIA LOYARTE, terapeuta-animadora. Residencia de Elizondo: “Hemos descubierto cómo somos capaces de sacar lo mejor, siguiendo el ejemplo de resistencia de los abuelos”.
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20/103 KIKO BETELU CORCUERA, 64 años, subdirector urgencias extrahospitalarias: “El invierno va a ser complicado para los profesionales de urgencias; lo tenemos asumido y estamos en alerta”.
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21/103 MARÍA ANTONIA ISART GARCÍA, administrativa del centro de salud de Sangüesa: “Somos la puerta de acceso, jugamos un papel clave. Las llamadas han subido y hemos tenido colapso, también por contagios, bajas y falta de personal”.
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22/103 CARLOS IBERO ESPARZA, 43 años, médico especialista enfermedades infecciosas, CHN: “La nota final de cómo pasemos esta pandemia saldrá de la suma de los comportamientos individuales”.
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23/103 MARÍA GONZÁLEZ ASCARZA, 32 años, responsable clínico de atención paliativa en el hospital San Juan de Dios: “El primer día que murió un paciente covid en el hospital lloramos todos. Hemos vivido mucha humanidad”.
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24/103 MARÍA AMAYA IRIARTE IRIBARREN, 56 años, cuidadora sociosanitaria en residencia de Artajona: “Quienes estamos de la mano de los residentes somos las cuidadoras.Este es un trabajo que si te gusta puedes hacer mucho”.
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25/103 Mª JOSÉ GURRUCHAGA ARACELUS, 54 años, médico atención primaria centro de salud de Tafalla: “Vivimos una incertidumbre total de golpe. La unión del equipo, diferentes unos y otros, es lo que más nos ayudó”.
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26/103 ANA NAVASCUÉS ORTEGA, 44 años, microbióloga clínica del CHN: “En enfermedades infecciosas, si uno no asume las consecuencias de lo que hace, eso afecta a personas cercanas y al resto de la sociedad”
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27/103 FCO CARMONA DE LA TORRE, 34 años, médico área COVID en la CUN: “Lo hemos pasado muy mal y aunque ahora la evolución es positiva el temor a lo que pueda estar por llegar sigue ahí”.
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28/103 PAULA TRONCOSO DE LA RIVA, enfermera del turno de guardia en Elizondo: “Hemos hecho todo lo mejor con los medios que teníamos. El valor humano y el compromiso de los que conformamos el servicio de urgencia rural queda mostrado”.
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29/103 ANA ARIZTEGUI ECHENIQUE, 44 años, enfermera y jefa de atención domiciliaria SNS-O: “Lo que hagamos cada uno de nosotros va a sumar. La ola que se prevé venga en enero depende de nuestras actuaciones”.
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30/103 RUTH GONZÁLEZ SANTO TOMÁS, médico y directora centro de salud de Lesaka: “Hemos trabajado al 200%, pero hemos sido capaces -todas- de aceptar retos, de improvisar, tomar decisiones, doblar turnos, no dormir, no ver a la familia…”.
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31/103 BEATRIZ OCHOTORENA VILLANUEVA, enfermera S.u.R. en Elizondo: “Miedo, dolor.. Pero sobre todo me quedo con lo que nos ha tocado aprender, con la lucha en primera fila. Hemos sobrevivido y quiero creer que estamos más fuertes”.
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32/103 BEGOTXU SANZ MONTERO, servicio de urgencia rural. Irurtzun: “Lo hemos pasado francamente mal. En esta segunda ola hemos estado muy agobiados. Nos ha supuesto un esfuerzo y un reto personal y profesional”
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33/103 ANA BELÉN GÓMEZ GONZÁLEZ, 42 años, enfermera residencia de ancianos de Artajona: “Angustia, desazón, desconocimiento y miedo por los residentes. Del rechazo del mismo pueblo por desconocimiento se pasó a su admiración .
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34/103 MARÍA ECHEGOYEN PEDROARENA, 25 años, enfermera de pediatría centro de salud de Aoiz: “Ante una situación desconocida nos hemos adaptado y el trabajo en equipo ha sido importante. Se echa en falta, eso sí, el contacto más directo con el paciente”.
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35/103 IZASKUN GOÑI P. DE MUNIÁIN, 39 años, enfermera Área covid CUN: “Hemos sentido que nos dan las gracias por todo el esfuerzo que hemos realizado a lo largo de estos meses y que ahora vemos reconocido”.
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36/103 VIRGINIA GOÑI ESCOBOSA, 52 años, encargada de enfermería Casa de Misericordia: “He sentido mucho afecto y mucha solidaridad, la gente tenía ganas de arroparte al ver que estábamos tan mal”.
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37/103 NATALIA LAPARRA, enfermera en residencia Santo Domingo de Estella: “La covid-19 ha reforzado el compromiso humano con un sector especialmente castigado pero ha legitimizado prácticas que antes estaban socialmente mal vistas”.
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38/103 GUSTAVO VÁSQUEZ LÓPEZ, 55 años, médico atención primaria centro salud de Falces: “La primavera fue desastrosa aunque ha habido una mejora que ha sido muy poco a poco y de forma cíclica. No hay que relajarse”.
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39/103 RICARDO MOLINERO PINILLA, 56 años, médico y director del centro de salud de Aoiz: “La situación ha puesto a prueba nuestro compromiso con la profesión y en riesgo a nuestras familias. Ahora sabemos a lo que nos enfrentamos y no podemos relajarnos”.
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40/103 SONIA ROPERO MORIONES, 44 años, enfermera de urgencias centro salud de Peralta: “Había mucha información para mucho desconocimiento. Toda la ayuda fue de los vecinos, la administración la hizo el propio pueblo”.
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41/103 VÍCTOR OSÉS HERRERA, 25 años, enfermero planta Covid CHN: “Que se reconozca nuestro trabajo nos enorgullece y más en estos momentos de crisis; todavía no podemos confiarnos”.
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42/103 JUAN PEDRO TIRAPU LEÓN, responsable de coordinar las UCI público-privadas: “Pasamos de ingresar un paciente cada día o cada dos días, a uno cada hora. El personal que no estaba acostumbrado a estar en UCI ha puesto el alma”.
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43/103 UXUA LAZKANOTEGI, directora de enfermería de Padre Menni: “En el año internacional de las enfermeras, la pandemia ha demostrado su capacidad de adaptar los cuidados a las necesidades de la sociedad”.
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44/103 IRENE AQUERRETA GONZÁLEZ, farmacéutica de la Clínica Universidad de Navarra: “Tienes más estrés y carga de trabajo de los habituales, y todos los profesionales de la clínica estamos al cien por cien”.
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45/103 ISABEL MUNILLA ESPARZA, 59 años, enfermera atención primaria centro salud de Funes: “Se ha vivido incertidumbre por la adaptación a una manera de trabajar diferente. Seguimos adelante con miedo y pena en un trabajo codo con codo”.
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46/103 MAITE URBICAIN GARCÍA, 32 años, enfermera Casa de Misericordia (Pamplona): “Ahora nuestros residentes están mejor, pueden hacer vida por la residencia, salir al jardín, pero echan de menos las visitas y tienen todo el derecho”.
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47/103 CRISTINA AZCONA PÉREZ, 43 años, directora y enfermera del Santo Hospital Tafalla: “Parecía que sabíamos mucho pero no era así. Tuvimos suerte al inicio pero después entró por la puerta grande. Caímos pero en equipo lo superamos”.
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48/103 JAVIER CALONGE MUGUETA, 54 años, celador de la CUN: “Vivo con un poco de miedo sobre cómo vamos a responder cuando no haya restricciones, nos tenemos que cuidar y ser responsables en todo momento”.
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49/103 LAURA APEZTEGIA, enfermera residencia Andra Mari de Lesaka: “Ha sido una prueba de la importancia del Cuidar con mayúsculas. Juntos cuidamos mejor. Es importante la coordinación de los espacios social y sanitario”.
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50/103 Mª PILAR SOLA SARA, 51 años, jefa de urgencias extrahospitalaria: “Ha cambiado nuestra sede de operaciones y el volumen de trabajo. Vivimos para luchar contra la covid sin olvidar el resto de los servicios”.
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51/103 ESTELA BIURRUN CIRIZA, auxiliar de enfermería en San Jerónimo de Estella: “Esta locura nos ha ayudado a poner más en el centro a la persona. En lo personal, siempre buscando la parte positiva”.
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52/103 VANESSA SOLA ISO, 42 años, terapeuta ocupacional Residencia de Lumbier: “La presión sigue. Debemos mantenernos fuertes y luchar por el bienestar y derechos de los residentes, que ahora más que nunca dependen de nosotras”.
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53/103 JOSÉ JAVIER LORZA BLASCO, 56 años, neumólogo del Complejo Hospitalario de Navarra: “Esta enfermedad es capaz de requerir una UCI en pacientes que solo horas antes estaban leves. Es una enfermedad que puede dejar secuelas graves”.
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54/103 YOLANDA SANTESTEBAN ZAZPE, 52 años, psicóloga del hospital San Juan de Dios: “Es importante parar, aprender y analizar qué cosas se pueden modificar. Esto nos va a cambiar la manera de ser y estar en la vida a nivel individual como comunitario”.
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55/103 SANDRA GORJÓN PÉREZ, trabajadora social en Torre Monreal de Tudela: “Los sentimientos de tristeza, ira e impotencia se han transformado ahora en solidaridad, unidad y esperanza. Con esta nueva perspectiva, saldremos adelante”.
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56/103 PABLO MONEDERO RODRÍGUEZ, anestesista en la UCI de la Clínica Univ. de Navarra: “Al personal hay que cuidarlo para que no se rompa. Si no, lo machacas. Hemos llegado a casa reventados, sin dormir por la tensión”.
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57/103 AITZIBER ASPURZ, 25 años, técnico de laboratorio pcr en el CHN: “Por la carga de trabajo acumulada, ha habido noches que no podías ni meter la llave en la puerta de casa. Ni dormías de agotamiento”.
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58/103 ÁNGEL MUÑOZ PARDO, auxiliar de enfermería del Complejo Hospitalario: “La asistencia al paciente tiene que ser lo más humana posible. Ha sido un esfuerzo inconmensurable poder dar y seguir ofreciendo calidad en estas circunstancias”.
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59/103 ALFREDO MARTÍNEZ LARREA, 54 años, gerente del CHN y responsable del plan público-privado: “Los picos han sido complicados porque han requerido un mayor esfuerzo y un mayor cambio en organización”.
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60/103 SARA GARCÍA PÉREZ, 29 años, reumatóloga, médico del CHN: “Soy gallega, llevo trabajando en el covid desde marzo y, salvando unos pocos días en julio, no me he atrevido a ir a ver a mis padres por miedo a contagiarles”.
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61/103 CAMINO INDURÁIN GOÑI, 54 años, enfermera del Complejo Hospitalario de Navarra: “Esta pandemia nos ha cambiado a todos la vida. Tenemos que tomar conciencia. Es responsabilidad de todos. El virus no es un juego. Está muriendo mucha gente”.
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62/103 MANUEL REY ALFONSÍN, 49 años, celador del Complejo Hospitalario de Navarra: “Desde febrero no he podido abrazar ni besar a mi madre, que está en una residencia. Echo mucho de menos a la familia y a los amigos”.
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63/103 ELENA TORRES MIRANDA, enfermera en la UCI del hospital de Tudela: “Son muchas horas de trabajo, pero no te da tiempo ni a pensar si estás cansada. He vivido situaciones difíciles pero, tan prolongadas en el tiempo, no”.
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64/103 VIRGINIA PÉREZ, 40 años, jefe clínico de Unidades Crónico y subagudo en el hospital San Juan de Dios: “En el día a día, vienes a trabajar y vuelves a casa. Nada más. Socialmente, dejas de ser la misma persona”.
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65/103 MARÍA ANTONIA AZCONA MARTÍNEZ, enfermera en la UCI de la Clínica Univ.de Navarra: “Todavía creo que todo es surrealista. Nunca habíamos pensado queíbamos a vivir una situación así”.
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66/103 MARINA JIMÉNEZ MORENO, médico S.U.R. en Etxarri Aranatz: “Me confiné en el sótano de mi casa más de un mes para no contagiar a mi familia. Luchando sin armas, en primer línea de fuego”.
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67/103 LAURA CAMBRA, 44 años, enfermera de hospitalización a domicilio del CHN: “El 6 de julio vimos el inicio de la segunda ola. No nos podemos permitir un nuevo confinamiento. Hay infectada mucha gente joven y mayor”.
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68/103 BEÑAT GOÑI, 38 años, atención Espiritual y Religiosa en San Juan de Dios: “Al acercarse poco a poco a la muerte surgen preguntas: ¿por qué Dios permite esto?, ¿por qué me sucede a mí?, ¿por qué ahora?, ¿habré hecho el bien?...”.
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69/103 ASIER PINILLOS ESPARZA, 43 años, enfermero de la UVI móvil: “Pones todo tu empeño en el buen aislamiento, distancias, mascarillas... y luego ves que los pacientes son cada vez más jóvenes. Sientes impotencia”.
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70/103 ENEKO IZCUE OSÉS, 21 años, enfermero rastreador (Refena): “Con 15 años sabía que quería cuidar personas. Siempre me ha gustado. Solo esperaba salir de la facultad y trabajar en un hospital o en Atención Primaria .
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71/103 ARANTXA BEZUNARTEA, residente en el centro de salud de la Rochapea: “Es importante para los pacientes que se mantenga al mismo médico y enfermera durante mucho tiempo. Y esto se ha descuidado por la precariedad”.
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72/103 MAR RUIZ LEAL, 45 años, servicio de limpieza del Complejo Hospitalario: “Además de limpiar, acompañamos y animamos a los pacientes. Estamos sobrecargadas emocionalmente al ver a los pacientes solos”.
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73/103 JUAN SIMÓ MIÑANA, 58 años, médico de familia del centro de la Rochapea: “¿Hacia dónde vamos? No lo sé. Es pero que salga pronto una vacuna que sirva. De momento, aquí seguiremos, en la trinchera de la pandemia”.
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74/103 MERCHE ARTIEDA LANAS, 56 años, médico y directora del centro de salud de Sangüesa: “La pandemia ha supuesto una sobrecarga enorme y un gran estrés al personal. Ahora debemos ser responsables; una tercera ‘ola’ sería insostenible e imperdonable”.
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75/103 Mª JESÚS AQUERRETA RETA, 46 años, enfermera atención primaria del centro de salud de Tafalla: “La primavera fue angustiosa por el desconocimiento. Encontrarte en casas y tener que improvisar. Teníamos mucho miedo a transportar el virus”.
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76/103 ÁNGELA MARTÍNEZ BEZARES, 26 años, enfermera rastreadora: “En las conversaciones buscas que expresen sus emociones en un contexto personal de mucho miedo y ansiedad”.
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77/103 MARTA ARISTU, 51 años, coordinadora técnica de microbiología y genética: “Había días, semanas, que cuando llegaba el viernes entraban ganas de llorar. Era impotencia. Porque lo que hacías el lunes para el viernes ya no valía”.
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78/103 MARÍA RAMOS DELGADO, 29 años, radióloga del Compejo Hospitalario de Navarra: “Aunque estoy rodeada de pacientes con covid, creo que es más fácil contagiarme haciendo la compra o en otro lugar. Con los equipos de protección me siento segura”.
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79/103 MARÍA OTERO LAGO, 33 años, médico servicio de urgencias extrahospitalarias: “Por el cansancio mental acumulado es inevitable cualquier despiste ante el contagio. Mantener el estado de alerta durante tantas horas es muy complicado”.
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80/103 MIKEL JORAJURÍA RETEGI, 33 años, trabajador social en el Complejo Hospitalario: “Estamos ante una emergencia sanitaria y social de manera que la atención por parte de trabajo social en todos los ámbitos es imprescindible”.
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81/103 BEATRIZ RODRÍGUEZ PÉREZ, 42 años, pediatra del centro de salud de la Rochapea: “Durante el confinamiento tuvimos críos que habían engordado 15 kilogramos y algunos sufrían de miedos y angustias”.
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82/103 SANDRA TARDEGUILA VICTORIA, 34 años, administrativa en Refena: “Al principio sentí un miedo horroroso, pero comprendí que había que arrimar el hombro y ayudar a luchar. Estoy agotada física y psicológicamente”.
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83/103 PAULA LÓPEZ MORENO, 26 años, enfermera y coordinadora de rastreo: “Cada rastreador tiene su personalidad, lo importante es que sepa transmitir. Se debe llegar al paciente y transmitir la importancia de la pandemia”.
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84/103 SUSANA FERNÁNDEZ ALFARO, 59 años, fisioterapeuta del Complejo Hospitalario: “No te acostumbras a los equipos de protección. Realizas un gran esfuerzo para poder mover a los pacientes encamados. Además de la preocupación del contagio”.
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85/103 ÍÑIGO LES BUJANDA, 43 años, médico internista en el Complejo Hospitalario: “Cuando terminó la primera ola participé en un estudio sobre la situación psicológica de los profesionales de salud, y me di cuenta de que estaba tocado”.
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86/103 FELI GÓMEZ MARTICORENA, auxiliar de enfermería en la UCI del Reina Sofía: “Para mí, el tema psicológico ha sido muy duro. Aún hoy me sigo acordando del primer muerto que tuve”.
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87/103 ANA RODRÍGUEZ ETXABE, 29 años, enfermera en Refena: “Cuando realizo la extracción de pruebas no tengo miedo, estamos bien protegidos y entre los compañeros no hay contagios”.
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88/103 CRISTINA MURO GARCECHE, supervisora de enfermería en la Milagrosa Tudela: “Gracias al autoconfinamiento que hicimos con los residentes logramos evitar que el coronavirus entrara en el centro. Fue algo extraordinario y muy enriquecedor”.
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89/103 AARON MORALES GOICOECHEA, 32 años, técnico de Emergencias (TES): “Al principio íbamos por las casas tomando muestras. Sentía miedo y felicidad por aportar en esta pandemia. No piensas en el virus, solo en ayudar”.
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90/103 NOELIA RUIZ CASTELLANO, 32 años, pediatra del centro de salud de Sangüesa: “Los niños tienen una gran capacidad de adaptación ante situaciones complejas, y han sido un ejemplo de civismo para toda la sociedad”.
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91/103 PEPA DE IRÍZAR MALO, celadora del hospital Reina Sofía de Tudela: “La unión y la colaboración de mis compañeros y compañeras ha hecho más sencilla toda esta situación”.
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92/103 VERÓNICA SESMA MARTÍNEZ, terapeuta ocupacional en la Misericordia Tudela: “Todo lo que hemos pasado ha sido muy duro, pero el hecho de sentirnos como una familia ha sido el motor que nos ha impulsado a seguir adelante”.
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93/103 NACHO CASAJÚS ÁLAVA, enfermero del hospital Reina Sofía de Tudela: “Ha sido una odisea personal y profesional. Una avalancha que hemos sorteado como hemos podido”.
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94/103 GLORIA SANJURJO SAN MARTÍN, 48 años, directora médica de clínica San Miguel: “Qué lleguemos a recuperar los abrazos, los besos y las miradas en la cara sin mascarilla. Es fundamental para sobrevivir como humanos y con cariño”.
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95/103 ROSAURA ALAMÁN LERGA, 50 años, auxiliar de geriatría Residencia de Lumbier: “Sentimos orgullo por el reconocimiento que se hace al sector de los cuidados, y así nos lo hacen saber las familias con mensajes y detalles diariamente”.
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96/103 MAITE SOTA, 52 años, pediatra del centro de salud de la Rochapea: “El inicio de la pandemia lo recuerdo como una bomba que explotaba en las consultas. Fue una sensación de caos, miedo, incertidumbre y desesperación”.
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97/103 MARÍA SANZ GÁLVEZ, médica de urgencias del Reina Sofía de Tudela: “Ha sido una mezcla de incertidumbre y apoyo de los compañeros, que nos estimulaba a seguir con el día a día”.
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98/103 SILVIA LASA, 49 años, trabajadora social en el centro de salud de la Rochapea: “Estamos viviendo mucha gente vulnerable, soledad, falta de alimentos y masificación en domicilios”.
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99/103 ELENA GONZÁLEZ, 33 años, jefa de enfermería centro de salud de la Rochapea: “Al final de la primera ola teníamos las salas de espera abarrotadas y supuso muchos cambios organizativos para evitar focos. El vacío hoy es el éxito”.
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100/103 RAQUEL ARAMENDIA ERVITI, 24 años, enfermera de Urgencias-URCE del Hospital García Orcoyen: “Sobrepasada por la situación, tanto física como emocionalmente, impotente y con mucho miedo de llevarlo a casa”.
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101/103 ROSA VÁZQUEZ GOÑI, 53 años, directora y médica atención primaria del centro de salud de Olite: “Hemos vivido una vorágine, un auténtico tsunami. Fue muy duro pero nos cohesionamos como equipo para responder de la mejor manera”.
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102/103 UXUE ESTOMBA AGUINAGALDE, 27 años, médico residente en el Centro de Salud de Ermitagaña (Pamplona) y Hospital García Orcoyen: “Ha sido una época de incertidumbre, con momentos de agobio y miedo y con una mala sensación de bloqueo general”.
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103/103 SARA BENITO ANDRÉS, 48 años, médico urgencias rurales del centro de salud de Carcastillo: “Se han vivido momentos malos por mucho estrés, falta de material, tener que salir con bolsas de basura.... Todavía no lo podemos olvidar”.
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