Interpelación a Pedro Sánchez
- Eduardo Aya Onsalo
Tras “asumir en primera persona” el fracaso del PSOE en las elecciones del pasado 28 de mayo, que él mismo ha interpretado en clave nacional al disolver las Cortes Generales, ha convocado nuevas elecciones para el próximo 23 de julio, y dado que no cabe mayor incongruencia política que la de que quien asume la responsabilidad del fracaso se postule nuevamente como candidato a presidente, empecé a pensar en quién podría ser el nuevo candidato, pero de inmediato se dio por supuesto que sería él mismo, ante cuya situación me pregunto y le pregunto: ¿no es excesiva soberbia atribuirse la exclusiva responsabilidad, que equivale a decir que todo los miembros del gobierno eran meros comparsas palmeros suyos? ¿No tendrían al menos la responsabilidad de haber asumido tan desabrido cometido? ¿Cómo es posible que, tras el fracaso, presumieran luego de la buenísima gestión llevada a cabo, lo que solo puede significar atribuir la responsabilidad del resultado a la ignorancia de los votantes? ¿No implica tal falta de autocrítica el evidente propósito de seguir haciendo lo mismo cuando lo único que justificaría la solicitud de una nueva oportunidad sería precisamente el haber tomado consciencia de los errores cometidos y disponerse a enmendarlos, lo que implicaría la necesidad inicial de concretarlos, no fuera a suceder que rectificara los aciertos, pues alguno habrá habido, y reincidiera en los errores?
Estas son mis dudas, y supongo que de muchos de los votantes, a despejar de cara a las nuevas elecciones y, naturalmente, habida cuenta los antecedentes, sería indispensable ofrecer garantías sólidas de rectificación, máxime cuando el gesto inicial de haber elegido para la cita el peor día del año para todos los votantes salvo para uno es significativamente desalentador.