Complejos de la derecha y sus consecuencias

La verdad que no se entiende la actitud de algunos partidos políticos después de las elecciones de mayo. Ahora toca formar gobierno y buscar mayorías y sin embargo, la convocatoria de las generales ha trastocado los planes de los partidos mayoritarios. El miedo a pactar tanto en la derecha como en la izquierda es una realidad, que desvirtúa para bien o para mal el querer manifestado por los ciudadanos en las urnas. Leo y aplaudo el artículo firmado por Alfonso Ussía en El Debate, porque creo nos representa a la mayor parte de los votantes del PP. Dice el articulista: “Yo he votado al PP porque creía que su objetivo político era liberar a España del sanchismo, del socialismo, del terrorismo, del comunismo y del independentismo”. Yo también lo creía y por eso mi decepción es máxima.

Parece ser que pactar con Vox, partido constitucional, monárquico y defensor de principios y valores acordes con el ideario de la derecha es abominable. La ultra derecha, como la denominan los populistas radicales de la izquierda, es una realidad votada por muchos ciudadanos españoles y, en consecuencia, merece el respeto de todo el arco parlamentario. El Partido Popular ha ganado las elecciones y tiene la obligación, porque así lo han querido los españoles, de pactar con todos los partidos dispuestos al cambio que nuestro país necesita. Hay que pactar con decisión y sin complejos, porque ya nos da igual el qué dirán.

Y para complejos, los de UPN en Navarra. Los regionalistas, lo dice José Ignacio Palacios en un artículo estupendo publicado en el Diario este domingo, se las prometían muy felices cuando decidieron unilateralmente dar al traste con la coalición Navarra Suma. “La unión con el PP, apunta Palacios, es un lastre para poder alcanzar pactos con el PSOE (…) Y con dos taquillas se recaudan más votos (…) y Vox obtendría menos respaldo”. Nada más lejos de la realidad.

Visto desde fuera y después de los resultados obtenidos en nuestra comunidad, queda de manifiesto que las chuladas se pagan. Creo que si en algo coinciden las tres sensibilidades de la derecha - PP, UPN y Vox- es en la necesidad de defender la identidad de Navarra, tan mermada en este momento por los pactos de gobierno con los nacionalistas. El enemigo a batir es poderoso y, por ello, sobran los complejos a la hora de pactar programas.

En breve tenemos anunciadas unas elecciones veraniegas, que a todos nos han hecho una gracia loca. Se trata de una convocatoria perfectamente medida y estudiada por el gobierno y, por ello, hay que ponerse de acuerdo para conseguir los mejores resultados posibles. Un acuerdo de mínimos siempre es posible y pensar en lo mejor para nuestra comunidad -dejando de lado intereses particulares y partidistas- una obligación de nuestros mandatarios.